Solidaridad.

Necesitan abrigo y frazadas: Así se vive el invierno en "El Pozo", el asentamiento más pobre de Posadas

¿Cómo viven en estos días de crudo invierno los más necesitados y postergados en esta sociedad con cifras de pobrezas escandalosas?

Más allá de las estadísticas, más frías que la temperatura ambiente: ¿Quiénes son, cuáles son sus historias, como sobreviven y como podemos ayudar?

En un informe que apunta a poner un granito de arena para visibilizar la crítica situación de los más postergados, y también canalizar algo de ayuda sobre todo para este invierno difícil, Plan B, visitó el barrio “Alberto Fernández”, más conocido como “El Pozo”.

Se trata de un asentamiento ilegal que se formó en junio del 2022, con la progresiva intrusión de unos terrenos por parte de familias muy pobres, indigentes, que no tenían a dónde ir o estaban hacinadas en otras villas y barrios precarios de la ciudad.

Es un drama que se repite y replica en Misiones y en todo el país, y que crece.

Otros tenían alquileres que se tornaron impagables y necesitaban tener su propio lugar, de forma que les quede el dinero que cobran de sus suelditos para sobrevivir. Misiones es la 2° provincia con sueldos más bajos del país, pero los alquileres son cada vez más caros.

En total son casi 140 familias, con muchos niños, y una gran cantidad de madres solteras. La gente sobrevive con changas, otros trabajan de vendedores ambulantes y muchos van al basural a buscar chatarra, hierros, cobre o cualquier cosa para usar o vender. Pero también hay gente que tiene oficios, como albañiles.

“El Pozo” es hoy, muy probablemente, el asentamiento más pobre de la capital. Absolutamente invisible, oculto para la gran mayoría de los posadeños, en el fondo mismo de Posadas, cuando el ejido urbano da paso al monte.

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Está unas 20 cuadras detrás del Autódromo Rosamonte.

Ubicado en el límite con las forestaciones de eucaliptus de la empresa Pomera (irónicamente, este barrio pobre linda con la propiedad del 2° hombre más rico del país, Hugo Sigman), cerca de by -pass Arco Garita.

Con una enorme torre y líneas de alta tensión demasiado cerca, que agregan aún más inseguridad e insalubridad a un asentamiento donde proliferan las enfermedades producto de las pésimas condiciones sanitarias y de la falta de servicios, en especial cloacas y agua corriente. 

Plan B realizó una recorrida estos días de frío para hablar con algunos de sus habitantes, conocer sus historias y preguntarles qué necesitan sobre todo en estos días de bajísimas temperaturas. Cualquiera de nosotros puede dar una mano solidaria, juntando ese abrigo o frazada que ya no usamos, o un colchón que pueda sobrar.

Colchones, frazadas, abrigo

“Colchones y frazadas”, fue la respuesta más repetida, en un barrio donde viven 140 familias y en realidad necesitan de todo.

Las casuchas de madera son miserables, con una sola habitación, donde viven hacinadas familias de 4, 5 o más personas. El piso es de tierra y por supuesto, no hay cloacas ni pozos.

Zanjas con aguas servidas cruzan la barriada y a medida que uno se adentra, las casuchas (por las cuales los vecinos tuvieron que pagar, no se sabe bien a quién) son más y más precarias, algunas construidas con algunas maderas y nylon.

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Miguel, de 67 años, jubilado. Se separó y se fue a vivir con su hija, su marido y los hijos de estos. Le amputaron una pierna y podrían amputarle la otra, está en condicinoes muy malas de higiene y tiene una infección. Tiene una silla de ruedas prestada. Es de Montecarlo.

El “Alberto Fernández”, por ser una toma ilegal y no contar con ningún tipo de papeles, no recibe muchos servicios y asistencia de la Municipalidad que otros barrios y asentamiento si tienes, según contaron los vecinos a este diario.

Otras necesidades que tienen son “cortes de casas” (como se denomina al kit de la vivienda prefabricada, la ONG Techo ya construyó varias y tiene en carpeta otras más), roperos y una silla de rueda para Miguel, un hombre de 67 años al que hace poco le amputaron una pierna por una infección y podrían amputarle la otra.

Historias

“Me separé, dejé todo y me vine a vivir con mi hija, su marido y sus hijos, pero necesito hacerme una pieza al lado, para no seguir molestándolos”, explica.

Solidaridad: Cómo acercar ayuda al barrio

Elida Valdez es una referente del comedor “De todo Corazón” del barrio Néstor Kirchner, pero también colabora y tiene familia y tuvo merendero en el barrio. 

“Pido asistencia y ayuda, abrigo, calzado, colchones, frazadas, alimentos no perecederos o lo que puedan, todo es bienvenido”, dice Elida. 

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Elida Valdez, referente del Barrio Néstor Kirchner, cercano a 10 cuadras, y con mucha más infraestructura y mejores viviendas. Maneja el comedor “De todo corazón” y también tuvo un merendero en El Pozo, parte de su familia vive allí. “La gente está hacinada en habitaciones muy chicas, muchos niños y madres solteras”, explica.

