Opinión.

Opinión: La política y el caso Kiczka

Por Martín Boerr

La política metió la cola de lleno en el caso Kiczka, independientemente de que el todavía diputado provincial luce cada vez más complicado y con su fuga, no hace otra cosa que aumentar la presunción de culpabilidad.

Lo que aparece como telón de fondo en este nuevo suceso que sacude a Misiones, es la eterna rivalidad entre Rovira-Puerta, los dos apellidos excluyentes de la política en los últimos 35 años. Con una rivalidad que volvió a resurgir con fuerza a partir de la llegada de Pedro Puerta a la Legislatura.

El faltazo de Carlos Rovira a la sesión del jueves donde le quitaron los fueros a Germán Kiczka (un verdadero pelotón de fusilamiento donde los propios aliados se encargaron de vaciarle varios cargadores al cadáver político del apostoleño) marcó una ausencia demasiado presente.

Según pudo averiguar Plan B, Rovira no se encontraba de viaje, sino que juzgó más prudente no asistir al linchamiento -sin juicio previo- de Kiczka. Pero es inocultable que al gran ausente el jueves, le vino como anillo al dedo el bombazo.

Hacía apenas unas horas, otro escándalo crecía y salpicaba a Rovira como pocas veces en estos últimos 20 años. Se hicieron públicos vínculos comerciales de su hijo Ramiro con el dueño de la empresa Agrosustentable.

Envalentonados, los diputados Miguel Nuñez y Horacio Loreiro, del PRO, hicieron pública el lunes una denuncia que el propio Nuñez había presentado días antes en los tribunales federales de Comodoro Py.

Solicitaban que se investiguen los recursos que el Estado misionero generosamente vuelca en esa firma cuestionada, la gran beneficiada de la Ley de prohibición del glifosato.

El lunes Loreiro y Nuñez, que visitaron la redacción de Plan B para comentar la presentación en la Justicia Federal, pensaban que tenían una carta ganadora. Y se preparaban para una sesión caliente el jueves en la Legislatura, donde iba a salir este tema también por el pedido de la UCR para interpelar al ministro del Agro, Facundo Sartori.

No imaginaban que apenas 72 horas después iban a estar en el recinto de la Legislatura, asistiendo al desafuero de un aliado como Kiczka, incluyendo el despliegue de una actitud sin cortapisas ni misericordia para despegarse de su otrora amigo. Enterrando cualquier estrategia de escalar políticamente lo de Agrosustentable.

¿Que pasó entre el lunes y el jueves?

Que el juez Miguel Angel Farias, acaso permeable a los “vientos políticos” decidió con los mismos elementos que tenía desde febrero (el hallazgo de los 603 archivos y el programa Emule p2p para compartir material indecente), que lo de Kiczka era para desaforarlo y detenerlo, lisa y llanamente.

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Puerta, con el 33, Rovira con el 32.

Fue un cambio brusco de la postura del juez Farías, que hasta ese entonces, habiendo allanado el domicilio el 6 de agosto pasado, no pensaba en pedir su desafuro para detenerlo y llamarlo a indagatoria.

Los elementos en poder de Farías no se modificaron y los que se filtraron a la prensa datan de los allanamientos de febrero, incluyendo los chats comprometedores de un celular del hermano de Kiczka.

La actitud de los hasta entonces opositores, que por primera vez tenían la iniciativa, cambió radicalmente.

El jueves en el recinto, Pedro Puerta, Horacio Loreiro, Pepe Pianesi, los jefes de bloques opositores, no tenían ni fuerzas para al menos aceptarle la renuncia a Kiczka y diferenciarse un poco del oficialismo.

Temerosos de quedar pegados, se adhirieron a la postura, las palabras, y los gestos de la Renovación en todo este asunto.

¿Qué pasa con Pedro Puerta?

La gran duda que recorre por estas horas a la política misionera, más allá del paradero de Germán Kiczka, es la siguiente:

¿Qué rol tiene Pedro Puerta en este escándalo?

Llama la atención con la rapidez que se despegó de su amigo. Primero pidió que renunciara, y luego ni siquiera le bancó el pedido de renuncia en el recinto el jueves. Como ya se mencionó, pidió fusilamiento directo.

Quien quiera que observe las abundantes fotos en actividades juntos de Puerta y Kiczka notará como había entendimiento y una gran conexión entre ambos. Una simbiosis no tan común en la política local.

El miércoles Plan B dialogó con Pedro Puerta, quien dijo que Kizcka “nunca fue mi amigo”, y que “nuestra relación era solo de trabajo”.

El hijo de Ramón señaló que lo de Kiczka “no me parece político”. Cuando le preguntó Plan B por el principio de inocencia, Pedro Puerta señaló que “hay indicios fuertes” de culpabilidad.

