Karina Portillo es misionera, nacida en nacida en Eldorado y criada en San Pedro, vivió un verdadero sueño al convertirse en una de las integrantes del grupo expedicionario de la segunda temporada de “El Eternauta”.
La serie protagonizada por Ricardo Darín, basada en la historieta de Germán Oesterheld, no para de batir récords de audiencia en Netflix a nivel mundial.
Como muchos jóvenes del interior, migró a Buenos Aires siendo adolescente. Allí terminó la primaria y secundaria, estudió algo de teatro y comedia musical, aunque las exigencias económicas la alejaron por un tiempo de ese camino. “Mi primer oficio fue la peluquería, y lo sigue siendo. Soy colorista, hago tintura. Con mucho esfuerzo monté mi propio local. Pensé que lo tenía todo, pero sentía un vacío. Me dije: ‘Esto no me hace feliz’”.
Y fue entonces cuando una oportunidad inesperada, publicada en una agencia, encendió la chispa. Buscaban mujeres con perfil militar. Karina, que había prestado servicio durante tres años en una de las fuerzas de seguridad, se postuló. “Mandé mis fotos un domingo y el miércoles me llamaron. No tenía idea de qué se trataba. Cuando llegué me dijeron que era ‘El Eternauta’. Imaginate mi emoción”, dijó.
Del fondo del set al frente de la resistencia
Lo que empezó como una simple participación de dos escenas, creció exponencialmente. “Eran dos escenas con máscara, de los militares en los camiones. Yo ya estaba feliz, no necesitaba más. Estaba cerca de Darín, era una locura”. Pero pronto le comunicaron que había sido elegida para formar parte del grupo expedicionario, el núcleo de resistencia que recorre la historia. “Pasé de tener dos escenas a tener 15 fechas más. En una de esas filmaciones, en la estación de Boulogne, cuando me entregaron el uniforme sin guantes, entendí que yo era la líder del grupo. Me emocioné tanto… ¡era la líder militar del elenco! Darín corría detrás mío. Literal. ¡Corre atrás de la misionera!”, cuenta entre risas.
La producción le permitió compartir escenas con figuras como Ariel Staltari, Oriana Cárdenas (Inga) y el propio Ricardo Darín. “Fue una experiencia impresionante. Conocerlo, escucharlo, intercambiar palabras, consejos… Aprendí muchísimo”.
En una charla con Plan B, Karina, con una frescura desbordante, relató en detalle cómo fue su camino desde los cerros misioneros hasta formar parte de una producción de talla internacional. Su historia, que bien podría ser el guion de una película, deja una enseñanza sobre la importancia de sostener los sueños, incluso cuando las circunstancias parecen jugar en contra.
“Yo quería ser Xuxa”
Con una sonrisa en la voz y una sinceridad encantadora, Karina contó su historia: “Yo soy nacida en Eldorado, pero me crié en San Pedro. Desde chica siempre me preguntaban qué quería ser y yo decía: ‘¡Quiero ser Xuxa!’, no una Paquita, Xuxa. Siempre estuve orientada al arte, al baile, a la actuación. Pero claro, la vida adulta y las responsabilidades fueron tirando para otro lado”, expresó.

Cómo fue el rodaje
“Viajaba cuatro horas en transporte para llegar a los sets. En la escena de la navegación, por ejemplo, filmamos arriba de un viejo gasoducto sobre la General Paz, con arnés, con el viento en contra. Todo era real. Fue una aventura constante. Todavía no dimensiono lo que viví”, relata.
Karina conserva más de 280 fotos y videos del rodaje. Tiene un “álbum Eternauta” con recuerdos de cada locación, cada escena, cada jornada de filmación. “Es épico. Yo, nacida en Misiones, criada por mamá y mi abuela, no puedo creerlo todavía”.
La actriz misionera no oculta su emoción al hablar del camino recorrido. “Hace unos años comía reviro con mate cocido, y ahora estoy en el catering con Darín”, dice. Su historia es también una oda al esfuerzo y a la convicción.
“Durante años hice todo para acercarme al arte. Pagaba con lo que ganaba en la peluquería seminarios de actuación, talleres de casting. Porque hay que accionar. No alcanza con soñar. Si te hace feliz actuar, pintar, escribir, hacelo. No importa si no lo ve nadie. Uno no debe esperar a ser famoso para sentirse realizado”.
La frase que repite como un mantra es: “Yo actué acá. Yo viví esto. Eso no me lo quita nadie”.

Karina lleva Misiones en la voz y en el alma. “Se me nota que soy misionera”, reconoce. Su familia aún vive en San Pedro y cada tanto viaja a verlos. Es la mayor de seis hermanos y recuerda con ternura las advertencias de su mamá, que al principio la alentaba a seguir caminos más “seguros”.
“Cuando vio la serie, no paraba de llorar. Me dijo: ‘Qué orgullo, hija, nunca te rendiste. Fuiste fuerte, incluso cuando no te apoyábamos del todo’. Eso me emocionó mucho. A veces uno no encuentra la compañía en la familia, pero en el camino aparece gente que es puente, que te acompaña. Como Inga en la serie. La vida es así”.
“Este proyecto marca un antes y un después en la industria audiovisual argentina”
La actriz misionera reflexionó sobre los desafíos del oficio actoral, sus próximos proyectos y el camino que debieron recorrer talentos del interior como ella para alcanzar sus sueños.
Sobre la segunda temporada de El Eternauta, Portillo aclaró que aún está en rodaje y que, aunque no puede confirmar detalles, se especula que incluirá escenas clave del cómic original, como la emblemática batalla en el estadio Monumental de River. “Es una de las más esperadas por los fanáticos. Filmar algo así requiere muchos recursos, desde actores y extras hasta un despliegue técnico enorme. No es sencillo trasladar esa magnitud a la pantalla, pero sé que están trabajando para lograrlo”, expresó.
En cuanto a los tiempos de producción, comentó que la primera temporada demandó entre ocho y diez meses de rodaje, lo que podría repetirse o incluso extenderse en esta nueva entrega debido a la complejidad de los efectos visuales y el alto nivel de detalle requerido. “No es una producción convencional. Al tratarse de ciencia ficción, se necesita mucho trabajo en postproducción, y eso implica que los tiempos sean distintos. Pero también es lo que hace que este proyecto marque un antes y un después en el cine argentino”, aseguró.

