Por Martín Boerr *
Algo parece estar fallando en el diálogo entre las máximas autoridades de la provincia, con el gobernador Oscar Herrera Ahuad a la cabeza, y los principales referentes del sector empresarial en Misiones.
La predisposición de las autoridades para escuchar propuestas, reclamos y buscar soluciones es ostensible. Sin ir más lejos, hace diez días el gobernador convocó al Grupo Productivo coordinado por el titular de la CCIP, Sergio Bresiski.
Unos días después, empresarios nucleados en la CEM le llevaron a Adolfo Safrán su propuesta de una zona franca integral para Misiones, donde explicaron que los beneficios impositivos que se consigan ante Nación tienen que ser “para todos o para nadie, porque se crean asimetrías internas”. También abordaron temas de coyuntura.
Misiones sabe que tarde o temprano las fronteras van a tener que reabrir, con Covid o sin Covid, habrá “nueva normalidad” y se va a imponer nuevamente el peso de las asimetrías que generará una sangría de divisas cuya dimensión jamás se había evidenciado como ahora.
El puente cerrado más que confirmar, sorprendió a todos con los resultados de la ecuación económica (salvo el caso del Tancredo Neves en Iguazú, claro está).
Pero cuando el diálogo y el ida y vuelta parecía fluir entre Gobierno y empresarios, cayó una pequeña “bomba”.
Un día después del encuentro con la CEM, la Agencia Tributaria de Misiones (ATM), sacó un comunicado avisando que a partir del 2 de julio iba a comenzar a cobrar la Tasa Forestal a todos los rollos de madera que ingresen desde Corrientes, en virtud de la Resolución 096/2021.
La noticia causó estupor entre los empresarios que participaron de ambas reuniones vinculados al sector forestal, directa o indirectamente. En Apicofom se tomaron dos días para evaluar el tono de un pronunciamiento. Pidieron acompañamiento a Amayadap que tras un debate interno prefirió no adherir a la protesta (algunos productores forestales de esa cámara apoyan la medida).
Cabe recordar que tanto Apicofom como Amayadap, están desde hace casi un año “con la guardia alta” desde la creación del Infopro. No terminan de digerir la decisión del organismo de establecer precios mínimos para el castigado valor de la materia prima misionera. (Misiones tiene la madera más barata del mundo y el Infopro busca mejorar un poco la remuneración de los productores forestales).
Algunos industriales dicen que también el objetivo del Infopro es echar mano de una caja más para el Estado provincial, a través de la recaudación de la mencionada Tasa Forestal, que se calcula como un 2% sobre el valor de la madera que se corta y se sube al camión. Acotación: efectivamente, la recaudación por Tasa Forestal fue creciendo significativamente desde la puesta en marcha del Infopro.
En este contexto donde los dueños de los aserraderos miran con recelo al Gobierno desde hace un tiempo, la noticia de la nueva Tasa Forestal cayó como un balde de agua fría. El monto a pagar no parece tanto (puede ascender a unos 2.000 pesos por camión).
Sin embargo, lo que generó sorpresa fue que desde el Gobierno nadie avisó sobre esa medida en los numerosos encuentros que se mantuvieron entre los empresarios y funcionarios oficiales (de los cuales se hace referencia aquí sólo a los dos más recientes).
“La verdad, nos llaman para hablar de todos los temas y después surge esta medida de la que nadie avisó, sorprende mucho”, señaló un empresario a Plan B.
En la yerba, otro teléfono descompuesto
También los industriales yerbateros de Misiones se están quejando por estos días de la trascendente decisión del INYM de limitar las nuevas plantaciones de yerba mate a partir del 1° de enero del 2022, a través de la Resolución 170/21.
“No nos avisaron con tiempo, estas cosas hay que debatirlas”, señaló la Cámara Molinera que aglutina a las firmas misioneras.
Esta medida goza de un amplio apoyo de los pequeños productores yerbateros y tareferos, tradicionalmente los “convidados de piedra” en la mesa de las grandes decisiones del INYM. Y también goza del pleno apoyo del gobierno de Misiones.
En la vereda de enfrente está el gobierno de Corrientes que buscará el laudo de la Nación, y si no lo obtiene, se prepara para terminar reclamando en la Justicia.
El gobernador Gustavo Valdés, que se juega la reelección en agosto, “movió el banco” y mandó a un peso pesado a disputar la resolución 170/21, el ex gerente de Las Marías y director del INYM por los molinos correntinos, Claudio Anselmo.
Anselmo es el actual ministro de la Producción. Nunca antes un funcionario de esa jerarquía había sido director del INYM. Lo primero que hizo en la reunión del jueves fue presentar un recurso pidiendo la anulación de la medida.
