El Gobierno decidió poner en venta un edificio que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) tiene en la calle Cerviño 3101/67 del barrio porteño de Palermo, con el objetivo de “eficientizar el rol del Estado”.
Se trata de un cuarto de manzana que ocupa en una de las zonas más exclusivas de Palermo, a metros de la esquina de Coronel Díaz y Libertador y en la zona de las residencias de los embajadores, a cuatro cuadras del Malba.
La decisión la argumentó con la Ley Bases para promover la venta de inmuebles pertenecientes al Estado Nacional que ya “no son necesarios” para su gestión. En este edificio, que si bien se desconoce su valor económico, operan oficinas vinculadas a la entidad y sus respectivas fundaciones.
La decisión se dio a conocer a través de una publicación en el Boletín Oficial bajo el Decreto 950/2024, en el que se autoriza a la Agencia de Administración de Bienes del Estado a disponer, enajenar y/o transferir, inmuebles. En su anexo está el edificio de Cerviño. “En función de las medidas tendientes a eficientizar el rol del Estado, se impone la necesidad de impulsar la venta de inmuebles pertenecientes al Estado Nacional que resultan innecesarios para su gestión”, señala el decreto firmado por el presidente Javier Milei y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Según los datos del anexo, el edificio tiene 919.10 m2. Adentro funcionan la Fundación ArgenINTA, delegación de INTeA, Dirección Relaciones Internacionales, Dirección Vinculación Tecnológica. En total trabajan en él 140 personas. Este bien edilicio en su interior tiene tecnología, software y hardware de las oficinas que ahí funcionan.

El interés del Gobierno, de acuerdo con las fuentes consultadas, pasa por el “valor económico del edificio”, dada su ubicación y extensión. No se conocen detalles de su cuantía. En ese sentido, dicen que habría un interés de diversas constructoras por hacerse de ese edificio sobre por su ubicación. En los interiores del INTA sostienen que este edificio “no era ocioso”, como se argumenta en el Gobierno.
En este contexto, surgieron versiones de que el edificio tenía una restricción de venta porque había sido cedido al exMinisterio de Agricultura, es decir, que el INTA no tendría el título de propiedad.
Una de las interpretaciones que se hace sobre la reciente salida del expresidente del INTA, Juan Cruz Molina Hafford, que tuvo diferencias con la gestión del Gobierno, es que él buscaba hacer rentable el edificio y hacerlo funcionar para evitar este destino conocido hoy. Por lo tanto, de ser así, el organismo tiene el título de propiedad, contrario a esto no hubiese dejado su silla en medio de versiones por recortes y diferencias con el Gobierno.
El Consejo Directivo Nacional del INTA tenía la potestad de decidir sobre los bienes del organismo. No obstante, tras la aprobación de la Ley de Bases, esta otorga derechos a la Agencia Nacional de Bienes del Estado sobre los edificios públicos. Esta ley permite a la agencia gestionar, administrar y disponer de los bienes del Estado, lo que incluye la identificación de inmuebles que no son necesarios para el funcionamiento del Gobierno. Esto puede incluir la venta, arrendamiento o redistribución de edificios públicos.
Cuando se dio a conocer la noticia, al INTA llegó la información de que en el Gobierno planteaban que ese edificio se pudiera “subocupar”. No obstante, de acuerdo con el Boletín Oficial, se trataría de la venta total. En el decreto se indica que la Agencia de Administración de Bienes del Estado impulsará los procedimientos de enajenación de los inmuebles del Estado Nacional objeto de los Decretos Nros. 952/16, 1064/16, 1173/16, 225/17, 928/17, 355/18, 1088/18, 345/19 y 518/19 y de las Decisiones Administrativas Nros. 249/18, 24/19, 317/19 y 610/19 que no hubieran sido enajenados a la fecha de entrada en vigencia del presente.
Plan B/ 25-10-2024