En estas últimas horas Pedro Puerta no parece ni escandalizado, ni indignado ni sorprendido.

Claramente, se lo ve asustado. ¿Será que hay más revelaciones por venir?

La rivalidad Rovira-Puerta

El 10 de diciembre pasado, cuando ingresaron los nuevos miembros a la Legislatura, el tablero regaló una imagen que Plan B capturó y hoy comparte con los lectores. En el orden legislativo quedó con el número 33 Puerta y con el 32 Rovira.

Fue la primera vez que los dos apellidos volvían a juntarse desde que el jefe de la Renovación rompió con su otrora mentor allá por principios de este siglo. Sin dudas preanunciaba lo que se venía.

Desde que arrancó el año la rivalidad Puerta-Rovira signó la política misionera.

Sucedió con el capítulo yerbatero. Los Puerta están vinculados a la decisión del Gobierno de Javier Milei de desregular el sector con el DNU 70/2023 tras 22 años, un sector yerbatero hoy hundido en una crisis que parece no haber tocado fondo.

Rovira respondió en forma inmediata con la creación del Instituto Provincial de la Yerba Mate. Una idea que por ahora está en estado de estudio.

Otra pelea fue la de la prohibición del glifosato, con Pedro Puerta buscando poner su cara a los que se oponen a esa Ley que es sinónimo de Carlos Rovira.

Puerta participó y fue una de las figuras en la reunión que se celebró el 29 de junio en la localidad de 2 de Mayo con productores de todos los sectores. Fue un error de los productores subir al barco del reclamo por el glifosato a un Puerta y politizar el asunto.

Pero sucede que muchos productores, justamente, lo que quieren es hacer política con esto. En esa reunión en 2 de Mayo se empezó a gestar lo que terminaría en la denuncia de Nuñez en Comodoro Py.

La guerra sorda tiene capítulos y batallitas de todo tipo.

La Renovación también operó fuerte en un canal de noticias nacional y con un peso pesado de la pantalla y de la radio, primero, y luego en sus medios afines en Misiones para tratar de vincular a Puerta con las compras de yerba mate del Ministerio de Desarrollo Social.

Cuando desde el vamos se sabía que las ventas las hicieron las firmas Holowaty y Kleñuk. En Canal 12 llegaron a decir que venía una denuncia penal tributaria de la AFIP por lo del propoleo.

Pero hay que entender que en tiempos de fake news, la verdad poco importa o a pocos les importa. La crisis económica de los medios, acá y en todos lados, también los hace más “permeables” a cualquier operación (incluso las cadenas de Buenos Aires).

Puerta vs Rovira

¿Qué clase de opositor es Pedro Puerta? Con lo que se vio hasta ahora, Puerta no es un contrera que se opone a todo y no reconoce nada bueno en el oficialismo.

“La Renovación hace muchas cosas buenas”, repite Pedro Puerta, públicamente. Su padre tampoco parece un hombre dolido o resentido, sino alguien que llegó bien lejos y supo encajar el golpe de ya no ser.

Y acá es donde hay que interpretar una realidad, cuando se habla de Puerta o el Puertismo, no hay que pensar tanto en Ramón o en Pedro, sino en un concepto político de archirivalidad con la Renovación.

Puerta-Rovira no es la rivalidad de Ramón y/o Pedro vs Carlos Rovira.

El puertismo es la cara o el concepto visible de lo que en realidad es una oposición de paladar negro en Misiones.

Se trata de un heterogéneo grupo de dirigentes políticos, empresarios yerbateros, ganaderos y de otros rubros que tiene como gran denominador común que no participan del poder y se quedaron “con los pies fuera del plato”.

Suelen ser híper críticos con el oficialismo y ven negociados por todos lados (aunque nunca aportan pruebas ni se atreven a hacer denuncias poniendo la firma, ni ante los medios ni ante la Justicia).

Algunos de ellos, valientes en el whatsapp, suelen mezclar elementos reales, no probados y fantasías lisas y llanas. En el barullo no saben diferenciar la bala de plata que hace daño, de la carga de fogueo. Y en esa torpeza gana Rovira, claro.

Ellos “la ven” y critican a los que no la ven, a los que usualmente tildan de “vendidos”.

Los “paladar negro” son fanáticos del anti-rovirismo, y cuando se profundiza, se nota que el sentimiento común que los mueve no es tanto una provincia mejor o propuestas superadoras, sino que sencillamente buscan el poder y el dinero para ellos.

En algún tuvieron la sartén por el mango. Pero pasa el tiempo y no vuelven, ni están por volver.

Mucho menos aguantan que la sartén por el mango la tenga el hijo de un colectivero que -se suponía- estaba llamado a obedecer ciegamente a sus patrones yerbateros.

Plan B/ 25-8-2024

 

 

 

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