Domingo Barthe.

Llegó a ser el empresario más rico de la Argentina y manejó su imperio de yerbales y barcos desde Posadas

Domingo Barthe fue un hombre de negocios que se radicó en Posadas hacia 1870 y llegó a manejar un verdadero imperio con grandes extensiones de campos en Paraguay, Brasil y Misiones. Construyó una gran flota fluvial y se dedicó también a las finanzas y al comercio. Construyó el Hotel Savoy, ubicado en Sarmiento y Colón, que todavía perdura como testimonio de la época entre la Guerra de la Triple Alianza y la 1° Guerra Mundial donde se amasaron grandes fortunas con actividades extractivas. En este artículo para Plan B, el historiador Alberto Alcaraz, cuenta detalles de esta increíble historia.

La empresa Domingo Barthe

Por Alberto Alcaraz *

A fines del siglo XIX la ciudad de Posadas era un importante centro de intercambio regional, excepcionalmente favorecida por la ruta fluvial y la convergencia de una extensa red de caminos y picadas potenciada,  por la llegada del ferrocarril en 1911 que comunicada con los principales centros urbanos de la Argentina y vinculaba un tráfico portuario que abarcaba el espacio regional del Alto Paraná.

El puerto de la ciudad irradió una influencia que estimuló tempranamente la actividad de los empresarios allí asentados en la apertura del espacio económico del frente extractivo desde finales de la Guerra de la Triple Alianza, debido a que la posesión de obrajes diseminados en ambas márgenes del río Paraná promovió el uso del trasporte fluvial.

Hoy nos toca contar la historia de Domingo Barthe, un francés que nació en 1853 y llegó a Buenos Aires con 12 años y sin un centavo, según contó en varias entrevistas. Y que tras emplease en una tienda que vendía yerba mate descubrió el potencial de ese negocio y compró su primer lote para revender.

Luego su ascenso fue meteórico, adquiriendo tierras en Misiones, Paraguay y Brasil, hasta construir un imperio que además de la explotación yerbatera tenía varios negocios donde también se destacaba la actividad naviera, con una gran flota de barcos de pasajeros y carga que desandaban el Paraná y el Paraguay.

Barthe se radicó en Posadas y vivió muchos años en la capital del entonces Territorio Nacional.

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Domingo Barthe, afirmaba haber llegado pobre a la Argentina y construyó un imperio y fue una de las figuras de la alta sociedad de la época.

Una vez aquí, consolidó aún más su posición empresarial e incrementó su patrimonio y prestigio social en la comunidad que lo catapultaron a la escena pública donde también logró socios de relevancia que le permitieron incrementar sus bienes y negocios.

La suma de todo ese patrimonio rivalizó con otras empresas poderosas dedicadas al comercio y la extracción de yerba mate silvestre, como la Compañías López & Santiago, Núñez y Gibaja, Matte Larangeira-Mendes de Brasil y la Industrial Paraguaya; ésta última originalmente conformada con capitales paraguayos y argentinos de la empresa Uribe y Cia, de la que Domingo Barthe sería arrendatario en Tacurú Pucú hasta el año 1898.

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Domingo Barthe, el quinto desde la izquierda (abajo) con traje oscuro y moño.

En una entrevista que tuvo lugar en el domicilio del empresario, por entonces situado en las calles Félix de Azara y Sarmiento de la ciudad de Posadas y que fuera realizada por el periodista francés Jules Huret (1911:321-322), el reportero dejó una descripción física de las impresiones que tuvo en ese encuentro: “un hombre de unos cincuenta y cinco años, ágil, de rostro enjuto, tez encarnada y de mirada clara y viva” que “al mismo tiempo [era] comerciante, industrial, armador, naviero y banquero”.

En la conversación –que probablemente transcurrió en lengua francesa dada la procedencia de ambos–, el entrevistado afirmaba residir habitualmente en Posadas desde donde llevaba adelante la organización de sus negocios.

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Ese encuentro, hizo posible contar con la versión narrada por el mismísimo “Sr. Dominique Barthe” quien afirmaba en 1877 haberse instalado en Posadas luego de haber llegado primero a Buenos Aires “sin fortuna, procedente de la región vasco-francesa, donde era un simple obrero” y tras algunos años de buenos negocios, acabó “poseyendo hoy [en 1911] 35 Millones defrancos […] teniendo en el Brasil y Paraguay 750.000 hectáreas de tierra, de la cual una parte importante produce yerba mate” (Huret, 1911:321).

El relato contaba muy superficialmente la llegada al país e incluso omitía su paso previo por el Paraguay.

