Opinión.

Opinión: El paro, la olla a presión y un abierto desafío a la Renovación

Por Martín Boerr

Finalmente al tercer día del paro de colectivos urbanos de Posadas, Candelaria, Garupá y Oberá aparecieron los fondos frescos aportados por el Estado provincial y la empresa pagará y se levantará la medida de fuerza, según informó EUTA a las 11 de la mañana del jueves.

Atrás quedó un conflicto que dejó un malestar muy grande y trastocó la vida de miles de misioneros a tan sólo tres días de unas elecciones trascendentales con una Renovación que va pegada justamente al hombre que tiene la lapicera para destrabar un conflicto así: Sergio Massa.

EUTA, en el comunicado, pidió disculpas pero dejó en claro que la que estaba en falta había sido la Nación, y fue la provincia la que aportó los fondos.

Claro, el domingo los efectos del paro los va a sentir el oficialismo local en las urnas y había que cortar el sangrado de votos.

Pero en el medio hubo 72 horas de tensión y un inédito desafío entre un empresario, Marcelo Zbikoski, considera hoy -quizás-, el único con espalda para desafiar al mismo Carlos Rovira.

Porque los colectivos parados y la gente padeciendo hicieron quedar mal parada a la Renovación, que se llenó la boca hablando de las bondades de tener un vínculo aceitado con Massa, argumentando que el Ministro cumple con las demandas de Misiones o -al menos-, intenta atenderlas con gran compromiso.

El paro rompió la lógica de otras medidas de fuerza de un sistema que está en crisis en Misiones y en el resto del interior del país desde que se desmanteló el sistema de multimillonarios y aceitados subsidios de Nación a las empresas de colectivos a fines del 2018.

Un poco de historia reciente: Fue cuando Mauricio Macri acudió al FMI por segunda vez en pocos meses, para pedirle al contado todo el dinero del stand by por 55.000 millones de dólares, que originalmente se iba a desembolsar en tres años.

El organismo accedió a entregar todo ese dinero antes de que terminara el mandato de JxC. Pero a cambio, pidió llegar al déficit cero de un plumazo en las cuentas.

Ahí Macri -con el apoyo de todos- se cargó a varias conquistas del interior del país: las dos más dolorosas: los subsidios a los colectivos y el Fondo de la Soja, que le daba a cada intendente de un pueblo chico o grande, una chequera para hacer obras (una plaza, un gimnasio, una bicicensa) que impactaban en la calidad de vida de la gente.

¿Qué paso con los colectivos? Como tantas medidas improvisadas, JxC atendió la urgencia de la corrida cambiaria y se olvidó del transporte en el interior del país.

Al final, el sistema de subsidios multimillonarios que tan bien funcionó desde la crisis del 2001, se reemplazó por un mecanismo de “parches” por el cual Nación pone algo de plata, las provincias tuvieron que abrir la billetera y poner otra parte.

Un sistema que tiene una nota distintiva: nada es suficiente para cubrir costos y ganancias de las empresas como en la época dorada.

En Misiones muchos no se dieron cuenta porque por un acuerdo entre la Renovación y las empresas, no solo no hubo paros hasta hace unos cuantos meses, sino que además el boleto llegó a estar congelado en 20 pesos un tiempo récord.

Entre 2019 y 2023 muchas ciudades del interior del país, como Córdoba, Corrientes, Paraná, Resistencia, Formosa y más, enfrentaron paros y problemas permanentes. En la tierra sin mal, el problema se atenuó por el pacto mencionado, que implicó un gran desembolso del Estado provincial.

Lo cierto es que este nuevo sistema de “parches” tiene a todos los empresarios de colectivos del país con el corazón en la mano cada fin de mes, ante el inevitable retraso en el giro de los subsidios de Nación y provincias.

No son pocos los empresarios de colectivos que empiezan a invertir en otros negocios y analizan con irse o se mantienen porque no les queda otra alternativa. Algunos ejemplos:

La Nueva Metropol, de los hermanos Eduardo y Javier Zbikoski diversifica cada vez más sus inversiones en otros negocios, como las nueces pecan en el Valle de Uco.

El hermano mayor y menor de Marcelo Zbikoski se enfrentaron en abril con el Gobierno Nacional por el lock out (paro decidido por la empresa) que afectó a más de 20 líneas de colectivos que generaron un caos en el transporte de miles y miles de pasajeros en CABA y Conurbano (sin duda, las Ligas Mayores en este negocio).

La familia Koropeski se mantiene en Formosa capital pero con problemas y conflictos permanentes.

Entró al negocio con Crucero del Sur en septiembre del 2017, apenas un año antes de que Macri eliminara de un plumazo el sistema de subsidios aceitados.

Algo así como comprar el pase de un futbolista estrella y que se rompa los ligamentos cruzados en el primer partido.

A Juan Carlos Romero, el correntino que maneja el Grupo ERSA en muchas 8 capitales de provincia del interior -incluyendo Córdoba-, le prohibieron salir del país tras concursar su empresa.

