Por Patricio Downes
César “Fuma” Sánchez Bonifato, quien falleció el pasado sábado 15, no fue un periodista común porque sobresalió con sus coberturas en el diario El Territorio de Posadas y en La Nación de Buenos Aires, con los temas estratégicos de la región y de Misiones sobre el lomo de un estilo brillante y a la vez sencillo, de amena lectura.
Nació el 10 de diciembre de 1933 y recibió el nombre de Julio César Leonardo Francisco Sánchez Bonifato, hijo de Julio César Sánchez Ratti
y de Carolina Bonifato.
Fuma vivió casi toda la vida en la misma casa de sus padres, con su clásico frente de ladrillos a la vista y su llamador de bronce en la puerta cancel. Es un ícono posadeño en la calle Colón casi Entre Ríos, en la vereda opuesta a la del Instituto Roque González.
En El Territorio y también en el diario porteño, Sánchez Bonifato hizo todo tipo de coberturas. Se destacó en varias áreas, pero su especialidad durante años fue la generación hidroeléctrica y la construcción de las represas de Itaipú (Brasil y Paraguay), Yacyretá en
colaboración argentina con Paraguay, además de los hidrogeneradores de electricidad en el Arroyo Uruguaí y los de Saltito I y II.
En una época donde solo el diario El Territorio marcaba la agenda de la política y de otras actividades sociales y culturales, la pluma de Fuma tuvo un protagonismo brillante.
También en los demás temas de la economía misionera, como los vinculados a la yerba mate, el té, tung, forestación, bosques naturales y la actividad de Papel Misionero, entonces estatal dedicada a la fabricación de papel corrugado.
Encaró además la marcha del sector forestoindustrial, en especial la fabricación de fibras largas y cortas, junto a los aserraderos con mayor valor agregado, en la fabricación de tableros.
Aún adolescente, se mudó a La Plata para estudiar Abogacía, aunque luego descubrió que su verdadera vocación era el periodismo. Hizo sus primeras armas en gráfica con textos publicados en La Gaceta platense.
También se ligó a experiencias artísticas de avanzada para la época, como las del Instituto Di Tella.
Por esos años, con los bolsillos flacos de todo estudiante, se mantuvo tocando el piano en una famosa confitería de La Plata. Desde entonces se ganó el apodo de “Fuma”, en alusión al mago Fumanchú, un clásico del circo.
Ya a fines de los ´60 regresó a Posadas, donde comenzó a escribir en El Territorio. Le insufló nuevos aires a la redacción creando la “Página Joven” y también se inició en la corresponsalía del diario La Nación, que había iniciado su padre, donde Julio César Sánchez Ratti.
Luego que el presidente Juan Domingo Perón firmara en Asunción el tratado binacional de Yacyretá, Misiones se estremeció con el impacto que provocaría la construcción de la represa.
De ese y otros temas sobre energía, escribió Fuma. Fue el 3 de diciembre de 1973.
Además de El Territorio, los otros medios de importancia de esas décadas finales del siglo XX, fueron centrales el Canal 12 estatal, la
privada radio LT4 y la estatal LT17. No existían entonces las emisoras de baja potencia ni las FM, cuyas ondas solo ingresaban desde
Paraguay.
Fuma también se destacó en el Canal 2, una emisora pionera en el cable, que finalizó su actividad hacia fines de los ´70.
El piano, que tocaba con talento, y también el acordeón fueron los instrumentos a los que Fuma les sacó acordes de música, regional,
creaciones paraguayas y melodías modernas como las de Fito Páez.
Por eso y por su estilo polémico, aunque amable en las conversaciones, fue un personaje indispensable para infinidad de reuniones.
Sánchez Bonifato es el ejemplo de las primeras familias afincadas en lo que a fines del siglo XIX fue Trincheras de San José y, con la
federalización de Misiones, pasó a llamarse Posadas.
En síntesis, primero la federalización y luego la puja con Corrientes, por esta zona mutilada, que el presidente Julio A. Roca zanjó a favor de su hermano, el primer gobernador del Territorio Nacional de Misiones, Rudecindo Roca.
