Martes a las 19 en el Yaparí.

Miguel Sedoff presenta su libro de relatos: “Una versión distinta de la felicidad”

El ministro de Educación, Miguel Sedoff, también es un autor que ha publicado varios libros en distintas áreas.

Esta semana presentará en el Museo Yaparí, “Una versión distinta de la felicidad”. Se trata de una recopilación de relatos y cuentos inspirados en vivencias de su juventud y otras etapas de su vida, como la paternidad. Acá reproducimos la crítica de esta obra realizada por Claudia Pagano.

Además de ocupar el cargo de Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Sedoff es abogado y también estudió Periodismo en el Instituto Grafotécnico. Publicó libros de poemas: “Maracas Azules” (1989), “Riesgos del Equilibrista” (1990), “Highway Strings” (2012). También la novela “Todos aquellos días” (1995), con la cual ganó el concurso de Jóvenes Narradores organizado por la Municipalidad de Rosario, ciudad donde vivió. Y el libro de cuentos “Estuve” (2010).

“Una versión distinta de la felicidad”

Tomé el libro, me impactó su título y su arte de tapa. Dije lo debo leer ya. Antes, como acción refleja, leí la contratapa a ver si se correspondía con lo que me estaba imaginando.

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Esto dice: “Las historias que encierra este libro tienen el factor común de la búsqueda de la felicidad. Algunos personajes sufren pequeñas catástrofes silenciosas que los empujan a lo inesperado y ante las cuales sólo les queda el recurso de ser estoicos para continuar. Otros, armados y curtidos en la porfía diaria, mantienen su búsqueda para conseguir las claves que les permitan develar el misterio básico de lo humano, que nos interroga una y otra vez si somos felices.

Sedoff expone, con absoluta madurez discursiva, una mirada aguda sobre la complejidad de lo cotidiano. El suspenso inusitado de las historias, verosímiles y profundas, no necesita de otro recurso que la ambigüedad de las relaciones humanas para conmocionar al lector.

Con la distancia narrativa necesaria como mérito y recurso, cuenta sin juzgar la realidad tal cual es y no la que se desea”.

Más ganas de leer el libro. Lo abro y me encuentro con 16 cuentos cortos y una nouvelle, la que le da el título.

Imagino que deben hablar de alguna manera del amor o al menos de la felicidad, temas humanos, universales y sobre los que todos, escritores o no, tenemos algo para contar o para decir.

Recuerdo que John Cheever escribió alguna vez: “El hombre no es un ser sencillo. La espectral compañía del amor siempre con nosotros.” 

Busco esa espectral compañía y está, por presencia o ausencia, en todos ellos. Porque nunca se tuvo y se lo imagina, porque se perdió y se extraña, porque se está buscando una vez más, porque se profesa como la fe de los paganos o porque al final del día se duda de su existencia.

Comienzo la lectura y, confieso, termino de leerlo reteniendo las lágrimas. Y me pregunto ¿Qué secreto mecanismo ha sabido manipular el escritor para que el lector sienta congoja, extrañamiento, levedad, inquietud, pavor y al final, un poco de alivio?

Y al final, ¿Dónde está la felicidad?

Repaso algunos personajes y podrían ser mis vecinos. Los amigos que iban al Janssen, la chica que se escapa de su vida en Wanda, el chofer del colectivo que va de Aristóbulo a Oberá, el profe que trabaja en la UNAM, el murguero, el turista, y caigo en la cuenta de que el amor, y también la tragedia, están más cerca y a la vista de lo que nos parece.

Se nota que el autor sabe escribir, y que ha abrevado con inteligencia en las joyas de Kafka, Chejov, Borges, Felisberto Hernández, Yates o Carver para conseguir un estilo pulido, de fácil lectura pero profunda reverberación en el tono de lo que dice y en la poesía de sus imágenes y sus personajes.

Son textos sutiles y concisos, no con grandes anécdotas o con finales inesperados o rotundos, sino de climas, de atmósferas, del pequeño detalle, del fragmento que insinúa lo que puede haber abajo o detrás o en otra parte a la que remite si estamos atentos.

Ahí está, la proximidad de lo de acá y lo universal; lo inocente  y lo siniestro; la mirada de la ironía sobre la piedra arenosa de lo real, pero ya sabemos, nada es real, salvo el amor y la muerte, aunque como dijo Mario Levrero, de la muerte no estamos seguros.

La voz que usa el autor es piadosa, como una manera de compensar a sus personajes de la impiedad de la vida y parece que hubiera estado ahí, aunque no como un relator omnipresente, porque sabe una parte, y el resto permanece en las sombras. No son cuentos redondos sino abiertos, que nos dejan pensando o simplemente conmovidos.

Sus personajes pueden ser patéticos o queribles; indiferentes o fantasiosos, personas que podemos reconocer y comprender, sin juzgar, tan precarios y desorientados como todos nosotros.

Sí, no hay gestas ni epopeyas, nada es heroico acá, pero todo es del orden de lo humano, de lo vivo y merece ser contado, merece su lugar en este mundo hostil que el escritor, como nosotros, no termina de comprender.

Claudia Pagano

Link a la biografía de Miguel Sedoff

BIOGRAFÍA

Plan B/ 17-9-2023

 

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