Por César Cucchiaroni
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Cristian Vargas, el acusado por el femicidio agravado de Antonella Bernhardt, volvió a declarar ante el Tribunal Penal Uno y, una vez más, trató de convencer a los jueces de que la puñalada que acabó con la vida de la joven fue accidental, producto de un forcejeo entre ambos.
El acusado usó una birome para representar el puñal y un escritorio para representar la cama, al costado de la cual, ese día Antonella quedó tendida en un charco de sangre.
Observado atentamente por los jueces Viviana Cukla (presidente), Angel Dejesús Cardozo y Gustavo Bernie, Vargas abundó en gestos y repitió lo mejor que pudo la versión que había dado el lunes, durante la primera jornada del juicio que se realiza en el Sum del Palacio de Justicia.
En general, mantuvo su relato, aunque con algunos detalles que llamaron la atención. Por ejemplo, a principios de semana había dicho que Antonella echó el cuchillo en la cama como consecuencia de haberse caído, por los golpes que él le propinó.
“Cuando empezamos a discutir, le levanté la mano. Le di dos tapes. Ahí ella cae sobre la cama. Cuando se levanta , ya no tenía el cuchillo, el cual quedó en la cama”, había dicho.
Este viernes, ese tramo lo recordó de manera distinta: “Ella entra a la habitación, deja el cuchillo en la cama y me avanza. Me pide que le devuelva el teléfono, que era su teléfono , que yo no tenía derecho de tocar ni de romper. Cuando viene hacia mí, yo le doy un tape”, dijo.
El resto de su declaración fue similar, aunque algunas cosas no se condicen con la escena. Por ejemplo, cuenta que la víctima cayó dos veces al costado de la cama, la primera vez porque él la tomó del cuello y la empujó. La segunda, cuando ya le había clavado el puñal.
Puntualizó que, en su primera caída, Antonella tumbó y rompió el velador. Es decir, Cuando cayó por segunda vez, el velador ya estaba en el piso. Sin embargo, en una de las fotos del expediente (a la que accedió PlanB) se observa que el cable del velador está por encima del cuerpo de la joven, lo contradice la lógica y es un detalle que en criminalística no se deja pasar. No es lo único. Hay un segundo cable de algún otro artefacto que pasa por encima del cadáver.
Por otra parte, Vargas dijo este viernes que él movió la pierna derecha de la chica y la corrió hacia abajo de la cama para poder acercarse a sacarle el cuchillo. Pero la pierna, en realidad, se encontraba metida entre el colchón y la rejilla de la cama, lo que podría indicar que Antonella estuvo luchando por su vida en el suelo, cuando fue apuñalada. Al menos, es una de las incógnitas que la Justicia intenta develar.
A esto se suma que la médica forense, Carolina Lanzos, había dicho el miércoles que el puñal le había ingresado por el lateral frontal izquierdo del cuello y le llegó hasta la parte anterior de las vértebras. Conjeturó que, para alcanzar semejante profundidad, la víctima debió haber tenido la cabeza apoyada contra algo.
Para el lunes a partir de las 8.30 hs están previstos los alegatos del defensor oficial, Mario Ramírez, del fiscal Martín Rau, y de los abogados querellantes que representan a la familia, Mauricio Vergara e Ivanna Lunkvist.
*César Cucchiaroni es periodista y perito criminalista.
Plan B/