Esta mañana con el discurso del gobernador Hugo Passalacqua ante los 40 diputados provinciales, entre los que se encontraba por primera vez Carlos Rovira, se puso en marcha no solo el 52° período Legislativo sino también una nueva era política en Misiones.
Sin mover el aparato político con militantes que llegaban en micros desde el interior como antes y con apenas un puñadito de personas en las afueras del espléndido edificio del Parque Paraguayo, Passalacqua empleó una hora y media para un discurso que prácticamente no tuvo anuncios económicos, pero tampoco definiciones políticas.
“Les pido que sigan confiando”, dijo el gobernador, flanqueado por Oscar Herrera Ahuad, cuando cerró su alocución -leída-, de una hora y media que por momentos resultó algo tediosa (las tres veces que hubo aplausos fue porque el propio Passalacqua alentó a la audiencia a que lo hiciera, incluso subrayó que acababa de hacer un chiste para “despertar” al público).
El acto protocolar, la fecha política más importante del calendario renovador, fue en sí misma, un símbolo de los tiempos que corren: no hay plata para novedades y no es tiempo de jugarse públicamente ni en contra ni a favor del que gobierna en Balcarce 50.
A pesar del ajuste brutal, las medidas polémicas con manifiesto apoyo de misioneros en contra (como el recorte a las universidades) y otras cuestiones donde, incluso Passalacqua se muerde la lengua para no criticar. Por ejemplo, desde que asumió varias veces habló del “Estado presente” remarcando el antagonismo ideológico con Milei. Esta vez dejó de lado ese concepto.
Pero en varios pasajes el mandatario aseguró que está bien al tanto de los padecimientos de cada misionero.
“Además de gobernador soy un ciudadano soy perfectamente consciente de la suba de precios y la inflación. No soy ajeno a los gastos que debemos afrontar día a día”, señaló. Y más tarde, dijo: “sé que los sueldos no alcanzan”. En ningún momento Passalacqua mencionó o sugirió alguna recomposición salarial real a estatales.
El acuerdo Renovación-LLA
A pesar de la motosierra de Javier Milei y el fuertísimo ajuste que le está pegando hoy a la vida de cada misionero -incluyendo a los funcionarios de elite y diputados que colmaron hoy los tres pisos de la Sala de la Cámara de Representantes-, el oficialismo no quiere criticar públicamente al Presidente tras el acuerdo al que llegó Carlos Rovira con el líder libertario y que se selló hace dos semanas con la visita del ministro Guillermo Francos.
Si la economía empieza a levantar y a Milei le va bien, la Renovación quiere pasar a ser una fuerza provincial aliada y resaltará los aspectos más “libertarios” de su gestión.
“Somos sólo seis provincias de 24 que tienen menos empleados públicos cada 100 mil habitantes. No tenemos un empleo público pesado”, dijo Passalacqua en un pasaje, y rápidamente agregó: “Nunca vamos a gastar más de lo que ingresa”.
Y nadie puede decir que esa condición de perseguir el equilibrio fiscal (un pecado político en otras provincias donde impera el clientelismo o la mirada kirchnerista de que hay que gastar porque eso mueve la economía y favorece a la gente), no sea verdaderamente una política genuina de la Renovación.
¿Qué culpa tiene el oficialismo de que llegó a la Casa Rosada un outsider que hace del superávit fiscal casi una religión? La renovación ya ejercía esa disciplina desde mucho antes.
Pocos anuncios
Por eso el discurso de Passalacqua no tuvo anuncios económicos, más allá de un programa “Ahora Neumáticos”, el lanzamiento de medidas para acelerar pagos y adjudicaciones del IPRODHA destinado a aquellos que tiene liquidez (el organismo habitacional necesita fondos), la incorporación de drones militares a Seguridad y la inauguración, en quince días, de una fábrica que producirá 60.000 pelotas de fútbol por mes en el Parque Industrial (ver aparte).
Incluso el gobernador, antes de hacer la larga enumeración de programas, iniciativas y proyectos que llevan adelante las distintas áreas del Estado, hizo una salvedad para dejar bien en claro que no estaba asumiendo que todo está bien o que con eso alcanza.
“En los próximos minutos, deseo compartir con ustedes nuestros logros y desafíos, sin que esto signifique que nos olvidamos de que quedan muchas cosas por hacer”, señaló.
Sin definirse respecto a Milei
Pero lo más importante de todo fue la no definición política ante el brutal ajuste que hoy atraviesa a toda la sociedad.
Como la Renovación podría terminar el período presidencial abiertamente aliado a Milei (si le va bien al León), Passalacqua evitó criticar cualquier política nacional de “motosierra” y explicó lo que ya todos saben.
“Hoy gobernar es buscar consensos y, si no los hay, crearlos”, afirmó y agregó que la Renovación es “un espacio político responsable, inclusivo en opiniones, así como fue su génesis cuando Carlos Rovira invitó a las más diversas corrientes a encontrarnos en un punto en común: mirar solo hacia adelante por el bienestar de nuestro terruño”.
