El emprendedurismo es una tendencia en crecimiento en Misiones, y muchas veces lleva a las personas a tomar decisiones que transforman sus vidas por completo. Tal es el caso de Martín Correa, un ex futbolista y ex piloto del automovilismo misionero que, tras una trayectoria en el karting y varios emprendimientos en Posadas, hoy lidera una empresa de muebles en Itapema, Brasil.
Desde hace dos años, Correa está al frente de “MC Móveis Planejados”, una mueblería especializada en la fabricación de muebles a medida en melamina. Con un 80% de clientela argentina y una fuerte influencia del mercado brasileño, su empresa creció rápidamente en un sector con alta demanda.
Pero antes de consolidarse, Correa tuvo varios proyectos en Misiones. Administró una pista de karting en el autódromo posadeño, manejó un negocio de alquiler de kartings y hasta tuvo una ferretería. Además, durante una década dirigió entre dos y tres carpinterías en Posadas, enfocadas en muebles de madera de pino económicos.
“La decisión de venir a Brasil se dio en julio del 2022 cuando vine a Itapema de vacaciones. En ese viaje me contacté con gente del sector inmobiliario y charlando, me hablaron sobre la alta demanda de carpinterías en melamina y que había mucho trabajo en ese rubro. Siempre lo tuve en mente y cuando escuché la oportunidad, no dudé”, comenzó diciendo Martín sobre sus inicios, en una charla con Plan B.

Su desafío inició en marzo del 2023. Para concretar su mudanza, vendió su auto de competencia, un Fiat 600 con el que participaba en la categoría Promocional 1400 del campeonato provincial. El objetivo era juntar fondos para instalarse en su nuevo lugar. “Lo hablé con mi esposa, Eve, y decidimos dar el salto. No fue fácil, pero lo veíamos como una gran oportunidad. Le dije: ‘Si yo vendo el auto de carrera, nos vamos’. En dos días vendí el auto y, sin vuelta atrás, nos instalamos en Brasil con ella y mi hija Fiorela (de 3 años en ese momento). Al llegar, alquilé un espacio chico dentro de una carpintería y ese fue el comienzo”, contó.
El inicio fue difícil. La barrera del idioma, el proceso de aprender nuevos sistemas de trabajo y la falta de ingresos pusieron a prueba su determinación. “Hubo momentos en los que me pregunté si valía la pena. Seguía sosteniendo mi carpintería en Posadas para poder pagar el alquiler y los gastos en Brasil. Llegó un punto en el que me cuestioné si había tomado la decisión correcta”, confesó.

Recordó que fue un año difícil e intenso, de algunas decepciones y de extrañar mucho sus raíces. “Tuvimos que aprender bien el idioma, yo algo sabía, pero cuando venís a trabajar es distinto que cuando venís de vacaciones. Más aun a la hora de distribuir los cortes, de cómo se arma un mueble, pero llegué acá y tuve que empezar a aprender prácticamente el 80% de cero. Vine con la idea de poder entender cómo funciona una carpintería especializada en melamina para salir al mercado”, detalló.

Pero la suerte empezó a cambiar cuando conoció a empresarios locales que lo guiaron en el proceso. El primer ‘clic’ llegó cuando se propuso a trabajar con el sistema de tablas CNC (Control Numérico Computarizado). Un comerciante brasileño llamado Dublin, con una empresa de productos metálicos para muebles se convirtió en una pieza clave en su crecimiento. “Le compré insumos CNC a Dublin, fui su cliente fijo y nos hicimos amigos. A los dos meses decidió mudarse a Portugal, me ofreció su local. Pude comprárselo en cuotas y, además, me pasó sus contactos comerciales”, explicó Correa. “Empezó a crecer la demanda, compré más máquinas de carpintería y logré armar la empresa que tengo hoy. Ahí empezó a fluir todo y en 6 meses me estabilicé. Ese fue el motivo por el cual me quedé y fue una bendición de Dios, no tengo dudas”, precisó.
Y en diciembre de 2023 tuvo un pedido rentable que lo catapultó a su objetivo y ya para enero del año pasado, alquiló un nuevo espacio, compró todas las máquinas necesarias, y hoy cuenta con una carpintería montada al 100%. Hoy, además de su carpintería, está por inaugurar una mueblería. “Solo faltan algunos detalles administrativos”, adelantó.
Respecto al sistema de comercio, Correa mencionó que en Brasil mucha gente invierte en la compra o alquiler de departamentos vacíos, lo que representa una gran oportunidad de negocio. “Hay alquileres anuales y por temporada. El propietario se convierte en nuestro cliente y elige el estilo de muebles para cada caso. En base a ello, nosotros ofrecemos un servicio integral: diseñamos los muebles, coordinamos la instalación de luminarias, marmolería, instalaciones hidráulicas y hasta equipamos el departamento con electrodomésticos, sillones y hasta toallas”, destacó.
Correa comentó que hay muchas personas de Posadas, Buenos Aires y de Córdoba invirtiendo en su zona. En esa línea, indicó que su empresa cuenta con ocho profesionales y afirma que es un grupo de “facilitadores” que brindan soluciones al cliente que confía en sus servicios. “El objetivo es simplificarle la inversión al cliente. Es una opción difícil de rechazar”, expresó.
Actualmente, su negocio está en pleno crecimiento y se pueden ver los trabajos a través de la cuenta de Instagram @martincorrea_moveis. Sin embargo, Correa no descarta volver a Posadas en el futuro. “Acá la calidad de vida es excelente, pero extraño mis raíces, la familia, los amigos, el río, el asado, el fútbol, el automovilismo. Mi idea es que la empresa siga creciendo y en algún momento poder invertir nuevamente en Argentina”, confesó.
De los circuitos a la carpintería: un sueño que nació en el karting
Cabe mencionar que, hasta 2017 Martín jugó al fútbol. Atajó en equipos como La Picada y Huracán de la Liga Posadeña. Paralelamente, comenzó a incursionar por el mundo de los kartings y curiosamente, el inicio de su pasión por la carpintería está ligado al automovilismo.

Durante su etapa, conoció a Facundo Alegre, un aficionado a las carreras que también tenía una carpintería. “Siempre iba a verme correr. Un día hablamos, me contó sobre su negocio y me interesó. Así empezó todo”, recordó.

Su primera experiencia en el rubro fue en 2013 a los 22 años, cuando trabajaba en la empresa Agua de las Misiones. “Mi abuelo tenía un aserradero de hace años y ese año no corrí. Me preocupaba mi futuro; por tal motivo, junté plata, compré una tanda de muebles y empecé a venderlos. Como me iba bien, decidí aprender el oficio y compré mis propias herramientas. Me gustaba tanto ese mundo que la gente me preguntaba ¿Cuándo vas a dejar de trabajar? Era muy ambicioso. Dejé todo y me dediqué exclusivamente a eso”, relató.
Al mirar atrás, Correa reflexionó sobre su camino: “Todo el sacrificio valió la pena. Aprendí que cada paso fue parte de un proceso para llegar a donde estoy hoy. Fue difícil, pero me hizo más fuerte. En un momento decía, “¿qué estoy haciendo? ¿para qué me va a servir todo esto? Hoy, junto a mi esposa y mis dos hijos (Fiorela y el pequeño Alejandro), al ver mi propio negocio siento que esas preguntas ya tienen respuestas”, concluyó.
Plan B / 12-3-2025