Sin embargo afirmaba que era sólo un niño de doce años cuando “llegó a la Argentina con un pariente, procedente de Bayona y sin un céntimo. Permaneció tres años en casa de una de sus hermanas [hasta que] a los quince años entró como empleado en la tienda de un vendedor de [yerba] mate con [un sueldo de] 80 francos por mes” de cuya labor le daría los primeros años de entrenamiento necesarios para comprender la magnitud del comercio yerbatero en el país (Huret, 1911:321).

En 1874 –el posible año de su boda– habría decidido probar suerte por cuenta propia a la edad de 21 años y con algunos ahorros compró arrobas de yerba mate y tabaco para revenderlos a un mayor precio en Buenos Aires.

Esos negocios le proporcionaron a los pocos años un capital inicial de “20.000 francos que fue el origen de su fortuna”.

Al poco tiempo “hizo el tráfico de cueros, de tabaco, de madera, desde Buenos Aires a Posadas y viceversa y a la edad de 26 años –posiblemente en 1879–, a dos años de haber llegado a Posadas, “compró 5.000 hectáreas donde metió 2.000 vacas. Las 5.000 hectáreas se convirtieron en 50.000 y sus ganados aumentaron de igual modo” y a los 35 años –en 1888– habría comprado 225.000 hectáreas en Paraguay – al parecer en circunstancias de dudosa legalidad– las cuales siguieron sumándose a su ya cuantioso patrimonio (Huret, 1911:321).

Al finalizar la conversación, el periodista resaltaba la fuerza del capitalismo francés y exaltaba a Domingo Barthe como un claro exponente del fervor nacionalista por que rehusó la venta de todas sus propiedades por la suma de veinticinco millones de francos que le fuera ofrecida por una Compañía inglesa por la totalidad de sus bienes.

La mayor ponderación de Huret sin embargo estaba en que un hombre prácticamente sin recursos había logrado la creación de todo un arsenal de construcciones navales y un servicio de navegación fluvial por el cual “se alaba de no haber tomado préstamo ni de bancos, ni de particulares” y a la vez era el empresario más poderoso con residencia permanente en Misiones, cuya mayor parte de bienes, inmuebles y obrajes se encontraban dispersos en diferentes puntos del Paraguay, Brasil e importantes ciudades argentinas como Buenos Aires y Rosario que reflejaban los circuitos económicos que construyó, los cuales traspasaban el ámbito donde cotidianamente desenvolvía su vida.

Las compañías de navegación con astilleros propios –como la Cía. De Domingo Barthe– contaban con  ventajas competitivas que  les permitieron imponer altos fletes en el transporte de productos a terceros y asegurarse de esa manera el control de la ruta fluvial y el flujo de mercancías y de peones a los obrajes. Un aspecto curioso de su empresa de navegación fluvial era que muchos de sus barcos –que juntos sumaban un total de veinticinco– llevaban por nombre las iniciales de sus hijos; tal fue el caso de los vapores de carga “Emilio B”, “Rodolfo B”, los remolcadores “Elena B” y “Anibal B”, que hacían la línea Posadas-Buenos Aires en el transporte de pasajeros.

En el de cargas eran el “Anita B” y el otro que hacia el mismo trayecto llevaba las iniciales del nombre de su esposa, el “Dolores B”.

Estos dos últimos eran de “lujo” y no remontaban hasta el Alto Paraná.

De igual modo, bautizaba con los nombres de sus hijos las poblaciones que surgían en sus propiedades, algunas de ellas fueron “Puerto Adela”, “San Rafael” y las zonas con acceso al río Alto Paraná donde arribaban los vapores que llevaban las improntas de los nombres de sus hijos como el “Adela B”, el “Edelira B” y “Elisa B”, entre otros.

También sus barcos llevaban nombres de accidentes naturales, como el vapor “Tembey” cuyo nombre hacía alusión a un importante arroyo con una bella cascada que atravesaba su más importante propiedad en el Paraguay compuesta de unas 412 leguas cuadradas, la “chata Misiones” que refería al Territorio Nacional donde residía, o el “Humaitá” que entre otros de sus barcos rememoraban sitios correspondientes a la historia reciente del Paraguay.

Otros barcos de su flota fueron el “Formosa”, el “Humaitá” ambos destinados al transporte de pasajeros, mientras que de carga pueden nombrarse al “Misiones”, “Pirapitá”, “Posadeña”, “Brasil”, “Tembey”, “Esperanza”, entre otros. Los vapores hacían carrera en los ríos Paraná y Paraguay, flota que fue aumentada luego con nuevos vapores que fueron construidos a pedido suyo en Inglaterra (Para más datos véase: Monte Domecq, Enciclopedia del Paraguay, 1913: 49-50).

