Por César Cucchiaroni / @cesar_cucchiaroni_perito
La Justicia condenó hoy jueves a cuatro años de prisión y a diez años de inhabilitación para conducir a Julio Werner Lutz, por atropellar y matar a Fernando Fabián Vázquez en agosto de 2016.
Ese día, Fabián esperaba que el semáforo le de la luz verde para continuar camino hacia su trabajo, pero Lutz cruzó en rojo y se lo llevó por delante con tanta violencia que lo terminó arrojando sesenta y ochos metros más adelante, sobre avenida Moreau de Justo, en proximidades a Changomás.
La condena fue estipulada con los votos de los jueces Gustavo Bernie y Miguel Mattos, mientras que Viviana Kucla votó en disidencia, por una pena de tres años.
Si bien la causa había llegado a juicio con una calificación de homicidio simple y un pedido de condena de entre 8 y 25 años de cárcel, ayer el fiscal Martín Rau, cambió la calificación y bajó esas pretensiones a una condena por homicidio culposo y pidió una pena de cinco años, es decir, la máxima prevista para ese tipo de figura legal (artículo 84 del CP).
Por su parte, la defensa de Werner Lutz encabezada por los abogados penalistas Eduardo Paredes y Pablo Luján pidieron la absolución o, en su defecto la mínima de un año.
Fue Paredes quien estuvo a cargo de la exposición del alegato. El abogado insistió en que su defendido tenía la visión de su ojo izquierdo afectada por un tumor cerebral, cosa que acreditaron con los respectivos certificados médicos. Consideró que, si bien Lutz cometió lo que definió como “un error de tipo probable” (al conducir con la visión periférica reducida), lo justificó explicando que, al momento del hecho, el joven aún no contaba con el diagnóstico médico. “Hay violación de deber de cuidado, pero él no lo sabía. El nunca debió manejar”, insistió varias veces.

Por su parte, el fiscal Rau retomó y remarcó los distintos elementos de prueba que se constituyeron en la etapa probatoria y los que surgieron durante las declaraciones tanto de los testigos, como del perito accidentológico y del médico forense. Para el representante del Ministerio Público Fiscal, estaba probado que Werner Lutz manejó alcoholizado, habiendo consumido estupefacientes, y a alta velocidad. Consideró que fue imprudente, negligente y manejó de manera antirreglamentaria. Las testigos declararon que el automóvil iba 130 km/h y la pericia oficial arrojó 99 km/h, en una zona donde la máxima permitida es de 60.
“Mi corazón no está curado”
Ya al final del la cuarta y última jornada, Werner Lutz volvió a pedir para para hablar. Desde el banquillo de los acusados, giró y miró de frente a los padres de Vázquez, quienes ocupaban la primera fila del sum del Palacio de Justicia. Con la mano en el corazón, les pidió disculpas, algo que ya había hecho en el primer día de audiencia.
Al final de la lectura de la sentencia, Walter Fabián Vázquez, papá del motociclista muerto, habló con la prensa y se mostró resignado. “No nos da ni alegría ni tristeza porque sabíamos que a nuestro hijo no lo íbamos a recuperar. Hay un Dios que ve todo”, dijo, acongojado.
Respecto al pedido de disculpas, dijo que “todavía nuestro corazón está dolorido. Tenía la intención de darle la mano y disculparle pero en este momento mi corazón no está curado”, continuó, con la voz quebrada.
Finalmente, Dijo que no creyó la versión de Lutz. “Yo me puedo tapar un ojo y salir tranquilo. Esas macanas pasan cuando uno toma” alcohol, reflexionó.
La lectura de los argumentos de la sentencia se hará el próximo 30 de octubre a las 11 hs, en las instalaciones del Tribunal Penal 1 de Posadas.
Cesar Cucchiaroni es periodista y perito criminalista