Por Martín Boerr
Este 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Sucidio, y el gobernador Hugo Passalacqua volvió a poner el tema en agenda, con el lanzamiento de la Comisión de Prevención del Sucidio en una conferencia en Casa de Gobierno.
“Cada dos días, un misionero se suicida, es durísimo y tenemos que ponerlo en agenda”, señaló Passalacqua, que lo incluyó en su discurso inaugural el 1° de mayo.
Ese día, mientras leía las 33 páginas de su largo discurso de apertura de sesiones, el gobernador sacudió a la audiencia con una revelación que recuperó la atención de todos los presentes: el año pasado hubo 180 suicidios, especialmente entre jóvenes y adolescentes.
La cifra casi equipara a los accidentes de tránsito (215) y más que triplica los homicidios (47) del año pasado.
El flagelo está creciendo silenciosa y sostenidamente en la provincia y hay que tomar cartas en el asunto a todos los niveles, dijo el gobernador el 1°/5.
Desde entonces la prevención del suicidio se convirtió en un tema de máxima prioridad en la agenda oficial del 2024 y desde el Gobierno buscan impulsar acciones a todos los niveles, tanto en el sistema de salud pública como en la concientización y visibilización de este flagelo que, además, parece ser la punta del iceberg de una situación de angustia general que afecta a la mayoría de nuestros jóvenes.
La licenciada Natalia Falcón, coordinadora de la Comisión Interinstitucional para la Prevención del Suicidio remarcó la importancia de la prevención.
“El suicidio es una tragedia que afecta no solo a las personas que deciden quitarse la vida, sino a sus familias, amigos y a toda la comunidad. Pero sabemos que se puede prevenir, y ahí es donde vamos a poner el foco”, afirmó.
“La situación económica agrava vulnerabilidades sociales, y el malestar social, pero además hay una cuestión con la hiperconectividad y con el acceso a la información que genera anomia. La gente, y en especial los jóvenes no saben a qué aferrarse, esto genera una situación de desazón y desmotivación en cuanto a posibilidades de progreso económico, social, y también entra ahí que nos está costando a nosotros como adultos pensar hacia adelante y transmitir una idea de futuro a nuestros jóvenes”, explicó el psicólogo Nicolás Aranda.
Este eldoradense de 36 años, es director de Salud Mental de Misiones, y hoy encabezó una jornada en la Escuela de Innovación donde muchos adolescentes plantearon dudas y escucharon algunas respuestas de Aranda y su equipo, que también integran las psicólogas Cielo Kuti y Cecilia Castillo.
En una charla con Plan B, Aranda dejó en claro que el fenómeno crece rápida y sostenidamente, sobre todo desde la pandemia, y que los adultos, padres, docentes, amigos, tampoco saben bien cómo actuar o qué hacer porque la adolescencia de los chicos de hoy es muy distinta a la la que vivieron quienes hoy tienen 40 o 50 años.
“Hay impotencia entre los adultos”, admitió Aranda. Y son justamente los adultos los que tienen que apoyar a los jóvenes, sobre todo con la escucha y la contención. Algo que además, es cada vez más difícil porque nuestros hijos no quieren hablar ni compartir lo que les pasa.
-¿Cuál es la responsabilidad de nosotros como padres y adultos?
-Creo que habilitar la escucha, poder ver qué esta pasando, muchas veces cuando hablamos de adolescentes no es con la persona que más quieren hablar los padres. Hay que estar atentos a cambios de conducta, estar atentos a ciertas cuestiones con los factores de riesgo (de suicidio), consumo de sustancias, situación de violencia, bullying, son claves. Los padres tienen que volver a orientar a los jóvenes para que puedan encausar lo que les está sucediendo y ser un factor protector.
-¿Sabemos los padres cómo abordar esto? Me parece que no.
-La respuesta es no. La sensación que aparece en los padres es de impotencia, no saber qué hacer, es porque hay un cambio una brecha muy grande entre las adolescencias actuales y la que le tocó vivir a los padres, si bien hay cosas que todavía persisten, desde nuestra experiencia poder transmitirle a nuestros hijos y la otra es escuchar, orientar, acompañar. Saber dónde ponerse más firme y marcar que ese orden vendría bien y donde darles lugar para ver que está pasando.
-¿Podemos decir que los suicidios y los intentos de suicidio son la punta del iceberg de un estado generalizado de angustia de los jóvenes?
-Yo creo que sí, cuando alguien llega a eso es la punta del iceberg de otra cosa que está en juego en relación a la vida de esos adolescentes. Nos encontramos con un montón de aristas, la familia, la escuela y un proyecto de vida que ellos puedan elaborar un proyecto de vida hacia adelante, una protección ante otras cuestiones que surjan como adversidades.
-¿Por qué afecta más a los adolescentes y jóvenes?
-Creo que es por el momento vital que atraviesan, su identidad se está conformando, tienen muchas ilusiones, expectativas por lo que va ser su vida, esta muy fogoneado por las redes sociales un modelo de vida exitista desde lo material y económico. Que es creer que con el esfuerzo individual la persona va a llegar a conseguir todo lo que se consigue, no se rescata el conectar con el otro, el poder ser parte de un grupo y el encontrar una causa que nos de sentido más allá.
-¿Misiones estaba mejor antes y con el estallido de las redes este drama se le metió de lleno?
-En provincias como Misiones el tema de las redes la pone a la par y la hacen entrar en este modelo exitista. Si, creo que si y no podemos volver para atrás tenemos que pensar que hay mas allá de las redes y que posibilidad de encuentros hay con el otro y potenciar eso.
-¿Cómo están las estadísticas?
-Las públicas son hasta 2023, no podemos aún hacer públicos los datos del 2024. El año pasado nosotros contabilizamos 130 casos, aunque el gobernador en su discurso se refirió a 180 suicidios. Cuando se produce un hecho así esa persona no llega a Salud Pública sino que la familia va a la Policía. Estamos trabajando para que se informe cada intento que llega a los hospitales y CAPS porque también debe haber un tratamiento con un equipo obligatoriamente en cada caso.
-A dónde debe acudir un adolescente, un amigo, vecino o un padre?
-Siempre la comunicación con el 911 que está enlazado con nuestro sistema de emergencia, si alguien intenta hacerse daño hay que acercarse a una guardia. Acá en Posadas está el hospital Carrillo con guardia de salud mental las 24 horas. Y para menores de 15 años el Hospital Pediátrico. Después todos los hospitales de Posadas cuentan con áera de salud mental y los CAPS de Posadas y Garupá también, con equipos de trabajo.
-Y en el interior?
-En el interior los hospitales de niveles 3 tienen equipo de Salud Mental que trabajan articulando con hospitales de niveles 1, les llega la urgencia y hacen la derivación. Por ejemplo, si llega de Montecarlo, automáticamente es derivado a Eldorado al área de salud mental, para ser abordado por un psicólogo o si es necesario, medicar a ese paciente.
Plan B/ 5-8-2024
