Por Victoria González
Este jueves se conoció el índice de inflación de junio y marcó una sorpresiva baja a 6 por ciento, respecto a los dos meses anteriores.
Todo muy conveniente, justo a menos de un mes de que se celebren las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) donde el principal candidato del oficialismo es el responsable máximo de combatir esa inflación.
El Gobierno no tardó en celebrar la famosa “desaceleración” de la inflación. Es como que un técnico de fútbol festeje que en lugar de perder 8 a 0 como en el último partido, esta vez el equipo fue vapuleado pero con un tantedor de 6 a 0 abajo. Impensado.
Pero como se suele decir en tiempos de grieta: Los datos matan al relato.
Mientras otros países de Sudamérica muestran una desaceleración del índice anual de precios, Argentina tuvo la tercera inflación acumulada más alta del mundo en junio con el 115,6% (un guarismo que continuó subiendo) y quedó segunda, luego de Venezuela, bajo el régimen de Nicolás Maduro.
En efecto, la inflación más alta del mundo volvió a corresponderle a ese país con una suba del 8,6% el mes pasado y del 429% en los últimos 12 meses (frente al 458% de mayo), según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), una medición alternativa al gobierno de Nicolás Maduro.
En esta línea, el segundo lugar en el podio le correspondió a Zimbabue con una inflación acumulada de 176% y luego la Argentina.
Argentina solamente tiene menos inflación que Zimbabue y Venezuela.
Sin vemos los países limítrofes, en especial los dos vecinos de Misiones, la realidad es totalmente distinta.
Brasil tiene 3,2 por ciento de inflación anual acumulada y Paraguay 4,2%. Lo que ellos tienen de inflación en un año, Argentina desearía tenerlo en un mes y seguramente sería celebrado como una gran noticia por el Gobierno.
Otros vecinos: Chile registró 7,6% de inflación en los últimos 12 meses, Uruguay, un 5,9%.
Otra cuestión, si bien es cierto que el mundo vivió un proceso inflacionario en los últimos dos años, apuntalado por la guerra en Ucrania, recientemente muchos países dieron muestras fehacientes de empezar a resolver el problema.
En la región, varios países registraron deflación el mes pasado, a partir de una política monetaria contractiva y una reducción en el precio de los alimentos.
Como Brasil y Paraguay, cuya inflación acumulada interanual va en baja mes a mes, y demuestra que lo peor del problema parece haber quedado atrás.
PD: Los invito a ver el relevamiento de precios de Plan B, de diez productos comprados con 18 meses de diferencia, y la brecha con la medición del INDEC del aumento de esa misma canasta.
Leche de $114 a $445: Comparamos cuánto subieron 10 productos en el “Cali” y cuánto en INDEC
Plan B/ 16-7-2023