Las medidas para prevenir contadios en la pandemia del Coronavirus generaron costos económicos, sociales y humanos que todavía son dificiles de cuantificar.
Uno de ellos, sin duda, es la deserción escolar ya que cientos de miles de niños y adolescentes en la Argentina se desvincularon de la escuela, con todo lo que ello implica no solo a nivel educativo sino de falta de contención.
Misiones había picado en punta con un reporte acabado sobre la deserción escolar que tuvo durante la pandemia. En total fueron 3.000 chicos y chicas los que perdieron contacto escolar en 2020 y 2021.
Esta semana se generó una polémica bien de la “grieta” -y muy estéril- entre la ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña, quien dijo que los chicos del Conurbano que dejaron de ir a la escuela “estaban en los pasillos de las villas”.
Acuña fue muy criticada por, supuestamente, estigmatizar a los chicos del Conurbano. Pero en el medio de la discusión también salieron los datos que importan: el Gobierno Nacional admitió que en la pandemia unos 500.000 chicos dejaron de tener vinculo con la escuela en todo el país.
“Para Misiones, que tiene el 3,5% de la matricula total deberían ser 17.500 chicos los que perdieron contacto, cuando al final fueron solamente 3.000”, destacaron desde el Ministerio de Educación de la provincia.
Es decir, en la tierra colorada hubo seis veces menos deserción escolar que a nivel país.
Consultado por Plan B sobre las razones para tener estos resultados relativamente mejores que Nación, el ministro Miguel Sedoff atribuyó “a la gestión, el trabajo, la articulación con los intendentes a través de los Centros de Apoyo, apostar a construir una secundaria con sentido para los chicos”.