Uno de los momentos más emotivos de la entrevista llegó al recordar una anécdota con Ricardo Darín, protagonista de la serie. “Tuve la oportunidad de compartir una escena con él, donde teníamos que correr y luego entrar a un hangar. En un momento me marcan desde producción que debía desviarme hacia la izquierda para no interferir con la cámara, así que se lo comunico directamente a Darín, casi sin pensar en quién era. Le expliqué la marcación como si fuese un compañero de toda la vida, y él, con total humildad, aceptó todo con naturalidad. Incluso bromeó diciendo: ‘Tranquilos, que nuestra líder ya nos comunicó todo’. Más tarde, me tocó el hombro y me preguntó el nombre de mi personaje. Cuando le dije que era Alma, se rió y me dijo: ‘¿Sabés que creo que vamos a tener una historia de amor en la serie? La historia se trata de nosotros’. Fue un chiste simpático, pero también una muestra de su calidez y profesionalismo”, relató entre risas.
Portillo destacó que Darín no solo fue amable en el set, sino también muy atento con el equipo técnico y los extras. “En otra escena filmada en Campo de Mayo, estábamos todos acostados en camas, simulando un refugio. Cuando cortaron, él pasó por mi lado y se preocupó por cómo estábamos: si teníamos mantas suficientes, si hacía frío. Es alguien que cuida a todos los que están alrededor. Fue un lujo trabajar con él y aprender simplemente observándolo”, valoró.
Más allá de las grandes figuras, Karina resaltó la importancia de aprovechar cada oportunidad, por pequeña que sea. “Hay gente que menosprecia el rol de extra, pero yo lo valoro muchísimo. En otra producción, ‘Envidiosa’, pude ver cómo trabajaba Griselda Siciliani desde muy cerca: cómo pasa letra, cómo actúa, cómo usa el cuerpo. Son cosas que no se aprenden desde la pantalla de casa, sino estando ahí. Incluso como extra, te pagan, y lo más valioso es todo lo que te llevás de experiencia”, sostuvo.
La eldoradense también hizo una fuerte reflexión sobre el esfuerzo que implicó su recorrido. “Yo estuve en Buenos Aires un tiempo sin hacer nada vinculado a la actuación. Jugaba a ser peluquera, por decirlo de alguna forma. Hasta que un día me desperté y me dije: ‘¿Qué estoy haciendo? Estoy acá, ya superé la barrera de la distancia, que es lo más difícil para muchos del interior. Ahora tengo que empezar de verdad’. Esa conciencia fue un punto de inflexión”, reveló.
En ese proceso, encontró inspiración en artistas que también vinieron del interior, como el trapero santiagueño Rusherking. “Empaticé mucho con su historia. Él juntó plata y vendió cosas para pagarse el pasaje a Buenos Aires. Eso me hizo pensar: ‘Yo ya estoy acá, ¿qué estoy esperando?’ A veces tenemos muchas ventajas y no nos damos cuenta. Es cuestión de despertarse y empezar a moverse”, aseguró.
Consultada sobre el impacto que El Eternauta puede tener para abrir puertas a más talentos del interior, Karina fue enfática: “Ojalá este mensaje llegue a quienes están en Misiones, en Formosa, en Chaco, soñando con un futuro en lo artístico. No importa si hoy sienten que están delirando. Lo importante es levantarse y empezar. Hacemos sacrificios todos los días por los sueños de otros, ¿por qué no hacerlo por los nuestros?”, resaltó.
En cuanto a sus próximos proyectos, adelantó que está escribiendo un libro desde hace más de un año. “Tiene mucho de todo esto que viví. Es una especie de novela con tintes de autoayuda, pensada para inspirar a otras personas. Se titula ‘Vamos a spoilearlo a tres inviernos’, porque imaginate que alguien te dijera: ‘Estás a tres inviernos de cumplir tu sueño’. Ya sabés que solo tenés que atravesarlos. Ese fue mi proceso”, explicó. El objetivo es que el libro pueda, más adelante, transformarse en una novela audiovisual.
También expresó su deseo de que Misiones pueda convertirse en un polo de rodajes. “Tenemos una geografía hermosa. Ojalá podamos atraer más producciones a la provincia. Me encantaría formar parte de proyectos que incluyan actuación, dirección, producción… todo lo que implique seguir creciendo y creando desde el arte”, afirmó.

Finalmente, sobre si la serie respeta la esencia del cómic original, Karina sostuvo que se trata de una muy buena adaptación. “Se aprovechó al máximo lo que se tenía a mano, respetando el espíritu de la obra. Lo que lograron a nivel escenográfico y visual es impactante. Verlo en pantalla es comparable con grandes producciones internacionales. Esto abre un nuevo universo para nuestra industria”, concluyó.
Plan B / 16-5-2025