“Tenemos muchas mamás solteras que necesitan de la ayuda y el apoyo de todos nosotros”, dice Elida, cuyo contacto incluimos en esta nota para canalizar la ayuda.

Plan B colabora con el comedor de Elida Valdez hace un par de años y todo aquel que tenga algo para donar puede contactarse al 3764-379764 o al 1154123915 para coordinar el retiro de esos elementos.

Falleció su mamá y quedó al cuidado de sus dos hermanitos

Rocía tiene 24 años y una sonrisa natural, que se ensombrece cuando recuerda a su mamá, quien falleció hace apenas tres meses, dejándola sola al cuidado de sus dos hermanitos de 5 y 14 años.

En la puerta de su casilla hay un cartel que reza: “Se vende cigarrillo $900, 2×1.500”. Hace lo que puede para conseguir los pesos necesarios para comprar comida.

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Rocío, de 24 años, vivía con su mamá que falleció hace 3 meses, ahora cuida de sus hermanitos de 14 y 5 años.

“Es un barrio que todavía no tiene papeles legales, es una toma, es un barrio con muchas necesidades, vivo con mis dos hermanos, el más chico tiene 5 años y la nena 14. En mi caso vivo del comedor y algunas changas, el día a día”, explica.

“Mi papá es un hombre que tiene un problema de salud, es diabético y no nos puede ayudar”, señala. Su casilla tiene dos metros por 2,5 metros x 2 metros, ahora duermen los tres en una cucheta.

“Lo que más se necesitan son frazadas, colchones, abrigos, hay muchas criaturas”, explica. “Un abrigo hoy en día cuesta y la plata no alcanza”, afirma.

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Violencia en el hogar y separación

Johana tiene cuatro hijos, vivía mucho mejor en el barrio Néstor Kirchner en una casa prefabricada. Pero su marido es drogadicto y la maltrataba, al separarse se llevó a los chicos y se quedó sin nada. Logró comprar la casilla que ocupa en el barrio Alberto Fernández.

“Dejé todas mis cosas, cocina, garrafa, heladera, cama, ropero, el es drogadicto y vendió mis cosas, y me quedé sin nada, me prestaron una cama, me prestaron una cocina, pero me quedé sin ropero, no tengo nada para poner mi ropa, o una cocina, será de gran ayuda, me rebusco yo sola, traigo al menos para la cena o el almuerzo traigo”, explica.

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Johanna, se separó de su marido, adicto, y se llevó a sus tres chicos a la casilla que ocupa en el barrio, necesita de todo. “Me prestaron cocina, cama”, relató.

Reina

Reina tiene 53 años, tiene 12 hijos, pero vive con seis de ellos, una de las niñas tiene epilepsia.

“Estamos con mi marido y mis dos hijos, están trabajando, son ayudantes de albañil”, explica.

“Nos salió la prefabricada, pero igual somos muchos, no entramos, quiero hacer una pieza aparte para mis hijas que son nenas, lo que más necesito es un corte de casa”, explica.

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Reina, vive con seis de sus 12 hijos, su marido y dos de sus hijos son albañiles. Le van a dar una casa de madera de Techo, pero necesita más espacio para sus dos hijas adolescentes, una de las cuales es discapacitada.

A Reina la eligieron para hacer una prefabricada (Techo) pero necesita más espacio.

Otros testimonios

Alejandro Lovera 35 años changarín

“Estos días tuve que recurrir al fuego un brasero, encendidos con leña carbón porqué se siente mucho el frío dentro de la casa, hace 4 años que vivo acá, de a poco voy haciendo mejoras”, explica.

Teresa Venencio

“El frío es muy intenso se siente mucho, usamos un brasero para calentar la casa, pero se complica porque lo encendemos con leñas y por la humedad cuesta encender, entonces usamos carbón además también lo utilizamos para cocinar. Vivo con mi esposo que es changarín y mi hija”.

¿Qué necesita? Ropa, sobre todo para chicos.

Ramón González 50 años discapacitado, recibe una pensión, que obviamente no es suficiente.

“Se complica mucho por la humedad, hay días en que no se puede ni caminar por el barro que se forma. No nos queda otra que usar todos los abrigos a mano, para tratar de paliar el frío”, explica. ¿Qué es lo que más necesita? Mercadería.

Una mano, que siempre ayuda

Miles de familias y misioneros solidarios ayudan todo el tiempo, la mayoría de las veces en forma silenciosa, a otros barrios como estos, a gente que lo necesita, enfermos, y todo tipo de personas que tienen necesidades.

El espíritu solidario, ahora más que nunca se hace presente, en un momento del año en que la combinación del frío y la pobreza hacen aún más dura la vida en asentamientos como el “Alberto Fernández”.

Plan B/ 6-7-2025 / Con informes de Joselo Prado y Martín Boerr

 

Plan B/ 6-7-2025

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