Cruz de Malta: el gigante yerbatero argentino-brasileño que nació hace 150 años como botín de la Triple Alianza

Domingo Barthe

Los orígenes del empresario Domingo Barthe son controvertidos y hasta contradictorios según las fuentes que se consulten, en la Enciclopedia del Paraguay del año 1913 se afirmaba en un apartado que nació en la ciudad de Mauleón, Francia. En tanto en el diario La tarde en un artículo publicado en 1919, con motivo de su fallecimiento en el pueblo de Biarritz –Francia– señalaba que el difunto era oriundo del pueblo de Pau. A pesar de las divergencias, ambas fuentes coincidían en ubicar sus orígenes en un área situada en los montes Pirineos, correspondiente al país vasco francés, cuyo portal al resto del mundo era el Océano Atlántico, más precisamente, la ciudad de Bayona, desde donde habría partido para llegar a la Argentina en el año 1867.

Una publicación conmemorativa en 1944 titulaba “25° aniversario del fallecimiento de Domingo Barthe, “Pionner” de la colonización del Alto Paraná” afirmaba que procedía del país vasco-francés y situaba el año de su nacimiento en 1853 y el lugar en el pueblo de Ordeah, también en los Bajos Pirineos. Señalaba que su emigración al continente americano se habría producido a la edad de 12 años en el año 1865, acompañado por un pariente, procedentes ambos del puerto de Bayona. En tanto un descendiente directo del empresario perteneciente a la tercera generación de la familia –que por razones de discreción pidió reservar su identidad– afirmaba al respecto que los orígenes de su antepasado se remontan al sur de Francia, desde donde “ vinieron dos primos Barthe luego de la guerra Franco Prusiana. Uno, mi tatara abuelo, que vino a la Argentina y otro se fue al Paraguay¨”.

Aunque las fechas difieren levemente, habría cierta coincidencia en el trayecto del recorrido, así como la probabilidad de que el pariente en cuestión que lo acompañara fuera Juan Barthe dado que otros familiares consultados afirmaron que fue con su hermano con quien emigró, antes de que estallara la guerra franco-prusiana (1870-1871). En ese conflicto,  la nación germana logró una victoria rápida y aplastante sobre la nación gala que marcó traumáticamente con una mentalidad revanchista a varias generaciones de franceses hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial y su “desquite”con el acuerdo de Versalles.

Una publicación de la revista de la Cámara de Comercio Argentina de 1944 afirmaba que Domingo Barthe llegó a Buenos Aires y comenzó a trabajar con la edad de quince años como empleado en una casa dedicada al comercio de yerba mate por un sueldo de 80 francos mensuales. Al finalizar la Guerra de la Triple Alianza en 1870, emigró al Paraguay para instalarse en el pueblo de Villa Concepción, donde contrajo matrimonio con Dolores Cueto, hija de una familia de buena posición económica del lugar que contaba por entonces con dieciséis años, de esa unión habrían nacido nueve hijos de los cuales cuatro fueron mujeres y cinco varones. Si tomamos en cuenta 1853 como año de nacimiento de Domingo Barthe y que el matrimonio se habría consumado aproximadamente en 1874, el comprometido habría contraído nupcias a edad de veintiún años cuando “habría decidido probar suerte en el negocio yerbatero” (Huret, 1911).

En el Diario La Tarde (31/12/1919) se afirmaba que el empresario en 1875 fundó en Villa Concepción (Paraguay) “su primer negocio” que progresó hasta convertirse en la poderosa sociedad anónima que bajo su nombre abarcó actividades comerciales en Argentina, Paraguay y Brasil. En otra entrevista realizada años antes (en 1911) por Jules Huret en Posadas, el mismísimo Domingo Barthe señalaba había llegado pobre de Europa, aunque por esos años gozara de gran prestigio y era considerado un verdadero self made man con poder e influencia en diferentes ámbitos.

No se puede subestimar ni desvirtuar la explicación del origen de su fortuna dio
el mismo empresario ya que da cuenta de su rápido ascenso social y su probada habilidad como hombre de negocios que reflejaban su capacidad personal para adaptarse a los continuos cambios, tejer alianzas con el poder político o personas que fueran de su confianza y actuaban en esos espacios o asociándose con otros empresarios de la región que no competían directamente con su Compañía. Es muy probable que los lugares donde fijó residencia oscilaran en función a los cambios operados en la circulación de los productos que comerciaba ya que el grueso del circuito de la yerba mate comenzó a ser extraída primero de la zona de la cordillera del Amambay, que tenía al principio al poblado de Villa Concepción sobre el río Paraguay –sitio al que el empresario adoptó en un principio como residencia–.

