Propuesta de R. Karabén.

Yerba: La solución para equilibrar oferta-demanda y mejorar precio sin pedirle nada al Estado: “Sacar palo”

Ayer culminó la cosecha gruesa de yerba mate, una de las peores de los últimos años para los pequeños productores y la primera sin regulación de precios en 22 años.

Y mientras los productores yerbateros siguen sin ponerse de acuerdo para encontrar una solución o una iniciativa que apunte a mejorar los precios de la materia prima (INYM si o no, INYM provincial, tractorazo en Casa Rosada, piquete en las rutas, juramentos de no cortar más hoja verde que luego nadie cumple), un productor e industrial propone un plan B.

Una idea alternativa que tiene como valor agregado que no depende de ninguna voluntad política ni de ningún despacho provincial o nacional, y que puede encajarse a la perfección en estos nuevos tiempos anti-regulación que baja el Gobierno Nacional.

Raúl Karabén, presidente de la Cooperativa de Productores de Santo Pipó (Piporé), productor yerbatero y experto en números por ser un reconocido contador, propone modificar el límite máximo de palo que se permite en la yerba mate.

Actualmente el límite máximo de palo en la yerba mate es de 35 por ciento y Karabén propone reducir ese margen a un máximo de 25% del contenido del paquete del producto.

¿Qué impacto tendría esto? Ese 10 por ciento se transformaría automáticamente en materia prima que demandaría la industria, achicando los stocks yerbateros y apuntalando hacia arriba el precio de la hoja verde.

Típicamente, el precio de la hoja verde tiene una correlación con los stocks de yerba canchada que tienen las industrias. Cuando los stocks bajan, la necesidad de reponer la materia prima y meterla en el “embudo” productivo yerbatero (para que entre 12 y 18 meses después termine en la góndola) aumenta y las industrias salen a pagar más.

“Hoy tenés cerca de 300 millones de kilos de yerba mate (volumen anual del mercado interno), con 35% de palo, sacale el 10% más el hecho de que las yerbas compuestas no deberán superar tampoco ese porcentaje (un 2% más) y ahí le sacaste por lo menos 32 millones de kilos al stock (de yerba canchada)”, razonó, sobre el impacto en el mercado yerbatero de semejante medida.

“Nuevamente estaríamos en niveles razonables de que falte algo de yerba, no de que sobre”, señaló el titular de Piporé.

“El porcentaje de palo es una variable muy buena para nivelar la oferta y demanda, el palo es descarte, lo que tiene las propiedades para el mate, es la hoja, no el palo”, explicó Karabén.

“Siempre debiera usarse esa variable para nivelar la oferta y demanda”, indicó.

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Así son las ramas de la planta de yerba mate que ingresan a un secadero o industria. El diámetro máximo no debe exceder los 7 milímetros, similar al grueso de una birome. Sin embargo, ese grosor también ha sido variable de ajuste para arriba o para abajo según las épocas de abundancia o escasez de materia prima.

La yerba mate, según el Código Alimentario Argentino, se compone de hoja y palitos de la planta Ilex Paraguariensis (el nombre científico de la popular bebida). El Código Alimentario establece que un paquete de yerba no puede tener más de 35% de palo y el 65% restante debe ser hoja, con algo de polvo. Además el palo debe respetar un tamaño máximo.

Una vez que pasa el primer secado la yerba pasa por una zaranda que tiene unos tajos de 5 milímetros por 70 milímetros (o 0,5 centímetros por 7 centímetros): todo lo que no pasa por ese filtro es considerado material de descarte, explicó a Plan B un industrial. “El que cae del otro lado, va con la yerba”, agregó.

 

 

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