Por Gustavo Cetrángolo
En las últimas semanas se comenzaron a escuchar fuertes reclamos desde el sector maderero respecto a que ha entrado en recesión y con fuertes recortes de horas trabajadas y cierre de algunas plantas. Incluso se está empezando a hablar de despidos si no se toman medidas.
Pero los que miran de afuera se preguntan: ¿Qué pasó con este sector que era uno de los que experimentó un boom con la cuarentena del Covid y la renovada vocación en Argentina y el mundo por refaccionar la casa?
Es cierto que el sector maderero trabajó a full durante el 2020 y 2021, y también buena parte del 2022 con un boom apuntalado por la pandemia. Pero desde hace un tiempo las condiciones del mercado empezaron a cambiar y se fue gestando una tormenta perfecta que hoy amenaza al sector.
Ya la “calle” hablaba a mediados del año pasado que la exportación (importante motor de la actividad) se había parado “ en seco” , con cancelación de órdenes de provisión ya emitidas, especialmente de los EE.UU.
En Diciembre y especialmente en enero se escuchó nuevamente que el mercado doméstico se paró “en seco”. Esto ha hecho que aparezcan los reclamos de asistencia para el sector de las principales agremiaciones empresarias del sector.
Podemos analizar la situación para ver, primero su evolución y segundo, qué perspectivas de reactivación hay.
Empezaremos por la exportación:
El principal desencadenante ha sido la suba de la tasa de interés en los EE.UU., cuando sube la tasa de interés, suben también para los créditos hipotecarios que financian la compra de viviendas. Automáticamente cuando sube la tasa se frena la construcción de viviendas nuevas y la comercialización de las usadas.
Ayer el titular de la Reserva Federal, Jerome Powell, avisó que vendrán nuevas subas de tasas de interés en un intento de los Estados Unidos por frenar la inflación, aún a costa de entrar en una desaceleración de la economía que pondrá en riesgo millones de puestos de trabajo. Fue en una audiencia ante la Comisión de la Banca del Senado.
Los mercados de la vivienda en los EE. UU. y otras economías desarrolladas se han desacelerado, particularmente para la construcción de viviendas unifamiliares, después de dos años de fuerte actividad del mercado. Debido en gran parte al aumento de los costos de endeudamiento y precios de la vivienda, ha aumentado el stock de viviendas nuevas disponibles en el mercado.
En la siguiente tabla, se observa la relación entre tasa de interés y nivel de construcción de viviendas:
Tabla 1:
Durante la pandemia, se produjo en EE.UU. un fenómeno inusitado, la gente se quedaba en su casa e invirtió mucho dinero y mano de obra propia en hacer más confortable la vivienda, por otra parte cerraron los aserraderos locales y se cortaron las cadenas de suministro, esto elevó los niveles de precios a valores increíbles, por ejemplo de u$s 0,45/p2 a más de u$s 1,20/p2.
En ese marco la industria maderera pudo aumentar sus exportaciones a niveles muy importantes a pesar de los altos costos de fletes oceánicos. Esto impactó mucho y muy positivamente en Misiones, Corrientes y todo el sector.
Mercado doméstico:
Antes escasas alternativas de inversión financieras (cepo cambiario mediante) que sean defensivas contra la inflación la gente decidió invertir en construcción, esto produjo una demanda sostenida de insumos locales entre los que se encuentra la madera.
La industria de la construcción alcanzó su pico en Julio del 2022, si tomamos el índice del INDEC este era en Julio de 204, y en diciembre llegó a 170, es decir 34 puntos de baja. Si tomamos otros índice, el Construya , en julio llegó a un pico de 413 y en diciembre bajó a 298, es decir 115 puntos de baja.
Hay caídas anuales de algunos productos como ladrillos huecos del orden del 22,6%.
Como vemos se ha producido la “tormenta perfecta”: Caída de la exportación a medidos del año (atenuada por un alto índice de construcción local) y enseguida una baja abrupta de la actividad de la construcción.
A esto se suma el efecto de la inflación, con un dólar exportación más retenciones que atrasa frente al aumento de insumos y tasas de interese locales elevadas, algunos consumos pueden ser demorados.
¿Cuál es la salida para la industria?
La más básica es nivelar la oferta con la demanda, en este caso se puede manejar disminuyendo horas extras o turnos y haciendo paradas por vacaciones y/o mantenimiento. Esto es difícil en un sector muy atomizado e individualista como el forestal, especialmente de aserrado.
Desde el Estado se puede estimular el aumento de demanda traccionando desde el Estado la compra de viviendas de madera con destino social. Esto por otra parte presenta dificultades en una época de ajuste del gasto público.
Obtener un “dólar soja” (en este caso, sería un “dólar madera”) para las economías regionales sería otra medida de ayuda. En ese sentido, el anuncio de Sergio Massa de un “dólar Malbec” y la confirmación del gobernador Oscar Herrera Ahuad de que habrá tipo de cambio diferencial para “la madera, té, tabaco y yerba” abre renovadas esperanzas.
Las acciones del Gobierno de Misiones para reactivar el transporte fluvial es un esfuerzo importante pero debe transformarse en una disminución de costos apreciable para mejorar la competitividad. Más allá de que siempre es un impacto fuerte ver nuevamente salir a una barcaza con producción misionera rumbo a los puertos de ultramar y de allí al mundo.
Veremos que pasa en Marzo, el verano nunca es una buena época de venta de madera. Algunos indicadores de la industria de la construcción muestran una leve recuperación y el destino de madera para pallets para industria puede ayudar a estabilizar la situación.
*Gustavo Cetrángolo es ingeniero agrónomo, fue ejecutivo de compañías forestales como Forestadora Mecanizada, Resinas Misioneras, Perez Companc. Fue Subsecretario de Tierras y Bosques de Misiones, tiene una empresa dedicada a la exportación de resina y es consultor en numerosos proyectos del sector para empresas nacionales y del exterior. Además, es columnista de Plan B.