Por César Sergio Santiago
Hoy quería traer el recuerdo de una iniciativa que dejó huellas: el Instituto de Capacitación de las Escuelas Judiciales Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Su importancia en el progreso y afianzamiento de la Justicia en toda la República y me emocionado recuerdo por el trabajo realizado entre 2011 y 2016.
Siendo Ministro del Superior Tribunal de Misiones desde diciembre de 2009 por consenso del alto cuerpo me tocó asumir como Director Ejecutivo del Centro de Capacitación de Misiones, el que presidí por espacio de casi 6 años.
Esta tarea y desafío, me llevo a intervenir en el ámbito de la Junta Federal de Cortes de las Provincias Argentinas y CABA.
Allí los ministros de todo el país representados en la comisión directiva presidida por el Dr Rafael Gutiérrez (presidente del Superior Tribunal se Santa Fe), se me concedió el honor y la responsabilidad de asumir como Vicepresidente (2011-2013) y luego Presidente (2013 – 2016) del “Instituto de Capacitación Judicial de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires”- ReFleJar- Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Ju.Fe.Jus)
ReFleJar es un instituto de capacitación judicial que opera bajo la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Ju.Fe.Jus).
Este instituto organiza eventos como el Congreso Nacional de Capacitación Judicial, pero por sobre todas las cosas ha encarado por visión y decisión de los ministros de aquella época, a aportar al desarrollo de una justicia local y provincial de excelencia, y a su vez tender los lazos y cooperación con la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde no fue menor la tarea de los Doctores Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolazco, y algunos secretarios como el apreciado Dr Abritta, hoy entiendo ya jubilado pero dando todo en la docencia.
Aquél grupo de Reflejar que rememoro fue encabezado por el Dr. Gutierrez, la Dra Battaini de Tierra del Fuego, el Dr
Molina Quiroga de CABA, el Dr Adaro de Mendoza, el Dr Toledo de Chaco, el Dr Roger de Chubut, el Dr Andruet de Cordoba; la Dra Mizawak de Entre Rios, el Dr Posadas de Salta; y tantos otros que cometo la injusticia de no nombrar que estuvieron y seguro estarán como el apreciado Dr Lozano de CABA.
Este 18 de febrero de 2024 se cumplen 8 años de que terminó mi último mandato como presidente de ese instituto y pocos días después dejé el Poder Judicial para reiniciar la vida profesional independiente, lo que no quita el amor
que sigo teniendo por estas instituciones, su visión y misión, en especial de todos aquellos que disimularon mis carencias, y ayudaron a concretar los sueños de cambio, mejoramiento e innovación.
Pudimos avanzar en digitalización, reestructuración de procesos, compartir tecnología y experiencia, compartir la
gente formada para que haya transferencia de conocimientos, discutimos y pensamos juntos las soluciones, rescatamos nuestra justicia de paz, hicimos visibles las vulnerabilidades para luego conjurarlas, debatimos con las
universidades lo mejor para trasladar a los poderes judiciales, y además logramos fortalecer un ámbito de reflexión que concluyó que era hora de ir evolucionando en la formación del abogado para las demandas del nuevo siglo.
No fue en vano, veo como siguen los Ministros de esas provincias comprometidos en el cambio y la mejora, en la defensa también de los aspectos federales por allí olvidados por algún que otro funcionario, que pierde el foco en cuanto a que la justicia provincial es la que atiende todos los días los problemas de la gente, siendo la federal de carácter no menos importante pero residual y siendo un elemento fundamental para la construcción de la paz social.
La idea que llevamos de capacitación no se agota únicamente en la simple ilustración, sino que va dirigida a lograr la idoneidad frente a la creciente demanda del pueblo, frente a la evolución del delito complejo. La necesidad de integrarnos a Iberoamérica, donde siempre tuvimos el apoyo de España, en especial de un amigo entrañable de Argentina hoy director de la escuela judicial española con sede en Barcelona, el querido Dr Jorge Jimenez Martin, nos hacen pensar que aquellos sacrificios de horas sacadas al sueño, a la familia, sin descuidar nuestras obligaciones propias, en esa tarea ad honoren plenamente virtuosa, ha servido y sigue sirviendo a la idea de la mejora permanente, a la definición constante del rol del juez y sobre todo al perfil del juez del siglo XXI, el de la cercanía, el que no es prófugo de la realidad, el consecuencialista, el que pondera para dictar sentencia, el que sabe que debe liderar su juzgado, adaptarlos a los tiempos y dejar el pensamiento decimonónico para logar una justicia ágil y a tiempo, acorde a la tutela judicial efectiva.
Acortar los plazos pero con calidad en la resolución de los conflictos. Dejar algún día el modelo de edificio, de proceso y de “SIEMPRE SE HIZO ASI”, son algunas de las premisas que a ocho años de aquel hito de mi vida
siguen aún más latentes que nunca, siendo y sintiéndome aun protagonista de aquella historia, hoy desde la profesión de abogado (donde ya cumplo 39 años).
Quiero mandar desde estas humildes pero afectuosas líneas el abrazo a quienes me permitieron compartir aquellas luchas, e hicieron posible algunos logros o las continuaron y mejoraron y pedirles respetuosamente difundan mas, su loable tarea porque la gente merece conocerla.
Gestionar es hacer las cosas bien, liderazgo es hacer las cosas, dice Peter Drucker. Sin dudas, ¡la tarea continúa!
Sergio César Santaigo, Abogado.
Ex presidente del Instituto de Capacitación de las Escuelas Judiciales.