La sesión de ayer de la Cámara de Senadores donde se aprobaron varias leyes dejó algunas “perlitas” políticas de alto voltaje.
Y una de las protagonistas de la sesión fue, sin dudas, la misionera Magdalena “Maguie” Solari, muy identificada con el kirchnerismo pero, al final del día, una representante que debe su banca a la Renovación misionera.
En una pirueta muy peculiar, Solari dio quorum para que el kirchnerismo aprobara los pliegos de la cuestionada jueza Ana María Figueroa, que debe votar en causas judiciales donde está acusada la vicepresidente, como Hotesur.
Solari se levantó antes de la votación y forzó un empate de 35 a 35 entre la oposición, que busca jubilar a la jueza, y el oficialismo, que buscaba ofrendarle a Cristina Kirchner ese “regalo”.
Pero el kirchnerismo puro o duro, en muchas provincias -también en la tierra colorada- está claramente en franca retirada. Rovira ya dejó en claro en su exposición en la Legislatura, que la Renovación se asoció con Sergio Massa, no con la ex vicepresidenta. Incluso fue más allá: fue Massa el que se asoció para su carrera presidencial en Misiones con el oficialismo local.
“De acá hacia allá”, dijo Rovira.
Y ayer el jefe de la Renovación hizo pesar esa condición. Maguie Solari se levantó de la banca y evitó la ofrenda a Cristina Kirchner en una votación que al final terminó desempatando la presidenta provisional Claudia Ledesma Abdala a favor del kirchnerismo.
Fuentes del gobierno local explicaron que en Misiones el mensaje que buscan dar es claro: La sociedad es con Massa, no con Cristina Kirchner.
Y Maguie Solari, de fuerte identificación con el kirchnerismo, tuvo que “tragarse el sapo” y obedecer a las órdenes partidarias de Posadas. Porque Cristina importa, sí, pero Rovira importa más.
Plan B/ 29-9-2023
