La columna de Patricio Downes.

La historia del increíble yerbal que crece a metros del shopping Alto Palermo

Por Patricio “Paddy” Downes

Misiones y un pedacito del Norte de Corrientes, son los únicos lugares donde hay yerbales. Eso es lo que siempre nos enseñaron quienes conocen todo sobre la Ilex Paranaense.

Sin embargo, hay una excepción: un magnífico yerbal crece, vigoroso, en pleno centro porteño, nada menos que a metros del famoso shopping Alto Palermo.

Es el producto de la donación de una yerbatera del Noreste argentino, que incluso llevó también la tierra con el componente de acidez ideal para que esta planta pueda integrarse a un ambiente donde siempre se pensó que no podía prosperar.

Así es como el yerbal se luce en el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires.

Con el nombre de “Carlos Thays”, el Botánico es como un agujero negro cuya energía absorbe todo lo malo de la ciudad, los gritos, el humo, los bocinazos, el rugido de motores.

En Plaza Italia, pleno barrio de Palermo, entrar al Jardín es aislarse de ese vértigo que produce la “ciudad de la furia”.

Queda ahi nomás de lugares emblemáticos como el ex Zoológico Porteño o la Rural, mientras que unas cuadras más abajo desandando la coqueta avenida Santa Fe, se encuentra el famoso centro comercial Alto Palermo.

¿Quién hubiera dicho? La yerba crece también a unos cuantos metros del que probablemente sea el shopping más importante del país.

Un paseo por los arbolados senderos del Botánico aquieta el alma, pacifica la mente y acompasa los latidos del corazón desbocado por el ritmo alocado de los porteños.

Un guía que también es misionero

Entre los que cuidan el yerbal se encuentra Maximiano König, guía y guardaparque, quien sorprende al contar que posee un yerbal en Misiones, en la zona de Salto Encantado, el flamante municipio vecino a Aristóbulo del Valle.

“Hace poco hicimos la poda, al mismo tiempo que en la zona productora de Misiones y Corrientes”, reveló a Plan B.

La plantación no ocupa más allá de un cuarto de manzana o de hectárea. En el yerbal muestran su lujo botánico unas plantas vigorosas, de hojas carnosas y brillantes, coloreadas de verde oscuro y verde clarito, brillante.

La firma Las Marías, que donó las plantas, sorprendió trayendo el sustento vital de la Ilex Paraguariensis:

“Sí, es cierto, la empresa trajo hasta la tierra, esencial por su componente laterítico ácido”, agregó König.

No quedan dudas, entonces, de la exclusividad regional de la yerba mate, salvo que alguien traiga camionadas de tierra y se dé el gusto de un plantío en el suelo de la soja, del maíz y del trigo en la Pampa Húmeda.

El rendimiento de kilos por hectárea tampoco estuvo lejos de los que se observan en la zona productora, donde el promedio sería de 4.500 kilos de hoja verde, según especialistas.

La directora del Jardín Botánico es la ingeniera agrónoma y magister Graciela Barreiro. Para la profesional es muy lógico que este espacio incluyera la yerba mate.

Fue precisamente Carlos Thays uno de los pioneros en difundir el proceso de germinación de la Ilex Paraguariensis, que incluye sobre todo el retiro de la dura cutícula que cubre sus semillas. El francés Thays fundó el Jardín Botánico a fines del siglo XIX.

En honor al gran botánico, el 7 de septiembre se celebra el día de la Botánica conmemorando la apertura del Jardín Botánico de Buenos Aires en 1898 diseñado por el arquitecto paisajista.

El yerbal homenajea la relación que tuvieron el francés y el Jardín Botánico con la innovación yerbatera de hace más de un siglo.

Y muy cerca de esta exhibición de gloriosas plantas Ilex Paraguariensis se destaca un plantío de plantas medicinales.

No faltan allí -en el mismo Botánico- las especies curativas propias de la Selva Paranaense, que los pueblos originarios destinaron siempre a la estantería de su farmacia natural.

Esta experiencia de las plantas medicinales arrancó con una meta de conservación de especies en peligro de extinción.

Según una nota de La Nación en 2015, el Botánico fue avalado por la red de conservación de plantas más grande del mundo: el Botanic Gardens Conservation International (BGCI), con sede en el Reino Unido.

La financiación para la obra de conservación provino del Instituto Klorane y Pierre Fabre Argentina.

Se estima que son unas 1600 las especies de plantas medicinales argentinas. La conservación apunta a preservar las que corren riesgo de desaparecer.

Al comienzo fueron 16 especies nativas de varias provincias las que poblaron el espacio conservacionista de plantas medicinales. Son de uso popular para remediar desarreglos estomacales, enfermedades en la piel o molestias en los ojos.

La plantación medicinal se inició con ejemplares de Maytenus cuezzoi y la Maytenus viscifolia (Celastraceae); Minthostachys verticillata (Lamiaceae) y Prosopis caldenia (Fabaceae), según la mencionada nota.

Las especies protegidas llegaron desde 18 provincias en colaboración con otros jardines botánicos como el Gaspar Xuárez, de la Universidad Católica de Córdoba, y el Oro Verde, de la Universidad Nacional de Entre Ríos.

El paseo por el Botánico, que permite la mateada en bancos a la sombra de los gigantes de la selva, no podría terminar sin admirar el aporte regional misionero.

Si bien son propiedad de la Selva Paranaense, se destacan como “misioneros mismo” el Ivirá Pitá, Palo Rosa, Pindó, Incienso, Jacarandá, Anchico Colorado

En sus 8 hectáreas, abrazado por avenidas de mucho tránsito como Las Heras y Santa Fe, el predio porteño muestra parte del lujo botánico que poseen Misiones y sus vecinos.

Allí están el Fumo Bravo (Solanum granuloso-leprosum), Cedro misionero, floridos lapachos, que con su follaje acunan el “yerbal porteño”, una rareza agradable como suele brindar Buenos Aires, la capital argentina.

Plan B/ 10-6-2023

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