El entusiasmo de los argentinos por las figuras políticas es cada vez más efímero y algo de esto puede ser que se haya visto ayer a la tarde en El Brete, durante la presentación del libro “Guerra sin cuartel” que encabezó su autora, Patricia Bullrich.
Pasadas las 18 de una tarde bastante fresca, en el anfiteatro de El Brete había literalmente más libros que personas. Los más optimistas hablaban de 200, otros decían que no llegaron a las 150. “Cumplimos el protocolo”, explicaron los organizadores.
Hace unas cuantas semanas, antes que la segunda ola del Covid-19 impactara de lleno, Bullrich se había instalado como la gran contrafigura de Alberto Fernández, haciendo parecer un “blando” a Horacio Rodríguez Larreta (que en ese entonces intentaba sentarse en la mesa y acordar con el Gobierno Nacional). Pero en la Argentina, los entusiasmos por las figuritas del momento duran un suspiro.
En el medio, la ex ministra de Seguridad tuvo expresiones poco felices sobre Malvinas: “Podríamos haberlas dado a cambio de vacunas”, dijo en el programa de Jony Viale. Y nunca se disculpó.
