El Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) y el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), empezaron a tomar medidas de control sanitario que resultan en un freno o demoras en las importaciones de yerba canchada que se importa de Paraguay y Brasil. La información la confirmaron a Plan B fuentes de la industria y del organismo yerbatero.
Las medidas, que también tienen el respaldo de diputados renovadores en la Cámara de Representantes, generan preocupación e incertidumbre entre los industriales.
Concretamente el Senasa está controlando los niveles de plomo y cadmio en la yerba canchada que se trae de Brasil. Son dos componentes que trae la yerba mate, pero que según la industria están en cantidades inocuas. Los límites permitidos son 0,60 gramo/kilo (plomo) y 0,40 gramo/kilo (cadmio).
El Senasa está frenando algunos despachos en camiones en la Aduana Argentina (que funciona del lado paraguayo de la cabecera del puente) y les toma muestras que luego envía a un laboratorio en la provincia de Rio Negro. Se trata del Centro de Investigación y Asistencia Técnica a la Industria (CIATI), ubicado en la localidad de Villa Regina de la provincia patagónica.
Esa distancia para remitir las muestras físicas de la yerba mate canchada generan demoras e incertidumbre que puede durar más de una semana.
“Es cierto, estamos controlando los niveles de metales en la canchada que viene de Paraguay y Brasil. En el caso de la yerba argentina, está dentro de los niveles permitidos”, señaló a Plan B, una alta fuente del organismo yerbatero.
Del lado de la industria no están de acuerdo, dos fuentes confirmaron a este diario que la yerba canchada cumple totalmente con los estándares de plomo y cadmio. “Además, hay que evaluar y tomar las muestras sobre la infusión, porque la yerba no se come”, dijo uno de los empresarios. Otro fue más allá y afirmó que el INYM se está “disparando en el pie”, al poner en tela de juicio los niveles de estos metales en la yerba canchada.
“Estoy desconcertado sobre lo que está haciendo el INYM, cada vez con más controles y más impedimentos para trabajar”, dijo el directivo de una de las firmas líderes.
Además, estos análisis no se realizan a la yerba canchada que se produce en la Argentina, destacaron las fuentes.
Importaciones récord
Las importaciones de yerba canchada, prácticamente inexistentes e insignificantes hasta el año 2018, alcanzaron un inédito récord de 31 millones de kilos en 2020 (ver infografías). Este año en los primeros nueve meses estaban apenas por debajo de ese volumen inédito en la historia yerbatera de los últimos 70 años.
Casi todas las firmas grandes están echando mano a este recurso, al conseguir en Brasil y Paraguay mejores precios, pagando 1,20 dólares a valor oficial (unos 120 pesos), mientras que la canchada hoy se está pagando cerca de los 180 pesos en Misiones.
Naturalmente, del otro lado de la mesa los productores yerbateros están cada vez más preocupados por el avance de las importaciones de canchada. Algo a lo que no estaban acostumbrados. La última vez que la industria yerbatera de Misiones y Corrientes importó grandes cantidades de canchada fue en la primera mitad del siglo pasado, cuando la yerba mate se traía de Brasil y el negocio lo dominaban las industrias de Buenos Aires y Santa Fe.
“La preocupación es que la canchada que provenga de Paraguay o Brasil no estén dentro de las reglamentaciones del Código Alimentario Argentino. Si entra y se reprocesa y empaqueta, es yerba argentina, tenemos que cuidarnos”, dijo Julio Peterson, productor y diputado provincial que hizo aprobar una declaración de la Cámara de Representantes solicitando aumentar los controles del Senasa.
Según datos a los que accedió Plan B, los principales importadores de canchada en el 2021 por volumen son: Don Basilio, Las Marías, Establecimiento Santa Ana, La Cachuera, Hugo Holowaty (empresario de Apóstoles que vende yerba mate al Gobierno Nacional a través de licitaciones con Desarrollo Social), AMSA, Productores de Santo Pipó y SANESA. Todas ellas con compras al exterior entre enero-septiembre de este año de entre 4,9 millones y 1 millón de kilos.
Preocupación creciente
Cuando irrumpieron las importaciones de yerba mate canchada de los países vecinos, las autoridades del INYM y las nacionales afirmaron que no iban a intervenir en esa operatoria. Lo que sí hizo el INYM es empezar a controlar la calidad de la canchada y llegó a rechazar cargamentos porque excedían la cantidad máxima permitida de palo.
“No podemos prohibir que las empresas importen yerba mate”, dijo a Plan B, en julio, el entonces ministro del Agro, Luis Basterra (hoy reemplazado por Julián Domínguez).
Sin embargo, con el correr del tiempo el fenómeno de las importaciones, que siguió a buen ritmo, empezó a preocupar cada vez más a los productores y a una parte de los representantes del INYM. Además, las importaciones parecieron haber generado un efecto de amesetamiento en los dinámicos precios de la hoja verde, que subían continuamente hasta comienzos de este año y en los últimos tiempos parecen haber encontrado un punto de equilibrio.
Lo cual es negativo, para la economía del pequeño productor, ya que en la Argentina todos los precios siguen subiendo y el productor empieza a experimentar un retraso del valor de la hoja verde.
Precupación de los industriales y cierto malestar con J. J. Szychowski
Del lado de los industriales, hay preocupación y malestar porque el INYM había afirmado que no se iba a meter con las importaciones de yerba canchada. Los industriales se sienten los perjudicados por estos frenos y también por la resolución 170/21 que limitará desde el 1° de enero las plantaciones de nuevos yerbales a un máximo de 5 hectáreas por productor.
Y como telón de fondo, la amenaza de un congelamiento de precios compulsivo de la Secretaría de Comercio Interior, que todavía no se sabe bien si se va a cumplir a rajatabla o no. Pero que seguramente tendrá a la yerba mate, como uno de los 4 o 5 productos más vigilados por el Gobierno Nacional, urgido por levantar la performance el 14 de noviembre.
Industriales, productores, funcionarios y consumidores: En el negocio yerbatero, es prácticamente imposible dejar a todos contentos y para colmo el “boom” de la hoja verde está perdiendo gas desde hace un tiempo, como todo el mundo esperaba.
En el INYM que conduce Juan José Szychowski parecen aplicarse -por primera vez a fondo-, atraviéndose a utilizar las herramientas que siempre tuvo el organismo, pero nunca puso en práctica por falta de voluntad política, para “aplanar” la curva de los ciclos yerbateros. Los productores lo apoyan incondicionalmente. Los industriales, en cambio, lo rechazan y sienten que no los participan como antes en algunas decisiones clave. Es una grieta silenciosa que se va profundizando y no parece auspicioso para el sector. Un camino nuevo que nadie sabe cómo puede terminar.
Lo que sí sabe hasta el más novato en este sector, es que después de 2 o 3 años de “vacas gordas”, como los que tocaron desde el 2019 para acá, vienen los inevitables años de “vacas flacas”.