Por Martín Boerr
La Segunda Guerra Mundial empezó el 3 de septiembre de 1939 cuando Hitler invadió Polonia.
Inmediatamente Inglaterra y Francia honraron su palabra y dieron un paso al frente para declararle la guerra a Alemania.
Sin embargo, entre ese momento y mayo de 1940 (cuando comenzó la ofensiva que terminó con la entrada triunfal de los nazis en París) no pasó casi nada.
No hubo combates ni escaramuzas entre esas fuerzas, y todo se limitó a movimientos preparatorios para lo que vendría después: la mayor contienda de la historia de la humanidad.
A ese período se lo bautizó como “la Falsa Guerra”. No pasó nada, pero era una falsa calma, porque se estaba cocinando algo grande y después iba a pasar de todo.
En Misiones, a tan solo una semana de unas elecciones presidenciales que concitan una enorme expectativa en la sociedad argentina, no pasa casi nada, tampoco.
Como si hubiera una “falsa campaña”, un clima de calma que antecede a la tormenta.
¿Dónde está Hugo Passalacqua? ¿Dónde está la agenda hiper activa de Oscar Herrera Ahuad? ¿Quién vio a Lucas Romero Spinelli que antes de las elecciones provinciales, salía todo el tiempo en todos lados?
¿Qué pasó con los NEO y con el Silicon Misiones?
Con un dominio muy fuerte de los medios de comunicación, la Renovación -pudiendo inundar el debate público con su discurso y sus propuestas-, prefiere optar por la “falsa campaña”.
Consiste en retirar a las principales figuras de los medios de comunicación y ceder la agenda política al debate nacional.
También en reducir los actos oficiales, las inauguraciones, las concentraciones partidarias a la mínima expresión.
Un parate que también se refleja en las redes sociales, donde hoy, si no se pone mucho dinero para promocionar los contenidos, se pierde también presencia automáticamente.
Marck Zuckerberg (el dueño de Facebook e Instagram) no es estúpido y sabe que los políticos tienen billetera gruesa.
Como en el rugby (mañana juegan Los Pumas contra Gales) cuando un equipo decide no disputar un line, igual pasa con la Renovación misionera, que por decisión propia, optó por no disputar la discusión política.
Las razones
El fenómeno tiene varias explicaciones, pero la principal es que la estrategia de Rovira dio un giro después del 12 de agosto.
O para ser más preciso, después del 13 de agosto, con la devaluación sorpresiva y la suba de precios que castigó muchísimo a las familias de Misiones y el resto del país.
Las principales figuras de la Renovación, con Carlos Rovira y Oscar Herrera Ahuad a la cabeza, se la venían jugando por Sergio Massa abiertamente,
En la misma medida que hicieron todo lo posible para dejar en claro que la apuesta misionerista era con el tigrense, y no con el kirchnerismo, al que también ven de salida.
“Acuérdense lo que les digo, (Massa) será el más votado de las PASO”, “, dijo Rovira el 25 de junio, en la Legislatura. Fueron sus últimas declaraciones públicas antes de la primarias (ese domingo no votó).
Como casi todos en la arena política argentina y los medios de comunicación, Rovira también se sorprendió al menos en parte, con el triunfo del libertario.
Aunque Rovira entendió también el crecimiento del “León” entre la juventud y ya desde hace tiempo sus operadores vienen tejiendo un armado destinado, sobre todo, a evitar que haya figuras reales libertarias disputando el voto “anti casta” al oficialismo misionero.

Sin embargo no es el resultado en las PASO lo que genera un distanciamiento público con Massa, sino lo que sucedió en las horas siguientes.
La decisión de Sergio Massa de devaluar el peso un 20 por ciento y provocar primero un desabastecimiento, y más tarde una fuerte suba de precios, genera que hoy ningún político pueda defender a Massa como la solución, cuando en el cortísimo plazo parece generar más contratiempos.
Porque el 12 de agosto a Massa no le fue tan mal, y la lectura que hizo buena parte de la sociedad coincide con lo que defiende el oficialismo misionero: el ministro agarró un fierro caliente y no es culpable de la inflación o el desorden económico.
Pero Massa también carga en la espalda con errores no forzados, a saber:
La incompetencia para al menos desacelerar un poco la inflación, que al contrario se dispara aún más, el “plan platita” que hasta para el menos avisado se pagará con más pérdida del poder adquisitivo en un futuro muy cercano.
¿Cómo salir a defender con uñas y dientes que este mismo ministro sabe cómo empezar a solucionar los problemas de la Argentina?
Cómo seguir defendiendo a Massa
Por supuesto, el doble juego de que parezca que se apoya a Massa y por otra parte se toma distancia y se abre el paraguas por las dudas, no es privativo de Misiones.
Otros gobernadores y caciques provinciales e intendentes del Conurbano empezaron a abrir el paraguas por las dudas de que Javier Milei sea el próximo Presidente de la Nación.
Incluso en la Renovación hay intendentes que reparten la boleta ya cortada. ¿Quéres votar a Milei? Hacelo, pero en lugar de dejar las demás categorías en blanco, poné la boleta con los candidatos renovadores Javier Vancsik y Carlos Arce a la cabeza.

