Massa te ahorca, después afloja un poco y terminás agradeciendo

Por Martín Boerr

Sergio Massa asumió como el primer superministro de Economía del país dese la salida de Roberto Lavagna (en 2005) en agosto pasado.

Llegó como todos los superministros (Cavallo en 1990 con Carlos Menem y en 2001 con Fernando De la Rúa, Lavagna en 2002 con Duhalde y Néstor K le pidió que se quedara) en medio de una crisis muy profunda, con el helicóptero calentado motores por las dudas.

Desde entonces, no logró hacer absolutamente nada para ordenar un poco la macroeconomía, a pesar de que le dieron todos los superpoderes, sumó las carteras de Producción, Agricultura, Secretaría de Comercio y parece tener una enorme influencia sobre el Banco Central.

Veamos: La inflación está aún peor que cuando llegó Massa y lo que es más grave, no hay plan y ya ni siquiera se molestan en fingir que hay algún tipo de estrategia.

Desde que llegó Massa, la Argentina no puede acumular dólares en el Banco Central por más que el cepo está cada día más ajustado y se le restringen divisas en el mercado oficial a todos.

Empezando por el sector productivo, que tiene que salir a mendigar que le habiliten la ventanilla para poder importar maquinaria o insumos.

A pesar de todos estos cuidados, cada vez hay menos dólares y hace poco empezaron a rascar en el fondo del tarro con los bonos en moneda dura de organismos públicos-.

En una medida muy polémica, Massa echó mano de los fondos de los jubilados al realizar un canje compulsivo de los bonos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) en dólares por títulos en pesos.

¿Quién otro cambiaría algo en dólares por algo en pesos en este país, si no es compulsivamente?

Y sin embargo, Massa goza del apoyo del establishment y las grandes empresas, que lo tienen como una garantía de razonabilidad y sentido común ante el Plan B, que sería la toma de poder de Cristina Kirchner o sus laderos del Instituto Patria y La Cámpora, radicalizando decisiones económicas y poniendo al país en un rumbo ya totalmente a la deriva.

Los principales banqueros fueron el mes pasado dos veces en el lapso de 13 días a explicitar su apoyo al super-ministro de Economía.

¿No estamos ya a la deriva?

Esta semana, Sergio Massa le tiró un “hueso” a las economías regionales, que hace mucho tiempo le venían reclamando el dólar madera, el dolar Malbec, el dólar yerba, el dólar te y la lista sigue.

Ayer realizó un anuncio con toda la pompa, como si las cosas estuvieran marchando sobre ruedas.

Hicieron viajar a los funcionarios de cada provincia que estuvieron durante meses tocando las puertas del super ministro para demandarle esta medida.

En realidad, Massa se ayudó a si mismo, ya que necesita como nadie que ingresen las divisas de las exportaciones de esas economías regionales, desde Malbec (que cada vez más se “fuga” por las costas del río Uruguay a Brasil clandestinamente) hasta la yerba, té, tabaco o madera.

La pura verdad es que el dólar economías regionales a 300 pesos es muy necesario, pero apenas otro parche más en una economía que sólo espera aguantar a ver qué pasa y quién viene en 2024.

El dolar economías regionales será solamente desde la semana próxima hasta finales de agosto.

¿Y luego qué?

Seguramente, otro “huesito” de Massa para tirar hasta el 10 de diciembre de 2023. El día que cumpliremos 40 años de una Democracia que para muchos ya es papel mojado hace mucho tiempo.

Plan B/ 6-4-2023