Desafíos de innovar con fondos del Estado provincial.

¿Sirve para algo el robot de 10.000 dólares, pensado para la chacra misionera?

En el día de ayer los responsables de la empresa FanIOT -un emprendimiento financiado con fondos del Estado provincial donde participa una firma de Buenos Aires que se llama SmartCultiva- presentaron el Huampa I, un robot que tiene un costo de 10.000 dólares y está pensado para las chacras misioneras de 5 hectáreas.

En las imágenes de la presentación se podía ver a los responsables de FanIOT, el ministro de Educación (Miguel Sedoff), la ministra de Agricultura Familiar (Marta Ferreira), el vicegobernador Carlos Arce y otros. Dos docenas de funcionarios observando y aplaudiendo un desplazamiento de unos pocos metros de ese simpático aparato, similar a una aspiradora grande, con cuatro ruedas. La demostración no pasó de eso.

Ayer en en la IEA N°13 de Picada Yapeyú (en Colonia Guaraní) lo que faltaban eran productores, chacareros o colonos. Como sucede cuando se presenta alguna herramienta útil para la chacra, y uno puede ver esa expresión de interés genuino en los ojos de esas personas de pocas palabras, hombres y mujeres endurecidos por el trabajo en la chacra, con una mente siempre activa, buscando soluciones prácticas para los mil y un problemas cotidianos que surgen en el campo misionero.

Monitoreo del suelo

Según la página de Hamelbot (la unidad de robótica de FanIOT) el Huampa I tiene como fin “medir condiciones de Produccióngeo posicionar los Datos y Monitorear cultivos mediante una cámara integrada, las imágenes y datos obtenidos de los mismos son analizados mediante Inteligencia Artificial para lograr un óptimo manejo del cultivo. También cuenta con un sistema de microaspersión que permite realizar microaspersión dirigida”.

“Al tratarse de un Robot IOT, cuenta con conectividad a WIFIGSM y LoRa Wan, lo cual permite visualizar los datos en Tiempo Real, guiarlo y pilotarlo mediante una Aplicación Móvil instalada en un teléfono móvil, Tablet y/o computadora”, continúa la descripción de la web (www.hamelbot.com).

Un dato: el Huampa I usa wi-fi pero en las chacras misioneras, como se sabe, hay enormes problemas de conectividad que seguramente se irán solucionando con el transcurso del tiempo. Internet en cualquier chacra de Misiones y cualquier otro lugar del mundo es algo que sucederá, inevitablemente.

Lo que parece mucho más incierto es que el Huampa I -al menos tal cual está planteado- se vea en las chacras misioneras. De dudosa utilidad aún cuando sea gratis (ni que hablar, si hay que pagar 10.000 dólares o más de 1,5 millón de pesos).

El simpático Huampa I, el sábado en su presentación en una IEA de la localidad de Guaraní.

La dirección de la política tecnológica del Estado

Lo cual lleva a plantear un interrogante. ¿Están bien dirigidos los enormes recursos que el Estado provincial está destinando al desarrollo de la robótica y de la economía del conocimiento (Silicon Misiones)?

El fin de esta columna es más el de animarse a plantear preguntas, que a tratar de ensayar respuestas. Está claro que para Carlos Rovira, el máximo referente de la Renovación, apuntalar la robótica y la economía del conocimiento es una prioridad. Un aporte que probablemente piense como su mayor legado en sus 20 años como máxima autoridad política de la provincia.

Hay algo que es innegable. El desarrollo tecnológico es indudablemente el camino para la sociedad no ya del futuro, sino la del presente. Un dato: Mercado Libre, una empresa fundada hace 20 años por un hombre que hoy tiene apenas 49 años, tiene una valoración de mercado mayor a YPF. La petrolera estatal fue, desde siempre, la empresa más grande del país por valor de mercado. Ya no.

Y lo más importante: Mercado Libre no para de generar trabajo y oportunidades de desarrollo profesional acá y en el resto de la región.

En la dirección correcta

La idea de Rovira de tratar de subir a Misiones en la ola tecnológica y dar un salto de desarrollo que permita generar riqueza y bienestar para todos los misioneros o para buena parte de ellos parece acertadísima.

La de invertir gran cantidad de recursos del Estado en ese desarrollo tampoco parece muy reprochable (aunque es para debatir y sería bueno transparentar cuánto está invirtiendo Misione en FanIOT, al fin y al cabo, el dinero del Estado, es dinero de todos los misioneros).

El gran problema

Ahora bien, el gran problema es cuando uno ve a dos docenas de funcionarios aplaudiendo -algo incómodos- el desplazamiento torpe de un aparatito que nadie sabe explicar bien para qué sirve. Y la gran mayoría de esos funcionarios tienen un perfil político y no tecnológico.

