DEBATE.

Opinión: ¿Llegó la hora de abandonar el INYM y declarar la Independencia Yerbatera?

Por Martín Boerr

Hace 18 días en el coqueto Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), en la entrada a Barrio Parque, las diez cuadras residenciales más exclusivas de la Argentina, el gobernador misionero Oscar Herrera Ahuad planteó una idea disruptiva que por esas cosas de la sobreabundancia de información y ciertas ineficacias en la gestión oficial de la comunicación, pasaron casi desapercibidas.

Una verdadera pena, porque fue un discurso histórico de un gobernador misionero en el corazón del centralismo porteño.

Ante ese auditorio colmado de empresarios, funcionarios y dirigentes, franqueado por el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, el ex ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile y Héctor Huergo, histórico editor de Agro de Clarín (organizador del evento), Herrera Ahuad no se amilanó.

Con una locuacidad inusual, combinando ironía, gracia e incluso interpelando al auditorio, visiblizó como nunca antes la inequidad en la cadena yerbatera, el alto costo que pagan los misioneros por proveer yerba barata a Buenos Aires y hasta deslizó una sutil amenaza.

Mostro firmeza, pero todo sin perder la sonrisa y la invitación al distinguido auditorio a que abran la mente y empiecen a entender la necesidad de cambiar de raíz injusticias que desde el barrio más caro de la Argentina no se ven, ni se tienen en cuenta siempre.

Independencia Yerbatera

El misionero prácticamente planteó la posibilidad de declarar la Independencia Yerbatera, cortar con el resto del país hasta que paguen a los misioneros y correntinos por su producto único y, fundamentalmente, a que remuneren de manera justa el trabajo que tiene detrás.

“Tenemos dos productos que son únicos en la Argentina. La yerba mate tiene más de 600 años, pero no termina de florecer. La composición de nuestra cadena productiva tiene más de 12.500 productores. ¿Levante la mano el que toma mate en este auditorio? Son muchísimos. ¿Ustedes saben cuánto cobra un productor yerbatero por kilo de hoja verde? 46 pesos es el precio oficial y se paga 65 pesos, un kilo de yerba vale entre 600 y 1000 pesos”, señaló Herrera Ahuad.

“Tenemos que pararnos ante las autoridades nacionales peleando el precio para el productor”, señaló el misionero, ante un auditorio que lo escuchaba con gran atención.

“Uno escucha hablar de decisiones políticas, yo para la yerba mate necesito decisiones patrióticas. De cuidar y proteger a esos 12.500 productores, ¿que haria la Argentina si un día los productores misioneros dijeran hoy no producimos más yerba mate? No van a pagar 600 o 800 pesos el kilo, van a tener que pagar 1.500 o 2.000 pesos como la yerba que importan de afuera”, deslizó Herrera Ahuad.

Sienmpre la misma piedra, la votación en el INYM

Dos semanas después, en el directorio del INYM se cayeron nuevamente las negociaciones entre los productores y los industriales, no hubo unanimidad en la votación y todo se remitió a la Secretaría de Agricultura de la Nación, que conduce formalmente Juan José Bahillo.

Pero Bahillo no “pincha ni corta” en el laudo yerbatero, a pesar de lo que dice la Ley 25.564 del INYM, que expresa claramente que es ese funcionario debe decidir. “Tienen que convencer a Matías Tombolini, el secretario de Comercio”, avisaron desde Buenos Aires.

Quizás sin advertir que están violando el espíritu de una ley, que decida quien debe velar por una economía regional.

Allí fue Herrera Ahuad este jueves junto al titular del INYM, Juan José Szcychowski, a tratar de explicarle a Matías Tombolini lo mismo que dijo en el Malba, pero con palabras aún más acarameladas.

Tanta lisonja encima no tendrá mucho resultado. Porque Tombolini no es Guillermo Moreno época dorada del kirchnerismo, el actual Secretario tampoco decide ya nada.

