Vicente Klimiuk.

El misionero que encontró intacta en Polonia la casita de donde partió su padre hace 106 años

Vicente Klimiuk es un reconocido empresario y vecino de Campo Grande y junto a su familia acaba de realizar un emotivo viaje a Polonia, de vuelta a sus raíces, que son parecidas a las de muchos misioneros que forjaron la tierra colorada con esfuerzo, trabajo y amor.

Vicente pudo volver a a Przegalinv, el pueblo de donde huyó su padre hace 106 años, cuando en 1918 (Primera Guerra Mundial) escapó de la guerra para subir a un barco, primero con destino al Sur de Brasil y luego a Misiones.

Un viaje que lo cambiaría todo, ya que Félix se afincó en Olegario Andrade, al principio y formó familia y tuvo 9 hijos. Al enviduar, volvió a casarse y tuvo otros 15 hijos con su esposa.

“Los que conforme iban creciendo, ayudaban a las tareas del hogar, para luego marcharse con providencias, tierras y elementos de cocina que su madre preparaba con mucho cariño. Sin embargo, lo más importante, es que cada hijo o hija, se llevaba una fuente de valores y de amor en abundancia, con dotes de fe, mucha fe y culto católico”, comentó a Plan B, Renzo “Yoni” Klimiuk, que acompañó a su padre Vicente a este viaje de regreso a sus raíces.

“Félix Klimiuk escapaba de la guerra, lo habían obligado a formar parte del ejército junto a sus hermanos. El afán de salir de Polonia era inminente. Félix inquieto y perspicaz, hablo con un amigo, este le salvaría la vida. Casi meticulosamente, planearon su escape”, relató.

“Félix junta algunas de sus pertenencias, abraza a su familia, se despide de sus hermanos y en especial de su hermano Esteban. Lleva consigo algo de comida, semillas y pocas providencias que le habia dado su madre y que administraría durante esos tres meses de viaje. Hecha un vistazo a su hogar y camina hasta el caballo que en la noche anterior ensillo cuidadosamente, en la esperanza de una vida mejor”, reconstruyó.

Al llegar al puerto, hace la fila, y presenta su pasaporte, el que sutilmente tiempo atrás, había sido modificado, engañando los registros de la época. “Ingresé al barco sin saber lo que me esperaba”, fueron siempre las palabras del abuelo.

Félix era un hombre de carácter fuerte, y convicciones claras, pero con un profundo rasgo de soledad, característica que se afianzó mucho más en aquél viaje de tres largos meses. En las conversaciones pocas, pero profundas, de Félix hacia su hijo Vicente, el decía: “En ese viaje tuve la oportunidad de conocer a una familia, me dio alimento y cuido de mí”.

Cuando llego el barco a Brasil, comenzó una nueva historia en la vida de Félix, que duró algún tiempo hasta que decidió cruzar la frontera y radicarse en Olegario Andrade, en Misiones. Siguiendo una corriente inmigratoria muy utilizada por otros inmigrantes de Europa, que primero ingresaron al vecino país para luego afincarse definitivamente en Misiones.

“En Olegario Andrade, habían muchos polacos, la mayoría había llegado ahí escapando de la guerra, buscando la tierra fértil”, dijo su nieto.

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Vicente con su hijo Yonathan y sus nietos.

Félix, en memoria de su padre, madre y hermanos, comienza a trabajar la tierra y casi intentando replicar las escenas de abundancia que había dejado en su tierra, Polonia, se dedica a sembrarla y plantar manzanas, miel, ciruelas, duraznos, algodón, tabaco y verduras por doquier, así como la cría de gallinas y de cerdos.

La vida en la colonia es difícil, pero ayudaba mucho, contar con vecinos polacos, que al compartir momentos, entonaran el himno polaco, o las canciones más típicas que aquel entonces, saboreando piroguis y pan dulces con miel.

Así Félix junto a su primera esposa con la que tuvo 9 hijos, quién más tarde falleció. Luego conoció Ana Karabin, que se convirtió en su segunda esposa, con quien tuvo 15 hijos.

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Vicente Klimiuk en Przegaliny Dune.

“Mi papá nos llevaba todos los domingos a la iglesia, sin falta. Y de ahí veníamos a la casa y cocinábamos un banquete de mucha comida, esperando a la visita del domingo”, recordó Vicente Klimiuk, en tantos almuerzos y cenas familiares.

Después de tanto tiempo, era necesario volver al origen. Fue así que su hijo, Yonathan lo invitó a Vicente a viajar a Polonia y visitar Pregaliny Duze, la tierra de su padre.

Hechas las maletas, y andando, llegaron a la colonia y con la ayuda de los vecinos lugareños, el párroco de la iglesia (la iglesia llevaba todos los registros nacimiento y fallecidos, aún están los registros de esa época) así pudieron encontrar la casa intacta donde vivia Félix y su familia.

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Félix junto a su esposa.

Vicente camino por las tierras, rememoró los recuerdos de tantas anécdotas pronunciadas por su padre y elevando una oración al cielo, con la mirada algo borrosa, pudo decir: sueño cumplido.

Plan B/ Fotos: Flia Klimiuk

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