Entrevista a Jorge Liotti.

El editor de Política de La Nación: “Son las elecciones más importantes en lo que va del siglo XXI para Argentina”

Por Martín Boerr

La noche del 13 de agosto pasado todo un país se sorprendió con el triunfo de Javier Milei en las PASO, incluso los mismos que apoyaron al libertario.

Inmediatamente apareció una corriente de opinión de analistas, dirigentes, periodistas o público en general que afirma no comprender cómo puede haber votantes que se inclinen por un personaje tan radical. Aún hoy siguen sin entenderlo.

A todas esas personas que no pueden racionalizar por qué el 22 de octubre podría volver a ganar un personaje que hasta hace no mucho gritaba por los canales de televisión, les vendría muy bien leer “La Última Encrucijada”.

Este libro, que es la ópera prima de Jorge Liotti, no es otra cosa que una gran advertencia de que la Argentina puede estar llegando a un punto de no retorno, donde ya no pueda retornar a la senda que transitó hace no tanto tiempo, con una perspectiva de crecimiento y desarrollo.

“Si la Argentina no rectifica el rumbo ahora nos convertiremos definitivamente en otro tipo de país, con una declinación crónica”, explica Liotti, editor de Política del diario La Nación, en diálogo con Plan B.

Este periodista oriundo de Corrientes, que vive en Buenos Aires desde que terminó la secundaria, parece haber interpretado como pocos periodistas porteños la principal demanda de la sociedad.

Una que Jorge Valdano sintetizó como nadie en una entrevista con el diario La Nación: “La gente sólo le tiene miedo a una cosa: a seguir igual que hasta ahora”

Para Liotti, uno de los analistas políticos más leídos del país, Javier Milei no sólo es el favorito para entrar al ballottage, sino que también podría dar un nuevo batacazo y ganar en primera vuelta el 22 de octubre.

“Lo que ocurrió en las PASO en gran medida reinterpretó lo que está en el libro, el libro lo terminé antes de las PASO y estas elecciones fueron de alguna manera la consecuencia de lo que allí se cuenta”, señala.

-¿Teniendo en cuenta el país que estudiaste y describís en “La Última Encrucijada”, quién gana el 22 de octubre?

-Te voy a dar dos miradas: la racional cuantitativa basado en herramientas de medición, marca que al ballottage llega Milei primero y Massa segundo, quedando afuera Bullrich. Parece difícil que Bullrich pueda remontar, pero no lo descarto.

-¿Y la otra mirada?

-La segunda manera de mirar es más emocional, más de la temperatura social que se percibe. Y allí la ola parece favorecer a Milei, así como sorprendió el 13 de agosto, puede haber una nueva ola a favor de Milei y que no haya necesidad del ballottage.

-¿El escándalo de Insaurralde favorece a Milei?

-Lo que pasa es que ese episodio tiene todos los elementos de un grotesco, si fuera un producto del cine no podría haber salido mejor, crear una escena donde un político haga algo que le molesta a la gente, es el típico caso que impacta. Y tiendo a pensar que el beneficiario de esto es Milei, porque él es el que instaló el concepto de casta, la bronca contra una dirigencia que lo que busca es beneficiarse con la política. A Massa lo podría perjudicar porque es de su espacio y tiene un vínculo directo con Insaurralde. En cambio a Bullrich no la beneficia ni la perjudica, es más neutral.

-¿Cómo explicás el declive de Juntos por el Cambio?

-Juntos por el Cambio estaba preparado para salir primero con 35 puntos con una interna cuyo ganador iba a ser el próximo Presidente. Pero sacaron 28, con una interna que fue horrible y quedaron en segundo lugar, y si vos sacás los votos de la Larreta, Bullrich sola sacó el 16 por ciento, contra un Milei que tiene 30 puntos propios. Bullrich tiene que trabajar para volver a esos 28, porque tiene que consolidar lo propio y lo de Larreta, para empezar a disputar.

-¿Bullirch no encuentra la forma de crecer?

-Creo que se formateó tanto para esa interna, en su gran épica para ganarle al aparato de Larreta, con los fondos de la Ciudad, que al lograrlo es como que llegó al punto máximo, y creo que no terminó de entender que no había ganado la elección real. Le está costando mucho volver de ahí, que ahora es la candidata del centro que es algo para lo cual ella no estaba preparada.