Es un tipo al que le tiraron una responsabilidad que no quiere y que busca salir lo menos escaldado posible de este gobierno ya fallido en el combate a una inflación que será del 80% o más este año.

No hizo nada en contra de la inflación, no parece tener herramientas ni coraje político para intentar algo distinto.

Ahora bien, por obra y gracia del perverso mecanismo del INYM, a este funcionario que no tiene ninguna herramienta de repente le cae el cielo la posibilidad de controlar a uno de los 4 o 5 productos más esenciales de la canasta alimentaria, con altísimo impacto en la vida cotidiana de la gente.

¿Qué tiene que hacer? ¡Tombolini no tiene que hacer nada! Simplemente, no innovar, no arriesgarse, no dar el visto bueno.

Nadie en su gobierno le va a cuestionar que no haga nada por los misioneros pero sí a favor de tratar de que la gente siga tomando mate lo más barato posible, más ahora que por la inflación muchos toman mate para engañar al estómago.

¿Miren si un funcionario con tan poco margen para hacer algo, va a dejar pasar ese regalito?

¿Es hora de salirse del INYM?

Esta situación que pone de manifiesto el mecanismo perverso del INYM de fijación de precios, lleva a plantearse la gran pregunta:

¿No es hora de que Misiones evalúe salirse del INYM?

La idea no es nueva y ya la planteó Hugo Escalada con un proyecto que presentó en el 2016 para que Misiones se salga del INYM y cree su propio instituto yerbatero provincial, que fije el precio atendiendo más la necesidad de los 12.500 productores pequeños.

Cabe destacar que Escalada después creó el Infopro, que busca emular al INYM en la imposición de un precio de referencia para la materia prima forestal, pero con la diferencia que su directorio no necesita la unanimidad sino la mayoría simple para imponer decisiones.

Es cierto que el Infopro no termina de hacer pie, pero al menos puso blanco sobre negro una cuestión que nadie discute: Misiones tiene la madera más barata del mundo.

“Así como estamos vamos a la concentración yerbatera, porque el INYM salió a decir ahora que los productores chicos de 5 o 10 hectáreas con estos precios son inviables”, explicó Escalada a Plan B, que volvió a reflotar en algunos comentarios públicos la idea de salirse del INYM y crear un instituto yerbatero que persiga los intereses misioneros, esos que explicó tan claramente Herrera ahuad en el Malba.

Está claro que el mecanismo del INYM de fijar precios por una votación que exige unanimidad entre industriales y productores no funciona y es una trampa perversa que deja a misioneros y correntinos a merced de los porteños y sus decisiones que miran a la política y no a las economías regionales.

En 20 años, apenas 3 de cada 8 veces se llegó a un acuerdo dentro del directorio del INYM. Está claro con más de dos décadas de rodaje que el mecanismo no funciona.

Así como también está claro que el laudo siempre es una decisión que no toma en cuenta a Misiones y Corrientes.

“Siempre el componente que mas sufre en el laudo de la yerba mate, que no se fija en el INYM por falta de concordancia, lo paga el productor”, afirmó Herrera Ahuad en el MALBA.

El centralismo porteño, recargado

“Desde la reforma de la Constitución de 1994 para acá, nunca antes estuvo tan concentrada la política de la Argentina en lo que sucede en Buenos Aires en toda su historia”, le dijo a Plan B, Rosendo Fraga, en una charla hace dos meses en el congreso de FAIMA.

Ese centralismo porteño que, además de ser histórico, se acentuó en el último cuarto de siglo -según uno de los analistas políticos más lúcidos de la Argentina-, siempre va en contra de los intereses yerbateros de Misiones, de sus 12.000 pequeños productores, de los tareferos y también de sus cooperativas e industrias. También de las correntinas.

El error de pelearse con la industria y con Corrientes

El boom del buen precio de la hoja verde se está pinchando aceleradamente. Si el 2019 y 2020 fueron muy buenos, el 2021 fue sólo bueno y este 2022 es regular. Se viene la noche, y lentamente la cadena yerbatera se adentra al inevitable ciclo de vacas flacas para el productor.