A partir de ahora, va a ser un ida y vuelta de papeles que probablemente irá escalando hasta llegar a la Justicia que probablemente tendrá la última palabra sobre una decisión que divide aguas en la historia del INYM.
En caso de concretarse, será una batalla para alquilar balcones, donde se pondrán de manifiesto dos modelos de desarrollo cada vez más enfrentados.
Corrientes es una provincia dominada por pocos propietarios de tierra (familias tradicionales correntinas, grandes empresarios como Hugo Sigman o incluso, fondos de inversión de la city porteña y el extranjero), con una política impositiva muy laxa.
Corrientes es muy amigable para el inversor (cada vez más empresarios misioneros toman nota y ponen alguna ficha del otro lado del Arco o el puesto Centinela).
Hay que agregar que la Coparticipación que recibe Corrientes le permite darse el lujo de cobrar poco por Ingresos Brutos. En junio obtuvo 1.250 millones de pesos más que la tierra colorada en giros por Coparticipación y encima tiene entre 200.000 y 300.000 habitantes menos a los que darles hospitales, escuelas, policías, etc.
En cambio, Misiones es una provincia castigada por la Coparticipación que debe recaudar mucho por IIBB con su efectiva “Aduana Paralela” para compensar ese injusto reparto, con un costo altísimo para los misioneros. Otro dato: la Constitución de 1994 mandó a acomodar los tantos en el reparto de la Coparticipación en un lapso no mayor a 2 años. Ya pasaron 25 años y esa nueva ley de Coparticipación parece imposible de alumbrar.
Otras diferencias. Misiones nació forestal (los bosques ya estaban ahí). Corrientes se hizo forestal. Plantó y plantó, los árboles crecieron y ahora necesita industrias que demanden esa madera y como no llegaron inversiones suficientes, los troncos pelados se van en barco a China. Pan para hoy y hambre para mañana.
En el negocio yerabatero, Corrientes tiene sólo tres empresas, incluyendo a la 1° y 2° del mercado (Las Marías, Cooperativa Liebig y Navar); y Misiones más de medio centenar de firmas de todos los tamaños.
Pero la diferencia fundamental no pasa por los impuestos o la Coparticipación: está en la historia.
Misiones es una provincia de colonos, pequeños productores. No hay en el país ninguna otra provincia donde la tierra se haya distribuido de esta manera.
En Misiones, la Renovación se acordó algo tardíamente del pequeño productor. Y ahora parece mucho más decidida a apoyar e impulsar algunas acciones que los ayuden a tratar de lograr cierto bienestar y frenen el desarraigo en las chacras (cuando durante años alentó de alguna manera ese proceso, que se ve reflejado en el crecimiento demográfico e inorgánico de Posadas con sus barrios del IPRODHA, poblados por hijos de colonos que vinieron a estudiar y conseguir trabajo en el Estado provincial, sin vislumbrar un futuro en la chacra).
Igual ese apoyo nunca termina de ser total. En otras acciones donde los colonos piden acciones decididas del Estado, el Gobierno -siempre cauteloso- no termina de definir su postura: compatibilidad de planes y trabajo rural; e inseguridad y ocupaciones ilegales en las chacras.
Argumentos en contra de la 170/21
Volviendo a la disputa por la resolución 170/21, hay un dato a tener en cuenta: Los molineros misioneros y correntinos, mal que les pese, hasta ahora no ofrecieron argumentos convincentes para oponerse a la histórica decisión del INYM.
Salvo la Cámara Molinera de Misiones, que se anotó un tanto al reclamar por la falta de preaviso y la ausencia del debate sobre esta medida (algo incontestable), no hubo otras afirmaciones contundentes para argumentar en contra de la 170/21, que tiene por objetivo evitar la sobreoferta de hoja verde, los precios por el suelo y la inevitable crisis social que trae aparejada.
Nadie discute en el mundillo yerbatero que como al día le sigue la noche, a esta coyuntura de precios altos le seguirá el inevitable ciclo de “vacas flacas” para el colono. Por primera vez en la historia el INYM se puso los pantalones e intenta “aplanar” la curva de ese ciclo.
Algunos barajaron plantear públicamente que el INYM es manejado por “burócratas” que no entienden de yerba mate. Un intento discursivo que parece traslucir cierta pobreza de argumentos.
La realidad indica que nunca antes el INYM tuvo al frente a un presidente que sepa tanto de cada aspecto del negocio de la yerba mate como Juan José Szychowski. Alguien que no necesita el cargo, ya tenía la vida más o menos resuelta, y llegó a esa silla con una gran motivación para intentar convertir al INYM en aquello para lo que fue concebido hace 20 años.
*Director de Plan B