En el Censo de 1895, su abuelo Leonardo Bonifato ya se había radicado en Posadas, peluquero de profesión como el bisabuelo italiano,
Cayetano, casado con Sebastiana Speratti.
Don Leonardo, famoso por sus avisos de peluquería en el diario La Tarde a principios del siglo pasado, contrajo enlace con Carlina Bianchi, otra posadeña que fue madre de la mamá de Fuma.
“Cosas de Misiones, la hermosa”, solía decir Fuma cuando la conversación comenzaba a boyar como en un remolino del río y no
había más explicación ni datos sobre el tema de la charla.
Ese fue el nombre que, durante años, tuvo el espacio que –al mediodía en LT4- tenía don Sánchez Ratti, su padre.
Su madre, Carolina Bonifato, fue docente y sus ya viejos alumnos la recuerdan con cariño. Tenía un espíritu alegre y gran vitalidad que no mellaron los años.
Otra de las pasiones de Fuma fue el tenis que practicaba sobre todo en una cancha que tenía el geólogo Juan “Rubito” Olmo, abuelo materno del tenista argentino José “Chucho” Acassuso. Allí se sentía a sus anchas, sobre todo en la época que Las Dolores, sobre la Avenida Cocomarola en el sur posadeño, aún no se había urbanizado como hoy.
De las grandes amistades de la infancia, muchas de ellas de familias radicadas entre las “4 avenidas” existe una fotografía en la que, hasta el sábado, el exgobernador Ricardo “Cacho” Barrios Arrechea y Fuma, eran los únicos sobrevivientes.
Entre ellos también José Luis “Cuqui” Coll, fallecido el año pasado, y otra gurisada de entonces que supo dejar su marca en la actividad empresarial, emprendedora y política, como el mencionado ingeniero, militante del desarrollismo.
Para Fuma fue entonces un compromiso ineludible acompañar en su gobierno al radical Ricardo “Cacho” Barrios Arrechea, triunfante en los comicios provinciales de 1983.
Estuvo a cargo de la prensa y del Canal 12 de televisión oficial. Terminada esa etapa, siempre cultivó su amistad con “Cacho” y volvió a su actividad periodística en El Territorio, además de la corresponsalía de La Nación.
El periodista describió el desarrollo de la Guerra del Chaco, entre 1932 y 1935, en la que se enfrentaron los ejércitos de Paraguay y Bolivia
disputando un amplio territorio con la codicia por el petróleo como telón de fondo.
El libro de Sánchez Bonifato se tituló “La última guerra de Sudamérica”, publicado décadas antes de la Guerra de Malvinas en 1982.
“Gracias sei stato una persona molto importante nella mia vita. Riposa in Pace caro padre biologico, Fuma. Estuviste una persona muy
importante en mi crecimiento, más allá de haberme dado la vida, fuiste mi Padre biológico querido Fuma … y también, fuiste padre de Pablo, Gabriela, Sebastiana y Julieta!”. (Texto en Facebook)
Con este mensaje se despidió uno de los hijos mayores de Fuma, Julio César Ayllon, arquitecto y empresario radicado en Cerdeña, Italia, y
hermano de Julieta Ayllon. Ambos hijos a su vez de Norma Virginia Vidotto Paludo.
Julio César se refería además, a Sebastiana (radicada en EE.UU., hija de Fuma y de la licenciada Luisa Celman. Esta brillante pionera del turismo como política de estado en Misiones, es a su vez la mamá de Gabriela y de Pablo Chas, quien quiso y acompañó a Fuma con amor filial.
“Lo vamos a extrañar; se fue en paz, realizado, agradecido”, me escribió Pablo, licenciado en Marketing y ex integrante de la mítica banda musical “La corte del señor Manga”.
Sus amigos también lo extrañan; para quien escribe fue como un hermano mayor y extrañaré su saludo al teléfono: ¡Paddy Daunes, personaje de película!
No hubo velatorio, pero la familia se propone un homenaje de despedida para cuando puedan viajar integrantes de su familia radicada en otros países.
17-10-2022