Perfil de F. Sturzenegger.

Quién es el “nerd” que juega con muñequitos y se cargó al INYM sin pisar Misiones

El director del diario Perfil, Jorge Fontevecchia, publicó ayer en la contratapa de su diario un perfil de Federico Sturzenegger, el autor del DNU 70/2023 que desreguló amplios sectores de la economía argentina, incluyendo la disolución del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).

Fontevecchia cuenta en su columna, titulada “Mi amigo Federico”, que conoció a Sturzenegger en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) cuando ambos fueron a exponer a pedido de los estudiantes latinoamericanos, sobre la Argentina del primer kirchnerismo.

A Sturzenegger lo habían invitado a esa, que es una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos y el mundo, porque se había recibido allí y también daba clases en la casa de estudios rival y de la vereda de enfrente: Harvard. (Harvard tiene 161 premios nobel y el MIT 76, apunta Fontevecchia).

Para el dueño de la editorial Perfil (Revista Noticias, Caras, diario Perfil), Sturzenegger terminó siendo su amigo y una inspiración, que lo motivó a algunas decisiones importantes.

A la hora de describirlo, Sturzenegger es para Fontevecchia “un aparato” y un iconoclasta (es decir, un rupturista, que niega y rechaza la autoridad de modelos o normas).

“Viene de un hogar de clase que estudió en colegios y universidades públicos, en la gloriosa Universidad de La Plata donde su padre -Adolfo- también economista, fue allí profesor, y que gracias a sus altas calificaciones consiguió una beca para doctorarse en el Massachusetts Institute of Technology”, cuenta el director de Perfil.

Y relata, como un ejemplo de su personalidad, que Sturzenegger llevó a su oficina del Banco Central (que dirigió durante la primera etapa del mandato de Mauricio Macri) “su colección de juguetes de la Guerra de las Galaxias para sentirse acompañado, como hace un niño para dormir con su juguete preferido o cualquier otro objeto caracterizado de afecto, diría Freud”.

Sturzenegger es una figura pública medianamente conocida en todo el país desde que fue presidente del Banco Central en el primer período de Mauricio Macri. Fracasó con su “inflation targeting”, una gestión cargada de mucha teoría, pero que no se cumplió en la práctica. Se fue convencido de que estaba en el camino correcto.

Pero para completar la pintura sobre Sturzenegger, Fontevecchia utiliza dos anécdotas donde explica que por más prestigiosa que sea la casa de estudios donde se hayan formado personajes como el autor del DNU desregulador, no garantizan para nada que esa formación lo convierta en un lúcido transformador de la realidad argentina.

Para Fontevecchia, claramente, lo que se aprende en esos lugares, por más premios nobeles que acumulen, no se aplica a la Argentina.

Una de esos ejemplos fue citando al desaparecido Jorge Brito, quien ante la pregunta de Fontevecchia de por qué no había enviado a estudiar al exterior a sus hijos, respondió: “Porque lo que allí se enseña, no sirve para Argentina”.

“Estos recuerdos vienen a cuento de cuánto de las ideas de Federico Sturzenegger sean aplicables en la Argentina actual y cuán útiles puedan ser”, dice Fontevecchia, para cerrar su análisis.

Por último, cuenta el origen del DNU. En rigor, nació siendo un mero ejercicio intelectual al cual Sturzenegger le dedicaba varias horas todos los sábados. Su meta era escribir un libro contando todas las trabas que tiene la economía Argentina.

“El libro que Federico iba a escribir con su pila de 300 leyes a hacer o derogar se llamaba Manifiesto anti establishment”, relata.

Al final, terminó siendo un DNU de 366 artículos y 83 páginas que entró en vigencia el viernes pasado, cuya confirmación se aguarda en vilo en las sesiones extraordinarias del Congreso.

Y que se cargó al INYM, entre otras tantas instituciones y/o mecanismos regulatorios, sin que ni siquiera su autor haya pisado ni una sola vez la provincia de Misiones para ver qué piensan o cómo funciona la economía yerbatera.

Plan B/ 1°-1-2024

 

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