-¿Después de estas elecciones vamos a asistir a la jubilación de algunos dirigentes que dominaron la escena política de los últimos 20 años? Cristina Kirchner, Macri…

-Yo creo que varía mucho si el que gana es Milei, Massa o Bullrich. Si gana Milei, la renovación de la política va a acelerarse porque se van a descomponer las dos coaliciones principales que ya están resquebrajadas y eso podría llevar a un reordenamiento de todo el tablero. Creo que Cristina no va a desaparecer, pero está en un claro retroceso; puede quedarse en la resistencia ideológica sobre todo si gana Kicillof en Buenos Aires. Y Macri puede ejercer un padrinazgo ideológico de Milei, no se siente tan incómodo en ese rol.

-En Misiones la prensa nacional es criticada por mirar excesivamente lo que pasa en Buenos Aires: CABA y Conurbano y es una crítica que se hace en otros lugares del interior. ¿Qué pensás, como hombre de Corrientes pero que vive desde hace tiempo en Buenos Aires?

-Es compleja la respuesta y voy a tratar de no ser simplista en el planteo. Creo que sí, los medios llamados nacionales tienden a prestarle más atención a los temas generados en el ámbito de AMBA, Buenos Aires, Ciudad y Conurbano. También es cierto que tienden a prestarle más atención a los actores de poder, los que resuelven cosas. Y hoy el poder surge de la Ciudad de Buenos Aires o del Conurbano. Cristina se “bonaerizó” hace rato, Macri es porteño, Alberto Fernández es porteño y los tres candidatos que están ahora, también. El poder pasó por acá. Ahora dos comentarios que me parecen importantes: eso también es producto de que los gobernadores se localizaron en exceso y se desentendieron de la dinámica nacional. No he visto que sacaran la cabeza con verdadera vocación. Gerardo Morales, quizás fue el más importante, en algún momento Capitanich, Uñac. Pero nadie se metió en el juego grande como Carlos Menem o después Néstor Kirchner.

Pero lo otro que hay que decir es que ese planteo es relativo, porque si uno mira el resultado de las PASO, Milei ganó en 16 provincias y salió tercero en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, con lo cual gran parte del éxito de Milei vino del interior.

-Volviendo al libro, en “La Última Encrucijada” vamos a encontrar también un mensaje de esperanza hacia el futuro.

-El otro día decía en una nota que no se llama “Un país que se cayó al abismo”, sino que deja abierta una ventana para una última oportunidad, es un diagnóstico descarnado de cómo llega la Argentina a estos 40 años de democracia, una radiografía de este presente que cuenta con el aporte de muchos intelectuales, políticos, economistas.

-¿Hay también historias, anécdotas y rosca política?

-Sí, también hay muchas historias y anécdotas de la trastienda del poder de los últimos años, momentos de la historia reciente donde fueron cruciales los debates. Como las discusiones de Néstor Kirchner con Lavagna cuando el país todavía no tenía alta inflación, la incomodidad de Néstor con Cristina presidenta, y muchos relatos de primera mano que describen de cerca los problemas que enfrentaron Mauricio Macri y Alberto Fernández. Cuando hablás con los protagonistas ves un patrón de comportamiento que se repite y que explica en parte por qué vienen fallando los gobiernos en la Argentina.

-¿Por qué escribiste el libro?

-Es una idea que venía dando vueltas hace bastante tiempo por mi cabeza y que empezó a cristalizarse hace dos años donde aparecían tres datos: la percepción muy generalizada que después se fue consolidando con el tiempo, de que la Argentina estaba entrando en una etapa de fin de ciclo, esos momentos cruciales donde un país define un rumbo, había un agotamiento, una frustración por el fracaso económico, el impacto de la pandemia y mucha desilusión con la dirigencia política. Nunca vi una mayoría o un consenso tan marcado donde se verbaliza la misma idea: “Esto así no puede seguir”. Esto coincidía en la gestación del libro con los cuarenta años de democracia, que como todos los aniversarios redondos fomenta el revisionismo, y a mí me parecía que esta vez se llega con una mirada distinta de la democracia que a los aniversarios anteriores. Y también coincidía con la elección presidencial, que para mí es la más importante en la que va del siglo XXI. La hipótesis del libro es que la Argentina se ha venido deteriorando de tal manera que si no rectifica su rumbo a partir de esta elección y el próximo mandato, probablemente ya no tenga más chances de volver a esa senda que transitó hace no tanto tiempo, donde era un país con expectativa de progreso, que podía entusiasmarse con su futuro, con una clase media sólida y una educación que generaba orgullo a nivel regional.

-¿Esa es la base sobre la que aparece un Javier Milei?

