Fundamentos del fallo.

Antonella: Para los jueces, no hubo violencia de género y por eso no fue femicidio

Por César Cucchiaroni

IG: @cesar_cucchiaroni_perito

El Tribunal Penal Uno de Posadas dio a conocer en las últimas horas los fundamentos del fallo por el cual condenaron a Cristian Vargas (33) a veinte años de prisión por el homicidio de Antonella Bernhardt, y en el que desestimaron la calificación de femicidio, a pesar de la brutalidad de un crimen que conmocionó a todos los misioneros.

Si hubieran aplicado la figura de femicidio, la pena habría sido mayor y podría haber sido cadena perpetua, lo cual generó el descontento de los familiares que apelarán el fallo.

Los jueces Viviana Cukla (presidente), Angel Dejesús Cardozo y Gustavo Bernie explicaron que un femicidio incluye no solo la muerte de una mujer a manos de un hombre sino, también, debe existir violencia de género.

Es decir, debe haber “discriminación y una desigualdad estructural de poder”. Para los jueces, esto no fue acreditado en la causa.

La Justicia Vs los medios y la opinión pública

En sus fundamentos, la presidenta del Tribunal admitió la conmoción y el repudio social que provocó el caso, pero remarcó que “la existencia de un contexto de violencia de género no puede construirse a partir de conjeturas que hagamos cualquiera de nosotros (la vecina, la amiga, la familia, los medios de prensa, etc.)”.

En este sentido, remarcó que “no toda muerte violenta de una mujer es femicidio”. Para que se constituya, debe haber un contexto de violencia de género, es decir, un entorno de “discriminación y desigualdad estructural de poder”.

Para los jueces, estos aspectos no fueron acreditados en el juicio.

Por ejemplo, los magistrados no creen que Vargas haya sometido a Antonella a partir de una relación laboral donde él era su jefe.

Sino que consideran que había un “acuerdo de trabajo” entre ambos, por lo que la joven no estaba en inferioridad de condiciones, al menos en ese aspecto.

La víctima era oriunda de Oberá y desde hacía algunos años había llegado a Posadas buscando un futuro mejor, que le estaba siendo esquivo.

Llevaba tiempo buscando trabajo. Un día ganó un sorteo a través de Facebook y pensó que su suerte cambiaría, pero fue al revés. El organizador del sorteo era Vargas. El premio era convertir a la ganadora en una especie de modelo erótica, para armar un book de fotos. El asesinato se produjo al final de la segunda sesión fotográfica.

Tampoco creen que la diferencia de tamaño físico o el uso de un cuchillo sean elementos que definan un femicidio.

Porque, de lo contrario, no se podría hablar de femicidio si la muerte se produce por golpes de puño o si el hombre es físicamente más pequeño que la mujer, según manifestaron entre los fundamentos de un fallo que tiene varias citas de juristas refiriéndose a la cuestión.

El tema es complejo y no hay acuerdo incluso entre los mismos penalistas que lidian constantemente con este tipo de casos.

Apelación

Con los fundamentos en la mano, los abogados querellantes, Mauricio Vergara e Ivanna Lunkvist, evalúan recurrir la sentencia ante tribunales superiores. Sin embargo, esperan también una definición por parte de la familia de la joven, teniendo en cuenta que pelear el caso en instancias superiores implica también remover el dolor de manera indefinida.

El cuatro de abril de 2019, Vargas golpeó y mató brutalmente a la joven, con una puñalada que prácticamente le atravesó el cuello, seccionándole venas y arterias. Antonella murió ahogada en su propia sangre.

Los abogados de la familia (querella) y el Ministerio Público Fiscal, a cargo de Martín Rau, habían pedido que a Vargas se lo condene por homicidio calificado por femicidio (art. 80 inc. 11 CP). El fiscal además solicitó que se lo agrave por alevosía, porque entendió que la joven fue ultimada cuando ya estaba indefensa, posiblemente desmayada por los golpes (art. 80 inc, 2 CP).

El mismo reclamo se escuchó en varios medios de comunicación que siguieron el caso y en las marchas públicas que se realizaron tras el hecho.

Agravantes de la pena

El homicidio simple por el que condenaron a Vargas prevé penas de entre ocho y 25 años de prisión. En este caso, le dieron una condena de veinte años (con el voto de Cukla y Bernie, mientras que Cardozo votó por veinticinco años).

Como agravantes de la pena influyó el hecho de que la haya matado en su propio departamento, donde Antonella debió sentirse segura y fue sorprendida. También le jugó en contra la frialdad y el desinterés que mostró el homicida al salir del departamento. Ese día, fue filmado mientras salía como si nada hubiese pasado, incluso simulando hablar con la joven (que ya estaba muerta), para no ser detenido por los propios vecinos que habían escuchado la secuencia mortal.

*César Cucchiaroni es periodista y perito criminalista.

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César Cucchiaroni

Perito en Criminalística. Periodista (Unam).