Más adelante enfatizó que “Ni antiguas ni nuevas grietas entrarán a estas geografías. No suman: dividen y hacen daño”.
“Es en nombre de aquella responsabilidad a la hora de gobernar que resulta indispensable no entorpecer el camino a un Gobierno nacional que tiene alta legitimidad de origen, como del mismo modo le pedimos con energía a la Nación que respete la voluntad de los misioneros que votaron estas políticas que llevamos adelante”, agregó.
En el primer período de Passalacqua, a modo de comparación, la forma de pararse del oficialismo estaba más clara: acompañar (gobernabilidad, con gobernabilidad se paga), pero marcar las diferencias políticas e ideológicas, para no dejar crecer a los opositores locales pintados de amarillo en caso de que el experimento de Macri resultara.
Acá en cambio Milei no tiene terminales en las figuras opositoras locales y la propia Renovación puede tomar la franquicia libertaria, si eso es lo que dictan los tiempos por venir.
Incertidumbre
Así fue como arrancó el primer acto político de la Renovación en el 2024. Un debut que comenzó recién a los 120 días de comenzado el año y eso ya de por sí es toda una señal de estos nuevos tiempos.
En estos primeros cuatro meses del año, el oficialismo hizo a un lado la omnipresencia de funcionarios de primer, segundo y hasta tercer nivel hablando de temas de gestión, dejó de hablar del Silicon y la provincia “Start Up”, también de la Renovación NEO.
Fue también la primera aparición pública de Rovira en 2024, ya que este año el jefe de la Renovación decidió cancelar su clásica irrupción en el comienzo del ciclo lectivo del sistema de educación disruptiva (Robótica, Silicon, Secundaria de Innovación, etc.).
Escuchó atento
¿Y qué hizo Rovira durante la sesión? El jefe de la Renovación se sentó en la segunda fila, flanqueado por el jefe del bloque renovador Martin Cesino y Karen Fiege. Escuchó con tanta atención como el resto de los legisladores (es decir, la justa y necesaria).
Muy cerca estaba su hijo Ramiro, al lado de Paula Franco y algunos de los diputados y los dos senadores nacionales (Arce y Rojas Decut) por el oficialismo.
Los primeros, ayer en el Congreso Nacional, apoyaron la Ley Bases y la reforma fiscal con la vuelta de Ganancias a la cuarta categoría, también lograron que se incluyera la reforma a los impuestos al tabaco a pesar del fuerte lobby del “Señor del Tabaco”, con beneficio para el FET.
“Por (apenas) nueve votos pudimos meter este beneficio”, dijo Passalacqua, en relación a la ajustadísima e increíble votación ayer en la Cámara de Diputados de la Nación donde quedó en evidencia la tremenda influencia del lobby tabacalero entro los diputados, de una manera cuasi escandalosa (vera aparte). Esa votación fue un triunfo político de Misiones y el gobernador lo subrayó.
Tras el discurso de Passalacqua, el gobernador, Rovira y Oscar Herrera Ahuad saludaron a todo el mundo, y en ese “besamanos” se pudo apreciar con claridad que ese trío hoy es la cara visible y excluyente de la Renovación.
Porque hoy hay decenas y decenas de figuras oficialistas que prácticamente no aparecen en público, quizás porque restarían más de lo que suman.
Acaso porque generan una imagen de “casta”. Es decir, de funcionarios que en lugar de trabajar para la gente utilizan la política para acomodarse y servirse a sí mismos, como diría Javier Milei.
Los NEOs no estuvieron presentes en el discurso del gobernador y tampoco aparecieron con la fuerza que tenían el año pasado, antes de las elecciones del 7 de mayo, que consagraron otra vez a Passalacqua como mandatario.
Por eso lo que dejó en claro este largo discurso de Hugo Passalacqua, es la incertidumbre por lo que se viene. Son tiempos de ajuste, de vivir con menos que ayer, y de no saber qué sucederá en el futuro. Ni con la Argentina, ni con el oficialismo misionero tampoco.
“Les pido que sigan confiando”, repitió el gobernador, sobre el final de su discurso. Casi como admitiendo que había entregado lo poco que permiten estos tiempos. Es decir, casi nada más allá de comprensión y empatía con los que la están pasando mal.
“Poco serio hubiese sido si hoy venía acá a decirles que todo está perfecto y que vivimos en el mejor de los mundos. No es así, somos realistas. Acertamos y erramos. Quedan muchas soluciones pendientes y tareas por hacer. Y no vamos a mentirles a quienes nos confiaron su voto”, señaló, confirmando que está muy atento al humor social.
Porque cuando no te alcanza para llegar a fin de mes, todo lo demás te puede llegar a caer mal. Sobre todo si viene de la boca de algún político.
Plan B/ 1°-5-2024