Además del Huampa I, la gente de FanIOT va por más y el sábado prometió dos lanzamientos próximos. En julio prometieron un cuatriciclo en Iguazú con tracción integral, que permitirá transportar un carrito con carga. “Se lo puede usar en la chacra para entrenamiento”, dijo Martín Bueno, cara visible de FanIOT, de impecable traje en la chacra de Guaraní donde presentó el Huampa I.

En agosto se lanzará el Huampa 2, un tractor grande equipado con motores eléctricos diseñados en Misiones. “Va a ser más económico y sustentable porque es totalmente eléctrico”, prometió Sedoff, quizás pecando de optimista.

Plan B afirma que, salvo que el Huampa 2 sea fuertemente subsidiado (o regalado) por el Estado provincial, es impensable que Misiones sea capaz de producir un tractor a precio más económico que los actuales, con lo difícil que es producir nada a precio competitivo en la Argentina.

Juan Domingo Perón y el Pulqui I y II

Cuando Juan Domingo Perón quizo alcanzar el estatus de tener un avión a reacción “made in Argentina” poco después de la Segunda Guerra Mundial, tuvo la genial idea de convocar a dos grandes figuras que no tenían el más mínimo interés en agradarle al General.

Lo único que les interesaba era cumplir con sus sueños y sus obsesiones: uno era el alemán Kurt Tank, birlado a las potencias vencedoras para que viniera a la Argentina a ofrecer sus conocimientos tras descollar en la Focke Wulf.

Y la otra figura decisiva fue el Brigadier Juan Ignacio San Martín, ingeniero y militar que le dio el impulso a la Fábrica de Aviones de Córdoba hasta conseguir un logro hoy inimaginable: después de las potencias, la Argentina fue el primer país en construir un avión a reacción a comienzos de los años 50, el Pulqui I y II. Brasil estaba, por entonces, a años luz de esas posibilidades.

Los intérpretes locales

Por decirlo en otras palabras: el desafío de la política tecnológica de la Renovación está en encontrar a los intérpretes adecuados. ¿Son expertos que saben lo que hacen y cuándo se equivocan o erran el camino, o son oportunistas políticos buscando una posición acomodada?

Misiones debe asegurarse que las personas que dirigen el desarrollo tecnológico de la provincia sean las personas adecuadas para la tarea. Y las personas adecuadas, en materia de tecnología, son personas que intentan, se equivocan, dan marcha atrás, vuelven a intentarlo. Fracasan y aprenden de los fracasos. En general, personas guiadas por un sueño o un obsesión a quienes poco les importa agradar a un jefe político con gran poder y una caja formidable para financiar aventuras tecnológicas.

No hay nada de malo en que el Huampa I sea un robot algo fuera de contexto en la chacra misionera y que al final del día no sea de gran utilidad. Seguramente un puñado de chicos misioneros que trabaja en FanIOT estará aprendiendo y generando habilidades que les van a servir a ellos y si se lanzan a emprender, también generarán desarrollo local.

El problema es cuando la actitud política prima sobre la actitud innovadora. Los hermanos Wilbur y Orville Wright se pegaron muchos palos antes de “inventar” el avión. Lo mismo Thomas Alva Edison antes de la lámparita eléctrica y muchos otros inventos. O más acá en el tiempo, Bill Gates o Steve Jobs, que arrancaron en sendos garages a fines de los 70 y lograron que la computadora en el escritorio o en la palma de la mano sea hoy una realidad.

Prueba y error. Prueba y error. Fracaso y aprendizaje. Y volver a intentarlo.

No es deseable que quienes guían ese proceso, no piensen tanto en conquistar el aire (Wright) o inventar la lamparita eléctrica (Edison) o las computadoras para todos (Gates y Jobs), sino que razonen y maquinen en términos netamente políticos.

¿Cómo le ofrendo al jefe un robot que esté vinculado a los problemas de la producción misionera? ¿Respeto los tiempos propios de una creación tecnológica o la necesidad de anuncios de carácter más político?

Porque se nota que Rovira está empezando a pedirle a todos sus intérpretes, justamente eso: hagamos que todo esto del Silicon y la Robótica, tenga algún vínculo con la economía misionera y con el bienestar de los misioneros.

¿Qué pasa cuando hay funcionarios que se apresuran por generar anuncios con poco sustento? ¿Y cuando hay personas que en realidad compiten por llevarle anuncios dudosos al jefe, en lugar de saber reconocer cuando el rumbo no es el indicado?

Lo que claramente no necesita Misiones es a militantes -y oportunistas- de la “Silicon Burocracia”. Personas que aplauden -algo incómodos- a un robot probablemente caro y poco útil, incapaces de entender hacia dónde va todo esto y mucho menos, de admitir en voz alta: “No, Ingeniero, creo que nos equivocamos. La cosa no es por acá. Pero hay que seguir intentando”.