Romero, uno de los empresarios más grandes en este negocio, le había comprado en el comienzo del kirchnerismo y de la época dorada varias empresas a los hermanos Cirigliano.

Hace poco dos familias históricas en la actividad en el Alto Uruguay, Tiemesmann-Arenhardt, tiraron la toalla cansados y dijeron: “hasta acá llegamos”. Vendieron la empresa ETCE al Grupo Horianski.

Cuando una empresa familiar sale de un negocio tras 80 años, quiere decir que los dueños ven un panorama muy complicado hacia adelante. Y eso que estuvieron 8 décadas pasando crisis tras crisis en este país.

Pero la gente está enojada y cree que, porque los subsidios que se pagan son millonarios, los empresarios están de parabienes.

Quién conozca a Marcelo Zbikoski desde hace un tiempo y lo haya visto últimamente, entenderá (sin necesidad de palabras) que la presión de sostener el negocio pasa factura.

Esto no quita que la bronca de la gente que padece los paros de colectivos sea totalmente fundamentada.

También, hay una bronca generalizada de los argentinos y si se corta la luz o paran los bondis, la bronca que viene de arrastre, como un arroyo que encuentra su cauce, se concentra y canaliza.

Paro récord y abierto desafío

Este paro fue récord porque hace muchos años que no se recuerda una medida de casi 72 horas. Y por otra parte, es inédito porque hasta ahora la lógica de los paros era: anuncio la medida y aparece el dinero de Nación y/o provincias, con frecuencia antes de que se concrete la amenaza.

Pero acá no pasó eso.

Otro dato: el Gobierno por primera vez mostró su malestar con la empresa públicamente, aunque sin llegar a cortar los puentes de diálogo.

Primero fue el gobernador Oscar Herrera Ahuad quien habló de “cierta intransigencia”.

Luego fue el principal candidato del oficialismo misionero para el domingo, Carlos Arce, dijo que “las personas no pueden ser rehenes de las empresas”.

Herrera Ahuad tiene la jerarquía política y la espalda para hacer una declaración así en nombre propio. Pero cuando Arce dice algo contundente, es porque habla por Rovira.

Plan B consultó a un hombre que conoce en profundidad el negocio de los colectivos quien no dudó en plantear el escenario: “Acá hubo un abierto desafío del empresario que maneja la mayoría de los servicios de Posadas (por Marcelo Zbikoski) al gobierno provincial”.

Es cierto que había un atraso en el giro de subsidios nacionales (no se había pagado abril).

Pero la empresa también está cobrando puntualmente un fideicomiso que se hizo con el Banco Macro, dijo la fuente consultada. Ese fondo ronda los 600 millones de pesos mensuales que salen de Rentas Generales.

También está el dinero de los boletos cortados, que se declaran en 4,5 millones al mes en todo el sistema.

El dueño de Don Casimiro es considerado en círculos empresarios y políticos como el hombre de negocios de mayor envergadura de la provincia. Está a otro nivel y juega a otro juego, después vienen todos los demás.

Otros dicen que su problema es que considera que tiene el mismo poder que el jefe político máximo de la Renovación.

Hace dos meses en una reunión con Darío Skrabiuk, dueño de Bencivenga y Río Uruguay, Zbikoski terminó dándole una trompada a su competidor.

Aquél escándalo que se hizo público y este abierto desafío al Gobierno provincial a tan pocos días de una elección donde la nota distintiva es el hartazgo de la gente, parecen dos hitos de un mismo proceso: Una olla que sigue acumulando presión.

Al punto tal de pararle los colectivos al oficialismo y dejar a chicos y maestros sin ir a clase, gente sin poder ir a trabajar, otros sin atenderse en hospitales. Todo a 3 días de las elecciones.

Fue, sin dudas, uno de los más infrecuentes desafíos de un empresario al gobierno provincial.

Porque evidentemente la empresa considera al gobierno provincial responsable último (y garante) de los atrasos y compromisos de Nación.

El antecedente más inmediato de un empresario desafiando a la Renovación fue cuando en el año 2015, Julio Koropeski decidió llevarse los partidos contra River e Independiente, del recién ascendido a la “A” Crucero del Norte a Chaco.

Provocando el malestar del gobernador Maurice Closs, que le sacó el sponsoreo oficial al equipo, prácticamente condenándolo al inmediato descenso de la “A” a la B Nacional cuando recién empezaba esa temporada que debería haber sido un sueño colectivo para disfrutar y no una pelea entre dos peso pesados.

Aún cuando estas peleas implican millones y dejan gente en el medio, no hay que subestimar en estos conflictos la importancia del “ego” y la famosa competencia para “ver quién la tiene más grande”.

En aquél momento Koropeski emitió un comunicado que cerraba con una frase desafiante: “Sólo nos arrodillaremos ante Dios”.

Plan B/ 10-8-2023

 

 

 

 

 

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