Un amigo me dijo que Plan B, esta nueva propuesta periodística dedicada a la economía y las empresas de Misiones, tiene que tener también algo de opinión política.
Así que aquí van algunas reflexiones de cara a este domingo 6 de junio de elecciones provinciales de medio término. Son las reflexiones de un periodista más dedicado a los números, el dólar y las reservas del Banco Central, que sabe poco de candidatos, sublemas, encuestas y estrategias electorales. La mirada de un simple observador de la realidad.
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La jugada
La primera pregunta que me hago. ¿Se habrá equivocado Carlos Rovira al desdoblar las elecciones respecto al calendario nacional?
Ya venimos de un error reciente, que fue la boleta corta hace dos años. En aquél entonces, quizás con cierto exceso de confianza que generaba el arrasador triunfo de Oscar Herrera Ahuad en las elecciones del 2/6/19 Rovira decidió jugar con la boleta corta en las primarias presidenciales, sin apoyar ni a Alberto Fernández ni a Mauricio Macri. Pero la jugada no salió muy bien. Fernández sorprendió al arrasar en las PASO y la Renovación al final corriendo a abrazar al nuevo kirchnerismo de AF, tras las primarias.
En el mercado bursátil, la mejor manera de ganar con una acción es comprarla cuando nadie la conoce mucho y nadie da “dos mangos”. Ahí se puede perder, sí; pero si se acierta, se gana mucho y se paga poco. Cuando el papel ya está en boca de todos y se hizo popular, ahí ya no suele ser buen negocio. Porque se paga mucho y se gana poco.
En esta decisión de desdoblar las elecciones, claramente el oficialismo buscó evitar quedar “pegado” a la suerte de un mandato de Alberto Fernández con escaso apoyo, tanto de la oposición como del kirchnerismo duro. Pregunta naif: ¿No conviene ir pegado a AF y si se pierde, culpar de la derrota a la mala gestión nacional?
Porque aparece un problema al desdoblar y es que, en las elecciones donde no se juega “por nada”, la gente parece sentirse más inclinada a mirar la mitad de la botella vacía cuando se trata del oficialismo. La Argentina asiste a un derrumbe de la economía que ya lleva 10 años y continúa acentuándose. Si no se juega por nada, muchos en el cuarto oscuro pueden verse tentados a ponerle un voto castigo por esta situación al oficialismo. Esta respuesta se develará el domingo al anochecer.
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Ir a votar en pandemia
Pero además, la la evolución imprevisible de la pandemia le jugó claramente en contra al desdoblamiento del calendario nacional. La oposición local, “perdonavidas” como siempre, no recargó mucho las tintas sobre la inconveniencia de ir al cuarto oscuro este domingo.
Al final el 6/6 será una fecha signada por la segunda ola del Covid-19, que está arrasando al país y también está pegando fuerte en una provincia donde -llamativamente-, las cifras de nuevos contagios no superan nunca los 180 casos, mientras en el boca a boca, todos nos enteramos que los casos aumentan exponencialmente. ¿Hay dibujo en la estadística de casos nuevos, para justificar que el domingo se vota sin riesgo sanitario? En la calle y en las redes, las sospechas abundan.
El resultado: el domingo la gente deberá ir a votar por unos candidatos con unas propuestas relativamente irrelevantes y para cargos que no definen nada sustancial, ni van a modificar nuestra suerte de manera significativa.
Las autoridades nacionales acaban de suspender la Copa América en la Argentina. Ayer el Congreso aprobó -por consenso-, la postergación por un mes de las PASO (serán el 12/9) y las elecciones generales nacionales (14/11). Casi que a Misiones no le conviene en este contexto que en las cadenas de noticias nacionales salgan las imágenes de gente mayor yendo a votar el domingo.
Misiones puede quedar expuesta el domingo. Daría la sensación de que el desdoblamiento fue un error, con mucho que perder para la Renovación y poco que ganar. También es cierto que la decisión se tomó con una cuadro sanitario muy distinto al actual.
Invertir en una banca
Uno de los partidos de la oposición, para financiar los gastos de la campaña, le cobra a cada candidato un aporte que se calcula sobre la base de su posición en la boleta y sus chances de entrar. Algunos contendientes llegan a vender su auto, porque no tiene manera de reunir sumas de 1 o 2 millones de pesos. Aparentemente es una práctica usual en la política y para nada privativa de Misiones.
Además de hacer el “sacrificio” económico por sus ideales, el candidato también lo asume como una inversión que tiene un retorno de muy corto plazo. Un aporte de dos millones de pesos, con un sueldo de diputado provincial en la Legislatura misionera se “recupera” en menos de un año, y quedan otros tres años de ganancia pura, además del intento de extender la bonanza por otros cuatro años o yendo a algún cargo dentro del oficialismo.
Ganadores y perdedores
Ahora bien, la gente ve y se da cuenta de todo ese juego de la política, casi obsceno en un país con la mitad de su población viviendo bajo la línea de pobreza y en medio de una pandemia que no da respiro. El contexto hace que el show de la política se vuelva cada vez menos tolerable para el ciudadano de a pie.
Incluso la gente más humilde y supuestamente menos informada, la que está en los barrios más postergados, capta rápidamente la esencia de ese juego que proponen los políticos de cualquier color en estas elecciones donde no hay nada en juego. Ganan ellos, perdemos nosotros.
Con un agravante, con cada elección que pasa este juego genera más rechazo entre la gente, por las condiciones cada vez más deterioradas de la economía. En la Argentina, el desempleo ya está hace rato por encima de 10%, la pobreza cerca del 50% y la inflación que no baja de 3% o 4% mensual.