Domingo Barthe se trasladó a Villa Encarnación y finalmente a Posadas donde residió hasta su regreso a Francia en 1917, donde fallecería dos años después. Los cambios de residencia probablemente obedecían al movimiento del circuito de la extracción de la yerba mate silvestre de los obrajes y la cercanía a los medios de transporte ya que la llegada del ferrocarril a Posadas, era un proyecto que desde fines del siglo XIX había potenciado el interés para el  tráfico de la yerba en dirección hacia Buenos Aires.

Es probable que la unión matrimonial con una mujer de una familia de la elite paraguaya, de posición acomodada le generó algunas ventajas económicas, dado el impulso que tomó en esos asuntos y le permitió contar con recursos propios que en poco tiempo consolidaron su ascenso social y construyeron el conjunto patrimonial que le redituó en status y el prestigio. Es indudable también que en ello influyeron la habilidad para los negocios y las dotes carismáticas en el sentido atribuido por Max Weber (1985: 4-10).

Todas las fuentes consultadas también coincidían en señalar que luego de que el empresario se afincó en Villa Concepción se dedicó con gran habilidad al comercio de la yerba mate, cueros y tabaco que transportaba a Buenos Aires en barcos propios y de regreso fletaba diversas mercaderías para venderlas en Villa Concepción y sus alrededores.

En 1876 domingo Barthe trasladó su residencia de Villa Concepción junto a su familia para mudarse a Villa Encarnación, desde allí amplió la escala de sus operaciones comerciales a la Argentina y Brasil donde también compró tierras. Llegó a poseer un total de 412 leguas cuadradas en el Alto Paraná paraguayo e incorporó, la explotación de maderas y llegó a ostentar el pomposo apodo de “el rey del cedro”–por el volumen de los árboles de esa especie que bajaban desde sus obrajes hasta el mercado de Buenos Aires–. Tambien en Brasil adquirió un lote de unas 65.000 hectáreas en una zona cercana a la colonia Militar de Foz do Iguaçú y en en Misiones una estancia que llevaba el nombre de “El porvenir”, situada en un área colindante a la ciudad de Posadas.

En el año 1877, abrió una sucursal comercial en Posadas, que llegó a ser la más importante en el rubro del comercio yerbatero misionero y se sumó al patrimonio de los establecimientos que ya existían en territorio paraguayo. La empresa Domingo Barthe operó hasta el año 1892 en forma individual y desde ese año en adelante lo hizo en sociedades, como la que sostuvo hasta 1894 con la Compañía “Barthe & Ayala”; desde 1895 a 1897 conformó “Barthe & Arrillaga y Cia” y  en el año 1898 pasó a denominarse “Barthe Hnos.” Ese año también incluyó a su hermano Juan Barthe en la dirección de la Compañía pero unos años después la empresa adoptó la denominación definitiva de “Compañía Mercantil y de Transportes “Domingo Barthe S.A.” que dirigió personalmente hasta su regreso a Europa en 1917, cuando dejó en el directorio de la misma a sus hijos Jorge Barthe como presidente, Rodolfo Barthe vice, directores a Raúl Barthe y Aníbal Barthe.

Podría especularse con las motivaciones personales que lo impulsaron a cruzar la otra orilla, pero lo cierto es que una vez radicado en Posadas, Domingo Barthe consolidó aún más su posición empresarial e incrementó su patrimonio y prestigio social en la comunidad que lo catapultaron a la escena pública donde también logró socios de relevancia que le permitieron incrementar sus bienes y negocios.

La suma de todo ese patrimonio rivalizó con otras empresas poderosas dedicadas al comercio y la extracción de yerba mate silvestre, como la Compañías López & Santiago, Núñez y Gibaja, Matte Larangeira-Mendes de Brasil y la Industrial Paraguaya; ésta última originalmente conformada con capitales paraguayos y argentinos de la empresa Uribe y Cia, de la que Domingo Barthe sería arrendatario en Tacurú Pucú hasta el año 1898.

Para más datos véase:

ALCARAZ, Alberto Daniel. (2019). La empresa Domingo Barthe: Extractivismo yerbatero-maderero en la frontera Alto Paranaense (1870- 1930). Disponible en: https://www.prometeoeditorial.com/busqueda/QWxjYXLDoXosIEFsYmVydG8gRGFuaWVs

Fuentes:HURET, Jules. (1911). De Buenos Aires al Gran Chaco.

MONTE DOMECQ, (1913) Enciclopedia del Paraguay. El Paraguay su presente y su futuro.

Plan B/ Alberto Alcaraz / 16-12-2024

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