En el día de hoy se conoció que el fiscal Juan Patricio García Elorrio consideró que no había pruebas suficientes para inculpar a los 35 exfuncionarios de la Fuerza Aérea y exdirectivos de Austral que están acusados de estrago doloso en la tragedia del vuelo de Austral 2553 que se estrelló en Fray Bentos el 10 de octubre de 1997.
En una decisión polémica, el fiscal está desestimando el informe de la Fuerza Aérea de Uruguay que señala una falla fundamental en la aeronave que inculparía a los acusados. En cambio, se está basando en los peritajes de los expertos argentinos, sospechados de ser parciales por los querellantes.
La historia y causa de la tragedia
El avión DC 9 había partido momentos antes del aeropuerto General San Martín de Posadas y en la tragedia fallecieron las 74 personas, con muchos misioneros entre el pasaje. Es considerada la mayor tragedia aérea de la historia de la Argentina y, por supuesto, también de Misiones.
Recién ahora 24 años después la Justicia Federal llevó al banquillo de los acusados a estos ex funcionarios de la Fuerza Aérea y ex directivos de Austral, que operaban la aerolínea como una low-cost pero además desatendieron cuestiones que hacen a la seguridad operativa.
Hay que recordar que la tragedia, según se comprobó, se produjo porque se congeló el tubo pitot del avión. El tubo pitot es un dispositivo que va en la nariz de la aeronave y por donde entra el aire y marca la velocidad al piloto, que va en una cabina presurizada.
Al congelarse el tubo pitot, los pilotos leyeron mal la velocidad de la aeronave y pensando que estaban perdiendo velocidad, sacaron los slats a gran velocidad (al contrario de lo que pensaban) provocando la pérdida de estos artefactos vitales para la estabilidad del vuelo. El avión entró en tirabuzón y cayó haciendo un cráter cerca de la localidad uruguaya de Fray Bentos.
La negligencia que se pretende demostrar es la cadena de omiciones maliciosas, fallos en los operativos de seguridad y todo el sistema de operación de Austral que derivó en que esta aeronave careciera de un elemento básico de seguridad y aún así pudiera volvar. Una luz que indicara cuando el tubo pitot se congelaba. Con esa luz, los pilotos podrían haber evitado el error fatal que derivó en la tragedia.
Ante la duda, fallar a favor del imputado
El representante del Ministerio Público consideró que ante la insuficiencia de elementos de cargo debía primar el principio de in dubio pro reo, es decir, que ante la duda se debe fallar a favor del imputado. De tal forma, postuló la absolución de todos los acusados por el delito más grave porque las pruebas recogidas en la instrucción y en el debate oral “no tienen el grado de consistencia requerido para que caiga el principio de inocencia”, informó el diario La Nación.
Los familiares de las víctimas de la mayor catástrofe de la aviación civil argentina están conmocionados: avizoran que está a punto de volver a abrirse la profunda herida que cargan desde el 10 de octubre de 1997 y que esperaban comenzar a cerrar con un fallo ejemplar de la Justicia. Es que, en su alegato, el fiscal Juan Patricio García Elorrio consideró que no había pruebas suficientes para inculpar a los 35 exfuncionarios de la Fuerza Aérea y exdirectivos de Austral que, casi 24 años después, llegaron al tramo final del juicio por la caída del DC9-32 de la empresa en Uruguay, acusados de estrago doloso con la consecuencia de 74 muertes.
Los querellantes, que pidieron penas de hasta 25 años de prisión para 24 de los imputados, que desde ayer no logran salir de su estupor, advierten que, si el Tribunal Oral Federal N°5 se allana al requerimiento del fiscal en el juicio, un fallo absolutorio podría, incluso, provocar un conflicto diplomático para la Argentina.
Ocurre que, para fundamentar su alegato, García Elorrio consideró que no podía tomarse como prueba válida el informe final de la Comisión Investigadora de Accidentes de Aviación Civil de la República Oriental del Uruguay (Ciada), que determinó como una de las causas de la tragedia aérea la condición de engelamiento de los tubos pitot del McDonnell Douglas DC9-32 de Austral, que produjeron lecturas erróneas en los velocímetros y llevaron a los pilotos, en medio de una tormenta, a tomar decisiones desacertadas que derivaron en el desastre aéreo, señaló La Nación.
LA LISTA DE PASAJEROS FALLECIDOS
La lista de pasajeros fallecidos es la siguiente: Achino, Viviana; Agostinelli, Cristian; Arcamone, Miguel; Arrejoria, Estela; Badano, Andrés; Barberis, Aldo; Barella, Raúl; Beratti, Silvia; Bertoni, Mario; Bertoni, Juan; Bertoni, Jesús; Bertoni, Graciela de; Bolongaro, Víctor; Bondarenco, Miguel; Bondarenco, Erick; Bracconi, Osvaldo; Carranza Conte, Guillermo; Cassinelli, Carlos; De Agostino, Mario; De la Rúa, Gustavo; Di Pardo, Julio; Dukievich, Ana; Elizondo, Ricardo; Filippo, Cristina; Forner, Jesús; Frigerio, Edmundo; Fuentes Aldo; Fusse, Mario; Guzmán, Liliana; Habib, Héctor; Heuer, Cristina; Huidobro, Maximiliano; Iceta, Fernando; Kohen, Raúl; Lagroteria, Francisco; López Ledo, Alberto; Mancini, Viviana; Maruca, Miguel; Mazza, Alberto; Mazza, Celia; Mele, Marcelo; Méndez de Amaral, José; Meurice, Claudio; Moore, Ronaldo; Mosquera, Julián; Nicolet, Carlos; Nicolini, Carlos; Novoa, Rocío; Peterson, John; Poblet, Ricardo; Politzer, Alejandro; Posse, Federico; Reyes, Daniel; Rodríguez, Rita; Rosso, Flavio; Saravi, Augusto; Satz, Marcos; Schulte, Gustavo; Sierra, José María; Silverio Quintana, Teresa; Sosa, Gustavo; Sterman, Brian; Suárez, Héctor; Taboada, Claudia; Wem, Alfredo; Williams, Rubén; Zampino, Ana María, y Zhentek, Silvia.