“La mitad de la gente en Misiones está bajo la línea de pobreza”, dijo la semana pasada el padre Alberto Barros, de Caritas. Los datos del INDEC marcan una pobreza que afectaba al 37,7% de las personas en el aglomerado urbano Posadas para el segundo semestre del 2020.
Es cierto que Posadas fue una de las ciudades que mejoró respecto al año anterior (en el 2º semestre de 2019 era 41,3%), gracias a una economía que anduvo muy bien, teniendo en cuenta el contexto de pandemia y crisis que ya venía de antes de la emergencia sanitaria.
Sin embargo, hablar de una pobreza en torno al 40% no deja lugar para la lectura fina ni para “celebrar” pequeños triunfos estadísticos. Cada vez hay más gente que, aún con un trabajo, no puede escapar a la pobreza en Misiones, y tampoco en el resto del país.
Además, el nivel de pobreza no sólo marca la realidad de aquellas personas en esa condición. Son un indicador de los padecimientos de casi toda la población (salvo el pequeño grupo que siempre gana).
Candidatos y sublemas
En medio de toda esa cruda realidad, el domingo aparece una propuesta de ir a votar a 327 sublemas para elegir concejales en 12 municipios (sólo en Posadas habrá 57 boletas).
La elección importante está en el recambio de 20 diputados provinciales entre tres partidos (Renovación, Juntos por el Cambio y Frente Agrario para la Victoria), además de otras siete boletas aparentemente sin chances de meter ni un sólo legislador (Partido Obrero, Demócratas+Nos, Libertad y Dignidad, Nueva Política, Por la Vida y los Valores, Unión Integración, Libres del Sur).
Una acotación: Si bien estas siete boletas con candidatos ignotos, generan confusión y molestias, también son un testimonio contundente de algo maravilloso que sigue teniendo el sistema democrático: Cualquiera puede llegar a candidato.
Ahora bien, si cualquiera puede llegar a candidato, lo que por ahora falta es un candidato opositor interesante. Los opositores misioneros son como los boxeadores que pegan con el puño flojo. No quieren herir ni hacer daño. No disputan el poder verdaderamente.
Pero esto que es una ventaja marcadísima para el oficialismo en las elecciones “por los porotos”, en este turno de medio término donde no se juega por nada, pesa mucho menos.
Candidatos que no parezcan políticos: “¿En qué te puedo ayudar?”
La Renovación pareció captar este estado de ánimo de la sociedad mejor que ningún otro partido y dispuso una oferta de candidatos con una característica en común: que no parezcan renovadores.
En las anteriores elecciones, la palabra Renovación estaba al frente. Sin ir más lejos, en el 2019 el slogan dominante era era “Renovación 5.0 Neo”. Ahora hay que esforzarse al mirar un cartel o un afiche para identificar si el candidato pertenece al oficialismo o a uno de los partidos de la oposición.
El slogan ya no es “Renovación 5.0”. Ahora el leit motiv es: ¿En que te puedo ayudar”?
Y para llenar las boletas trajeron personajes de afuera de la política. Apareció un ex jugador de golf profesional, un par de abogados a los que les va bien en el ejercicio de la profesión, el dueño de la franquicia de Café Martínez, la rectora de un reconocido colegio privado y la lista de “outsiders” sigue y sigue.
La consigna: gente que no haya vivido todos estos años de penurias, de la política. Gente que genere empatía en el otro que padece.
Por eso el lema es: ¿En qué te puedo ayudar? La consigna: Escuchar, más que hablar. Martín Cesino y Horacio Martínez parecen ser los máximos exponentes de ese perfil de candidato.
La idea es no irritar a la gente, no cargar las tintas con un perfil de “político profesional”. Generar empatía, escuchar, no prometer de más, porque todo eso se puede volver en contra.
Porque estos diez años de penurias económicas y este último año y medio de pandemia, acentuó la verdadera grieta que hay entre los argentinos: la de quienes tienen un ingreso asegurado del Estado y la de quienes se las arreglaron lo mejor que pudieron, sin el amparo estatal. A veces bien, a veces no tanto, pero siempre sin nada asegurado.
Por qué no será un picnic
Para terminar, una consideración: los principales candidatos del oficialismo fueron el intendente Lalo Stelatto y el gobernador Oscar Herrera Ahuad. Si el domingo estuvieran sus cargos en juego, contra el mejor que pueda poner la oposición enfrente, para la Renovación probablemente sería un picnic.
Por cierto, la elección de Herrera Ahuad en la boleta para gobernador fue un acierto de Rovira no exenta de una extraordinaria buena suerte. Quién iba a decir hace unos años cuando fue “ungido” que a este médico que dedicó su vida al sistema de salud pública le iba a tocar gobernar en este tiempo de emergencia sanitaria.
Pero el problema para la Renovación es que este domingo no se está plebiscitando la gestión de Herrera Ahuad o de Leonardo “Lalo” Stellato.
Quizás no pesen tanto el buen manejo de la pandemia, la fuerte decisión de cerrar las fronteras que salió bien, el muy interesante sistema de salud pública que tiene Misiones, la economía que –dentro de un país en crisis- anduvo muy bien. La recaudación que permitió la fuerte inversión pública en los programas “Ahora”, donde Misiones intentó “fabricar” su propia inflación y aliviar un poco los castigados bolsillos.
También está por verse si pesará más o menos el aspecto de una ciudad que luce cada día más espléndida, con un intendente al que le dieron los recursos y parece buen gestor. Todo eso y algunas otras cosas más, constituyen la mitad de la botella llena.
Pero esta es la elección irrelevante de medio término. La elección más incómoda. Donde muchos se inclinan por mirar la mitad de la botella vacía.