“Es normal, es cíclico, este ciclo de buen precio duró mucho más de lo habitual”, dijo Jonas Peterson en una charla esta semana, tras el fracaso en la negociación en el directorio del INYM.

El INYM de Juan José Szychowski tomó decisiones históricas como la resolución 170/21, que este diario siempre apoyó. Cómo en cualquier decisión fuerte, donde alguien se atreve a ponerle el cascabel al gato, hubo disputas, y las peleas se gestionaron mal.

Se planteó una grieta absurda entre la industria molinera yerbatera misionera y correntina.

Muy al estilo ultrakirchnerista de tomar un poco de verdad, ocultar otros hechos, exagerar un poco todo, darle una épica de lucha del bien contra el mal y ofrecérselo a las masas, que no tiene por qué estar informadas de todo lo que pasa y cómo funciona.

Para Plan B, la industria yerbatera misionera y correntina es un verdadero orgullo que debería ser siempre defendido por autoridades y todo el eslabón en general. A diferencia de otras industrias, los dueños viven cerca de los yerbales, crían a sus hijos en Misiones y Corrientes e invierten acá. No le vendieron sus empresas a capitales foráneos, argentinos o extranjeros como en muchos otros sectores.

En el sector proliferan las asociaciones de pequeños productores que lanzan sus marcas propias y tienen capacidad de crecer, sin ser ahogados por los grandes. Claro que hay que estar informado para entender que esto no pasa en cualquier rubro.

Y es más fácil pegarse a la política y pegarle a los empresarios. Pan para hoy y hambre para mañana. O fulbito para la tribuna.

Todos se levantan temprano, compiten cada día, trabajan mucho y buscan progresar y ganar nuevos mercados. Pudiendo muchos de ellos vivir en Barrio Parque y que les manden el cheque de dividendos cada mes.

Por supuesto que siempre hay cuestiones que se deben mejorar.

Pero el INYM planteó a partir de la 170/21 un control cuasi policíaco de las industrias, con inspecciones algo hostiles y algunos “escraches” innecesarios, como el que hizo Roberto Feletti, al antecesor de Tombolini, a Las Marías, la yerbatera líder. La industria también hizo lo suyo en esa guerra sucia esteril.

Herrera Ahuad y Matías Tombolini, el secretario de Comercio que está acorralado por una inflación que va camino a 100% y tiene la posibilidad de controlar el precio de un producto de consumo masivo y alto impacto, sin hacer nada. Además, si se la juega por Misiones, va en contra de su supervivencia política. Nadie se hace ilusiones con el laudo.

La pelea Misiones vs Corrientes

La pelea de Misiones y Corrientes, la otra grieta yerbatera, en cambio, tiene muchas cuestiones de fondo y algunas diferencias reales que hay que sentarse a negociar.

Corrientes tiene las dos empresas líderes, Las Marías y Playadito, pero no tiene yerba suficiente y depende de Misiones. En tanto, la tierra colorada, es la “dueña” de la materia prima. Se impone una negociación y que la zona productora actúe en conjunto.

En rigor todos estos acercamientos ya se están dando, más por imperio de las circunstancias que por otra cosa.

El precio de la hoja verde se pincha, y la tendencia es clara, seguirá a la baja.

Por eso este titular del INYM, que es el que más entiende de yerba mate de los cinco directores que tuvo el organismo yerbatero de 2002 para acá (Daniel Notta, José Fabio, Luis Prietto y Alberto Re), tiene la posibilidad de dar un paso más y plantear discusiones de fondo.

Abandonar el INYM o modificar el mecanismo de fijación de precios de raíz, cambiando la ley 25.564.

Y también , cambiar el eje de la lucha. No es industria yerbatera vs. productores, es la zona productora (industria, productores, cooperativas, gobiernos y tareferos) contra el centralismo porteño.

Como lo dijo Herrera Ahuad hace 18 días, en el corazón de la Argentina central.

Plan B/ 27-8-2022

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