Los lazos de Misiones con Ucrania (1/2).

Martín Hreñuk, titular de Rosamonte: "Rezamos todos los días para que esto termine pronto"

“Nuestros abuelos y nuestros padres nos transmitieron su fe, enseñaron a rezar en ucraniano y lo hacemos todos los días para que esto termine”, dijo a Plan B, Martin Hreñuk, titular de Rosamonte y uno de los tres hijos de Ramón “Nene” Hreñuk.

“El pueblo ucraniano es un pueblo muy sufrido. Ucrania es un país que es una potencia agrícola, siempre estuvo amenazada. Pero también es un pueblo pujante, emprendedor, con una gran cultura del trabajo, comportamiento que nos inculcaron
nuestros padres y abuelos”, señaló Hreñuk.

Sus palabras reflejan la gran preocupación de la comunidad ucraniana en Misiones, miles de personas descendientes de los colonos que llegaron a finales del siglo XIX y que eligieron a Apóstoles (junto a los polacos) como uno de sus asentamientos principales.

Los bisabuelos de Hreñuk fueron parte de esos inmigrantes ucranianos y polacos que iniciaron la colonización de la zona sur de Misiones, con epicentro en la entonces colonia apóstoles, entre los años 1897 y 1910.

Ramón “Nene” Hreñuk fundó la yerbatera Hreñuk SA, que se convirtió en una de las empresas más exitosas de Misiones y una de las más reconocidas del país. Hreñuk falleció hace tres años y es recordado con gran admiración en Misiones.

Una persona de gran sencillez, comprometido con su comunidad, hincha de Boca , amante de los deportes a los que apoyó decididamente, maxime cuando se trataba de representantes de Misiones.

Atento a su origen, fue cónsul honorario de Ucrania en Misiones. “Papá fue el primer cónsul honorario en Latinoamérica, nos inculcó mucho todo lo que tenga que ver con Ucrania y fue siempre un impulsor de la colectividad”, dijo. Apóstoles es uno de los epicentros de la colectividad ucraniana en la Argentina. En cada rincón hay algo que hace recordar a Ucrania. Se ve sobre todo en las iglesias, los nombres de las calles o los colegios y en sus habitantes.

Por ejemplo, la bellísima parroquia Santísima Trinidad, iglesia católica ucraniana de rito Bizantino. Su interior y su fachada revelan esos rasgos distintos. Está sobre la calle Taras Shevchenko, reconocido poeta ucraniano, que en su pluma siempre rescató el espíritu nacional de amada tierra.

Al lado queda el colegio San Josafat (San José), donde se enseña el idioma ucraniano. A unos metros, está el Museo y Centro Cultural Ucraniano, en una casita celeste típica de una película del canal Europa Europa.

Historia de inmigrantes

“Hoy estoy como presidente de Hreñuk Sociedad Anónima, mi padre falleció hace tres años y estamos al frente de la empresa familiar, siempre más conocida por la marca Rosamonte”, cuenta Martín.

La historia de Rosamonte la comenzaron Demetrio y Catalina, abuelos paternos de Martín e hijos de ucranianos que llegaron con los primeros contingentes a Apóstoles.

Desde 1936 como muchos otros inmigrantes o hijos de inmigrantes ucranianos plantaban y cosechaban yerba mate, por entonces el llamado “oro verde”.

En 1966 impulsado por su espíritu emprendedor y esas ganas de progresar innatas en todos los inmigrantes, adquirió el primer molino yerbatero.

Luego “Nene”, tal el apodo de Ramòn Hreñuk, junto a su hermano Luis Ángel le dieron un impulso grande hasta convertirla en una de las marcas de consumo masivo y reconocidas del país, expandiéndose al té, la piscicultura, la ganadería y la industria frigorífica.

“Siempre estuvimos muy cercanos a la colectividad ucraniana. Acá en Misiones todavía conservamos las tradiciones que nos trajeron nuestros abuelos y bisabuelos”, explicó Martín a Plan B.

“Estamos un poco angustiados, preocupados, siempre pensando que el camino de la paz es algo que tenemos que seguir buscando”, señaló, sobre estos días de gran tensión en la tierra natal de sus bisabuelos.

Hreñuk explicó que en Apóstoles, tanto él como otros descendientes de ucranianos vienen siguiendo la tensión no desde hace días cuando comenzó la invasión, sino desde el 2014, cuando realmente comenzó el conflicto” (en referencia a la invasión de Rusia a la península de Crimea).

“Sinceramente creíamos que no íbamos a llegar a lo que está pasando hoy. Nos duele mucho. Por ahí faltó más dialogo”, explicó. “Nuestras iglesias pertenecen al rito oriental. Una de las tradiciones que más se guardan es sin duda la pascua, que culmina, el día de la resurrección de cristo, con la bendición de los alimentos”·

En la secundaria estudiábamos ucraniano, y sabemos rezar y lo hacemos en ese idioma, para que esto termine”, señaló.
“Ucrania siempre fue un pueblo muy castigado con su cercanía a Rusia”, dijo.

“Siempre mis abuelos me contaban sobre las costumbres que se tienen allá, por el tema de la guerra, la previsión de guardar alimentos y otras cuestiones”, detalló.

“Sabemos que Rusia está buscando porque Ucrania es un país muy rico en lo que es la agricultura y está en pleno proceso de industrialización. En Europa son los números 1”, afirmó con la seguridad que le da el haber vivido toda su vida rodeado de descendientes de ucranianos que dedicaron su vida al campo.

“Uno de los grandes legados que nos dejaron nuestros abuelos es el trabajo honesto y digno, actitud que siempre nos proponemos en Rosamonte, los europeos que vinieron en aquellas épocas, debido a las constantes guerras en Europa, no dejaron esa huella y es nuestra obligación seguir en ella” aseveró.

Al finalizar el diálogo con Plan B, Hreñuk volvió a pedir el firme deseo de toda la comunidad ucraniana de Apóstoles para que “esto termine en paz y con la integridad territorial de Ucrania”.

Nota publicada en La Nación por M.B., director de Plan B

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