Hay dudas.

Yerbateros de Andresito convocan a todo Misiones a un paro total de cosecha el 1°/12 en la 1° medida de fuerza contra la desregulación

Un grupo de productores yerbateros de Andresito resolvió el lunes ir al paro a partir del 1° de diciembre y no cortar ni entregar hoja verde a los secaderos e industrias, en reclamo de un “precio digno” y que se restituyan las fuciones reguladores del INYM.

El 11 días más comenzará la cosecha de verano o zafriña -que se extiende por diciembre, enero, febrero y marzo- y el plan consiste en buscar consenso en los productores a lo largo y ancho de la provincia para que nadie entregue hoja verde, achicar la oferta de materia prima y presionar a la industria para que pague mejores precios.

Pero también, fundamentalmente, lo que se busca es una muestra de unión entre miles de pequeños productores, los que les permita empezar a tener fuerza en el reclamo de mejores precios ante los industriales, sobre todo de cara al comienzo de la cosecha gruesa pautada para el 1° de abril de 2025.

Entre los productores que se reunieron ayer en el Salón donde se celebra la Fiesta del Agricultor en Andresito, estuvieron presentes los hermanos Julio y Jonás Petterson, Victor Chamula y Cacho Seniuk. Aunque Chamula no puso la firma en un acta que fue divulgada por grupos de whatsapp y que busca seguir sumando firmas.

“Vamos a ir por toda la provincia convocando al paro y pidiéndole a otros productores que se sumen, que no corten, es un suicidio para un chico con 4 o 5 hectáreas vender a este precio (se paga 190 pesos), con cheques a 60 días y que luego en el año se queden sin yerba para vender”, dijo a Plan B, Jonás Petterson.

El gran problema de una medida como la que propusieron los productores reunidos ayer en Andresito es la dificultad para que se cumpla en los hechos.

El INYM y el Gobierno de Misiones afirman que hay 12.500 productores, otros dicen que si a esos se restan los “rentistas” es decir, profesionales, empresarios u otras personas que tienen yerbales como reserva de valor pero no viven por y para la chacra, entonces el número se achica drásticamente.

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Aún cuando sean la mitad, unos 6.000 colonos los que viven en las chacras y tienen yerbales, lograr que todos se pongan de acuerdo y no entreguen materia prima es muy dificil. No existe una entidad gremial fuerte y representativa entre los productores, ni tampoco mecanismos para alentar a todos a cumplir a rajatabla con el pacto de “no cortar”.

Durante este año en los grupos de whatsapp y asambleas se proclamó una y otra vez el “no cortar” y la realidad indica que fue el año de mayor cosecha de hoja verde de la historia, con casi 1.000 millones de kilos a los cuales se podría llegar si la zafriña termina replicando el fuerte incremento de la cosecha gruesa.

Algunos expertos en producción, consultados por Plan B, afirman que de los 1.000 kilos de hoja verde que se producen este año en Misiones, unos 300 millones corresponden a productores muy pequeños, que tiene costos bajos de producción y a los que les cierra entregar la materia prima prácticamente a cualquier precio.

“Esperemos que no tengamos que pelear pobres contra pobres”, dice Jonás Petterson, ante la expectativa de que algunos productores no cumplan con la promesa de “no cortar”.

Será vital para los hermanos Petterson empezar a reunir apoyos públicos y hacer una fuerte campaña en todo el territorio. El director “a cargo” del INYM, Nelson Dalcomo, salió a apoyar la medida.

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“La mayoría está de acuerdo con esto. Es, a futuro, para el bien de todos. Vender menos y cobrar más. El problema está en los precios que se vinieron para abajo”, dijo Dalcomo a la prensa. La figura de Dalcomo como “director a cargo” no tiene hoy el reconocimiento de los directores por la producción ni por la provincia de Corrientes en el INYM.

Por su parte, Cristian Klingbeil, ya adelantó que no cosechará este verano, pero expresó sus dudas respecto a que se pueda lograr. “La historia se repitió siempre, hay gente que necesita la plata para pagar el sueldo a la gente, aún cuando no sepa cuánto le van a pagar”, explicó el productor de Guaraní.

“No es fácil aguantar, simplemente con que un secadero abra, alguno empiece a cortar y el precio empiece a bajar, está complicadísimo”, explicó Klingbeil.

 

 

 

 

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