-Sin dudas, el libro se terminó de escribir a fin de junio y no me imaginaba una elección ordinaria, entendiendo como una típica elección donde hay un candidato A y un candidato B y la gente elige como si nada hubiera ocurrido. Estamos ante un momento de acumulación de frustraciones de muchos años que se vio en la elección del 13 de agosto, donde hubo tres expresiones de hartazgo.

-¿Tres manifestaciones del hartazgo?

-Sí, la primera fue Milei, claramente un emergente disruptivo con un discurso antisistema; la segunda, el altísimo nivel de ausentismo, casi 11 millones sobre un padrón de 34 millones, casi un tercio no fue a votar; y la tercera fue el voto en blanco y nulo, más alto de lo habitual.

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Jorge Liotti presentando “La Última Encrucijada” en Corrientes junto a al periodista Eduardo Ledesma, corresponsal de La Nación en la capital de la vecina provincia y autor de un libro (“Los elegidos”) en el que entrevista a todos los mandatarios correntinos desde 1983 hasta la fecha.

-Sin embargo hay mucha gente que aún no entiende el fenómeno Milei ni las motivaciones de los que lo votan.

-Es gente que no termina de entender cuánto cambió el país en los últimos años, yo venía planteando en el libro esta idea. No miremos a la oferta electoral o a los candidatos, miremos a la sociedad que te organiza la oferta. Hay cosas que la dirigencia no ve, hay tres procesos que han llegado a un punto de desgaste completo e insostenible. Uno tiene que ver con el fracaso económico y allí en el libro se marca que esto empieza a partir de mediados de los 70, con el ocaso del modelo de sustitución de importaciones, a partir del cual la Argentina no vuelve a encontrar una matriz de desarrollo a lo largo del tiempo. Ese proceso se agravó en los últimos 12 años, cuando el país no creció y se estancó definitivamente. La percepción de fracaso económico es muy fuerte y está en la base de la insatisfacción general.

El segundo es el de la transformación social, especialmente a partir de la crisis del 2001 y 2002. La Argentina empieza desde entonces a cobrar una fisonomía distinta, con una composición social donde vos tenés 30 o 40 por ciento de pobreza a lo largo de 20 años, es decir pobreza estructural, ramificada, que genera otro tipo de relaciones, de consumo, que ya perdió las referencias del Estado o del sistema laboral forma. Es otro tipo de sociedad. Ya hay familias que están en la pobreza desde hace tres generaciones. Es una sociedad distinta a la que había en la primera etapa de la democracia.

El tercer plano es el bloqueo político, la traba que sufre el sistema primero por la polarización del kirchnerismo vs antikirchnerismo, pero ya en un nivel de fragmentación política que ha sido imposible articular en los niveles del Estado, estos tres procesos, con sus dinámicas distintas, se encuentran en este momento de definición.

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Liotti junto a Carlos Pagni y Hernán Capiello, en una presentación del libro. “Espero poder ir a Misiones a presentar La Última Encrucijada”, le dijo a Plan B.

-¿Cómo ves al periodismo en esta coyuntura?

-Se lo visualiza con muchas dificultades propias de este contexto político, el periodismo sufrió mucho la grieta ideológica y ahora esa grieta se va a ir reduciendo porque las coaliciones que conformaban los dos polos se están diluyendo, algutinaban el 90 por ciento de los votos y ahora sacaron el 55 por ciento, vamos a una nueva composición política.

A eso se suma un desafío superior y esto sí lo abordó en un capítulo del libro que es el nuevo ecosistema digital, ese es el desafío real. Cómo adaptarnos a la demanda de una audiencia que es volátil, fragmentaria, que consume contenidos livianos, ligeros y que desafía los modelos habituales de producción periodística. ¿Respondemos tal cual pide la audiencia a las métricas, al rating, o también tomamos en cuenta otras lógicas, sosteniendo un periodismo de mayor calidad?

-¿Y qué pensás?

-Yo creo en lo segundo, creo en lo segundo porque si el periodismo lo que hace es transformarse en una pata más de la discusión digital, no tiene un plus para agregar, el plus que tiene el periodismo es aportar un valor adicional a los contenidos que no sean tan fáciles para cualquier twittero, tiktokero o influencer.

 

Ficha Personal

Jorge Liotti: 54 años

Cargo: Editor Jefe de Política del diario La Nación

Licenciado en Periodismo (Universidad del Salvador) y Máster en Estudios Internacionales (Universidad de Birmingham).

Profesor e investigador en la Universidad Católica Argentina, donde fue director de la Licenciatura en Periodismo.

Trabajos anteriores: Perfil, agencia DyN, corresponsal de La Repúbblica (Italia), El País (Colombia).

Plan B/ 5-10-2023