Opinión.

Análisis de Paraguay: El país “Branded Content” del presidente Santiago Peña

Por Marcelo Berenstein

Una de las vedettes publicitarias de los medios es el contenido brandeado.

Aquel por el que uno paga para decir que es lindo, alto, rubio, de ojos celestes, líder en su sector e innovador, aunque sea poco agraciado, bajo, morocho, de ojos marrones, uno más del montón y un repetidor serial de errores clásicos. Simple: se paga, se dice lo que conviene y el que quiera creer, que crea.

Santiago Peña es el presidente de un país branded content. Lleva cerca de 40 viajes al exterior para contar las maravillas del gigante que despierta; en su cuenta de X comparte un récord de reuniones de negocios ante “inversores interesados en el país”. Pero en estos 18 meses, ninguna inversión grande vino atraída por los cantos de sirena.

Suena raro que a un presidente obstinado en convertir al Paraguay en un hub tecnológico, se le escape que la tecnología permite a los inversores ir más allá de que le escuchan decir e investigan para conocer la basura escondida debajo de la alfombra.

Ser primeros en clima de negocios, haber llegado al grado de inversión y ser elogiados por los organismos multilaterales, no es suficiente. El triple 10 tributario, la ley de maquila, la ley 60/90, la inflación controlada y la macroeconomía ordenada, ayudan, pero tampoco son suficientes.

Los inversores miran estos datos, por supuesto, pero analizan también que somos la segunda nación más corrupta de la región o que estamos en el cuarto lugar a nivel mundial del crimen organizado y que no se percibe voluntad política de ponerse los pantalones largos y hacer los deberes.

Yo tenía una casa vieja que estuvo cerrada un largo tiempo y para venderla tuve que invertir mucho en arreglarla y limpiarla. Si la estrategia de Peña es seguir vendiendo al país como contenido brandeado, le recomendaría primero hacer una limpieza entre tanta mugre.

*Socio de NextMedia / [email protected]

Plan B/ 7-2-2025

 

 

 

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