El Gobierno de Misiones anunció esta semana el cierre definitivo del Ingenio San Javier, fundado en 1962, pero que estaba paralizado desde 2022.
“Venimos hablando hace un tiempo la posibilidad de convertir esto en un museo, lo que alguna vez fue parte de la historia de San Javier y de la provincia”, dijo a Plan B, Roque Gervasoni, titular del ex IFAI (IMAC), el organismo que lo tenía a su cargo en los últimos años.
Fue una forma elegante de anunciar que el Estado misionero ya no considerará volver a reactivarlo con desembolsos de subsidios, y que también terminaron en vía muerta los intentos del año pasado por encontrar un privado que se hiciera cargo de la operación.
El Ingenio Azucarero San Javier se fundó en 1962, y estuvo a cargo de la Cooperativa Azucarera de San Javier, fundada una década antes.
En los 90 a -contramano de la época-, pasó a manos del Estado provincial. Increíblemente sobrevivió a las privatizaciones, en una provincia que vendió al capital privado el Banco de Misiones y Papel Misonero, entre otras organizaciones estatales.
Los críticos dirían luego que Misiones se desprendió de los mejores negocios (hoy controlados por el Banco Macro y Papel Misionero/Arcor) para quedarse con el peor y más deficitario de ellos.
Durante los años del kirchnerismo y los primeros 10 años de la Renovación, el Estado misionero no tuvo reparos en subsidiar con entusiasmo y fuertes sumas de dinero al Ingenio San Javier, sin encontrar nunca una fórmula para tornarlo eficiente y autosustentable.
Pero el dinero se fue acabando y en 2022 fue el primer año que el Ingenio San Javier mantuvo su planta paralizada. Algo que no sucedía desde sus comienzos.
En 2023 se volvió a repetir esa situación y Roque Gervasoni, ya al frente del ex IFAI, declaró que esa industria “es inviable”.
Pero la provincia siguió buscando fórmulas para no cerrar el Ingenio y anunció conversaciones con un grupo de capitales brasileños interesados en adquirirlo, alquilarlo o concesionarlo. Incluso el gobernador Hugo Passalacqua se llegó a reunir con los representantes de este grupo.
Finalmente esas conversaciones no prosperaron. “No estaban tan interesados en el Ingenio”, dijo, amargamente, Roque Gervasoni a Plan B, sobre esos empresarios del vecino país.
Escala
Según los datos del 2021, el Ingenio San Javier explicaba menos del 3% de la producción total de azúcar en la Argentina.
Ese año se procesaron 23.000 toneladas de caña de azúcar. El mejor año para el Ingenio San Javier fue 1974, hace ya 51 años, cuando se procesaron 103.760 toneladas de caña de azúcar para producir 9,5 millones de kilos de azúcar. También se producía alcohol en el Ingenio.
En 2022, según cifras de la Secretaría de Agricultura de la Nación, se produjeron entre 2,2 y 2,5 millones de toneladas de azúcar, en los 20 ingenios azucareros distribuidos en Salta, Tucumán y Jujuay. Misiones, como Santa Fe, ostentó siempre una porción muy marginal de la actividad.
Durante los primeros tiempos del parate, en mayo de 2022, se pensaba que el Estado iba a volver a retomar las operaciones consiguiendo las inversiones para modernizar las instalaciones industriales.
“La idea es tratar de ser los más equilibrados posibles, perder lo menos posible, pero hay una decisión política de sostener el ingenio para promover el desarrollo de San Javier, los productores, los empleados de la industria y el desarrollo local”, explicó Gervasoni, apenas un mes después de asumir en reemplazo de Marcelo Rodríguez, desplazado tras el escándalo de los chats.
Pero los años fueron pasando y finalmente las soluciones no llegaron. El Estado misionero, ya muy lejos de aquellos tiempos de la primera década de la Renovación, en coincidencia con el kirchnerismo de crecimiento a tasas chinas, prefiere no seguir hundiendo dinero en una operación industrial que tiene pocas o nulas posibilidades de ser autosustentable.
Así fue como finalmente, 52 años después de su inauguración, el Ingenio San Javier cerrará para siempre para reabrirse como un Museo.
Plan B/ 24-1-2025