Opinión.

Hugo Bruenner: Lo de Boca y River fue papelón, el abismo con Brasil, y la soberbia de Gallardo y Riquelme

A continuación, una columna de opinión de Hugo Bruenner, Periodista, Docente y DT Nacional en fútbol.

Papelón de Boca y River, gran campaña de los brasileños y una Europa que “ya no les queda tan lejos”

Por Hugo Bruenner

Hablar a esta altura, y analizar el papelón de Boca y River en el Mundial de Clubes, ya parece remanido, casi una cruel obviedad.

Que hayan fracasado de manera estrepitosa era quizás tan previsible (para nosotros, los críticos y realistas) como sorpresivo para los ilusos, los que no quieren ver la realidad.

Si ambos clubes, pese a los millones y al superávit de cien palos verdes anuales, ni siquiera pueden hacer la diferencia en el ámbito local, donde recientemente fueron campeones Patronato, Central Córdoba y Platense, y ellos no, ¿cómo podrían ilusionarse, o al menos competir en el máximo nivel internacional sin siquiera haberse reforzado?

Más allá de cuestiones futbolísticas, considero que hay dos cuestiones tremendas que inciden en el presente (y quizás futuro, por varios años) de los dos grandes del fútbol argentino:

1) El manto de soberbia que rodea a sus ídolos (y líderes negativos), Juan Román Riquelme y Marcelo Gallardo, para quienes, su EGO es muchísimo más importante que el propio club.

2) Y del Periodismo no hace falta aclarar demasiado: por más fracasos que acumulen, hablan/escriben más del 90% del tiempo de los puteríos internos y de las falsas expectativas, que después no cumplen últimamente ni un 30%.

Resulta inconcebible que River y Boca, o Boca y River, no logren armar equipos competivos, cuando su presupuesto es 10/20 veces mayor a los demás equipos, que, además de arreglarse con migajas, encima les compiten y les ganan.

El fracaso estrepitoso de ambos en el MDC sólo en partes se puede explicar por una Liga local competitiva, equilibrada hacia abajo. Por el dinero que manejan deberían ser invencibles, campeones uno u otro siempre, como el Real y el Barça, y dejar que cada tanto (una o dos por década) aparezca un Atlético Madrid. Pero no: acá ocurre todo lo contrario.

Si Argentina es el único país que le puede pelear a los brasileños, y sin embargo desde 2018 no gana nada, marca a las claras que venimos de mal en peor. Y este Mundial de Clubes nos expuso como nunca: la brecha se agigantó, porque retrocedimos tanto, al punto que hasta equipos mexicanos y de Arabia se metieron en instancias decisivas y nosotros la miramos de afuera desde hace una semana ya.

En buena medida la culpa es del “Chiqui” Tapia y su torneo de 30 equipos: el brasileirão cumple 57 años y siempre se jugó igual, con 20 equipos y sin promedios. Ah, y como son 12 grandes, en cada fecha hay de 3 a 6 clásicos, y así todas las semanas: para el Botafogo o el Flu no es novedad enfrentar (y ganarles) a equipos como el PSG o el Inter… Partidos duros, exigentes y con esa presión, afrontan cada semana.

Y no me vengan con la cuestión económica: plata tenían River y Boca, que hayan apostado mal o que directamente no hayan invertido ¡Para el 1° Mundial de Clubes de la hisroria! es imperdonable. Marca una ignorancia y una soberbia lamentables.

Brasil, sólo contra Europa

En este duro y triste, pero real contexto, no queda otra alternativa que defender a esta parte del Continente, e “hinchar” por los equipos brasileños…

Los cuatro participantes se prepararon adecuadamente para competir, clasificar y con buena suerte y viento a favor, llegar a la final y por qué no hasta ser campeón como se ilusiona ahora el Fluminense, para la mayoría impensado semifinalista.