Massa también tuvo que “kirchnerizarse” más de lo que le gustaría, para contener el voto de los descontentos “K”, que ya al otro día de su oficialización como candidato, salieron a dejar en claro en todo el país que no se bancaban al tigrense.
Casi nadie duda de que si llega al poder, Massa va a distanciarse del kirchnerismo duro y La Cámpora (habrá que ver de qué manera y con qué modales se produce ese divorcio).
A todo esto, se sumó el escándalo de Martin Insaurralde, que también salpica a Unión por la Patria más que a nadie.
El que habló fue Gildo Insfrán y dejó en claro lo que piensa: “No piensen que estoy sentado allá como el estúpido ese que se fue a Marbella”.
Una de las víctimas de esa “falsa campaña” es la Zona Aduanera Especial, que parecía a la vuelta de la esquina pero que ya nadie se molesta en reclamar.
De más está decir que su suerte quedó totalmente atada a si Sergio Massa llega o no a la Casa Rosada.

La visita de Mauricio Macri a Posadas
Pero todo este doble juego, no es privativo de la Renovación.
“En el Conurbano los intendentes cuidan su territorio y reparten la boleta de Javier Milei”, dijo Hilda “Chiche” Duhalde hace unas semanas.
Esto se vio también con mucha claridad el miércoles en la visita del ex presidente Mauricio Macri a Posadas.
Si bien Macri vino a apoyar a Patricia Bullrich, no se esmeró demasiado en criticar a su principal competidor por el voto anti K: Javier Milei.
“Patricia va a entrar en una segunda vuelta con Javier Milei y la sociedad va decidir quién gana”, aseguró Macri.
Plan B le consultó por qué no se la jugaba por un posible triunfo de Bullrich en primera vuelta, un gesto de fé que incluso tienen aquellos candidatos que van de relleno (Bregman o Schiaretti).
“¿Para qué voy a decir algo que no es?”, respondió el ex presidente, tajante. Tampoco quiso echarle la culpa de la suba del dólar a Milei ante la consulta de este periodista.
Eso sí, pudo verificar lo “caliente” que estaban las cotizaciones cuando caminó esos 100 metros por la calle Bolívar, entre Colón y San Lorenzo, en la cuadra con más arbolitos por metro cuadrado del país (incluso superando a Florida).
Apenas llegó en vuelo privado junto a Miguel Pichetto, Macri se fue al shopping de Posadas a saludar vecinos y luego recorrió a pie las tres cuadras hasta el Hotel Julio César donde primero dio una conferencia de prensa, luego encabezó un acto ante más de 500 personas y se quedó a pasar la noche.
La sensación que no se esfuerza en desmentir es que Macri también juega a dos puntas. Si gana Patricia, muy bien. ¿Pero si gana Milei?

El futuro gabinete de Passalacqua
Por último, las elecciones del 22 de octubre serán cruciales para definir también el futuro político de muchas figuras de la Renovación.
¿Cuál será el rol de Oscar Herrera Ahuad en la Renovación NEO? ¿De los ministros importantes (Safrán, Pérez, Sedoff, Alarcón y Sartori), cuál de ellos seguirá?
Ni si quiera ellos mismos lo saben, pero de todos ellos, el que parece más difícil de reemplazar es el Ministro de Hacienda.
Casi inadvertidamente, Safrán se transformó en un súper ministro en la gestión de OHA, con injerencia sobre la ATM (ex DGR), el FET, el Fondo de Crédito y casi todos los organismos que generan o pueden generar recursos.
También es una incógnita el futuro rol de Herrera Ahuad en la Renovación, con un capital político propio sobre el cual Rovira debe decidir.
Ya está claro que el regreso de Passalacqua a la Rosadita, no significará necesariamente la vuelta nombres que lo acompañaron en su primera gestión.
Sin dudas ya hay muchos nominados para irse, que no lo saben pero lo intuyen. Otros llegarán.
Sólo Carlos Rovira sabe a ciencia cierta quién y todavía no lo tiene del todo definido porque mucho depende de lo que suceda el 22/10.
En el mayor hermetismo, el jefe renovador todavía no baja línea ni da pistas. Ni siquiera para lanzar versiones, mover un poco el avispero y poner a prueba lealtades.
¿”Para qué va a designar quién entra y quién sale, antes de las elecciones presidenciales?”, dijo a Plan B un conocedor de la interna renovadora.
El razonamiento es sencillo: si hay que decirle a varios que ya no van a estar, ¿con qué ganas se van a mover de acá al 22 de octubre?
Por eso, a pesar de que en Misiones no se ven muchos carteles, no hay actos y las figuras oficiales no están omnipresentes en los medios de comunicación como sí lo estuvieron hasta antes del 7 de mayo, la apuesta es a la “falsa campaña”.
Como la Segunda Guerra Mundial en sus primeros meses, la campaña está, aunque no se note. Parece que no pasa nada. Pero todo está por suceder y, para algunos, se viene un verdadero tembladeral.
Plan B/ 13-10-2023