Por caso el Palmeiras ganó 40 millones de dólares y el “Flu”, 60, cifra que se podría incrementar a 90 millones si derrota este martes 8 de julio al Chelsea y pasara a la final. Ah, y si es campeón se llevará nada menos que 125 palitos euros (15 más si es un equipo europeo).

Flamengo y Botafogo salvaron largamente los gastos; Palmeiras podrá inyectarle unos 20 “kilos” para adquirir dos refuerzos top y convertirse en más candidato aún en la Copa Libertadores. Y el gran ganador de todos es el Flu, porque tiene varias ventajas sobre los demás compatriotas: mantuvo el 70% del plantel que le ganó la final a Boca en 2023, no cuenta con sueldos altos ni estrellas rutilantes y podrá ser potencia local y sudamericana en los próximos años. Y ni hablar si logra a ser campeón.

Europa sigue a la vanguardia, pero a no confiarse

Que hayan llegado 3 de 4 europeos a semifinales es algo natural. Y ojo que se metió el Chelsea por una jugada fortuita (un gol en contra) porque Palmeiras, si bien fue superado en el PT, estaba jugando mejor y parecía tener más resto para un eventual alargue. Pero estuvo a la altura, y a un pasito de meter a dos brasileros en semifinales, solos contra el Viejo Continente, lo que hubiera sido una verdadera epopeya…

Supremacía tuvieron, tienen y tendrán siempre. Por el simple hecho de que el enorme poderío ecónomico (ahora subido a la estratósfera por inversiones de magnates o petro-dólares asiáticos) les permite adquirir a cuanta nueva figura aparezca, y eso naturalmente redunda en planteles ricos en recambio y jerarquía, y si encima después dan en la tecla con el entrenador/conductor de grupo, se tornan prácticamente invencibles…

Pero ojo, no lo son. Lo demostró el multimillonario Al Hilal de Arabia (tiene un presupuesto anual de mil millones, a la par de los clubes de 2° línea del Primer Mundo) que no sólo no perdió en ninguno de sus 3 partidos contra europeos, sino que “tuvo contra las cuerdas” al Real Madrid y ¡Le hizo 4 al City de Guardiola en un tiempo!, algo impensado semanas atrás.

Y ni hablar de los brasileños, que tienen un récord de 3-2-3 frente a los equipos de Europa en este MDC, y que todavía se puede acrecentar. Por caso, el Botafogo derrotó muy bien al poderoso PSG y Fluminense hizo lo propio contra el Inter de Milán en octavos, ambos con apenas el 10% del presupuesto anual, o incluso menos.

Eso significa que, con una adecuada planificación táctica, sin cometer errores (como sí lo hizo Flamengo ante el Bayern cuando “se ganó solo”), siendo inteligentes y efectivos, se les puede ganar, no apenas uno o dos partidos, sino también un título…

Honestamente no me sorprende el gran nivel de los equipos brasileños en este Mundial de Clubes. Incluso si hubieran evitado “errores no forzados”, el Flamengo y el Palmeiras podían avanzado al menos una fase más cada uno. Perdieron “por detalles” ante equipos poderosos que no te perdonan una.

Pero hace rato que vengo sosteniendo que el Brasileirão está entre las 5 mejores Ligas del Mundo. Y teniendo en cuenta el nivel competitivo, de ser parejo hacia arriba (tiene 12 clubes grandes de los 20) para mí es el mejor de todos.

Para cerrar, volvemos al fútbol vernáculo, tan caótico, empobrecido y muy mal organizado que no se merece ser campeón del Mundo. Este fin de semana comienza el Clausura, con un formato tan previsible que apenas se invierte la localía del Apertura. Ah, y la Copa Argentina ya tiene definidos a todos sus clasificados para octavos de final, salvo los cruces de Boca y River.

Es una clara y patética señal de que todo lo hacen en forma extemporánea y fuera de contexto. Que casi todo lo hacen mal. Y así les va.

Plan B/ Hugo Bruenner es periodista, Docente y DT Nacional en fútbol

Loading