Por Ezequiel Cabral
El posadeño Horacio Klein concentra en su persona el deseo de muchos argentinos: emigrar y triunfar en el exterior.
Klein es dueño de la cadena de comida Cabildo, con sede en Curitiba. Se trata de una cadena de negocios identificada con las empanadas argentinas pero que se dedica a otras comidas típicas nuestras que se arraigó entre los consumidores brasileños.
Este fanático de la música ochentosa que llegó a poner una radio FM con la que “no hacíamos plata”, pasó por muchas idas y vueltas, intentos y frustraciones. Incluso tuvo que superar un cáncer y quedarse sin empleo en Brasil junto a Betina, su mujer, hasta que su búsqueda incansable lo llevó al éxito.
“Siempre quise algo grande, algo más, no me cabían los cuadraditos que te imponen la sociedad o la cultura, más bien era un rebelde. Rebelde con las cosas establecidas, nunca me conformo él “es así nomas” no, para mi tenía que haber otra forma”, explica.
Klein nació en Posadas, y antes de mudarse a Brasil vivió una década en Buenos Aires, donde fue papá por primera vez. Junto a Betina intentaron cerca del año 2000 nuevamente establecerse en Posadas, se tuvieron que ir a vivir a lo de su suegra a una Misiones donde la crisis de finales de los 90 ya pegaba con todo y no había trabajo ni oportunidades.
Así llegaron a Brasil, con una oferta para ir a enseñar castellano al pueblo de Cascavel, a 150 kilómetros de Puerto Iguazú. “No era la idea que teníamos de Brasil, era una ciudad mucho mas pacata, del interior”, rememora, en una entrevista con Plan B en la que explicó sus aventuras y las claves para alcanzar el éxito.

-Contanos un poco sobre tu cadena de comidas “Cabildo” ¿De dónde surge la idea del negocio?
–Este negocio arrancó en 2016 en Curitiba, arrancamos después que nos quedamos sin empleo prácticamente en dos meses mi esposa y yo, y veíamos que esto que veníamos pensando tuvo que suceder rápidamente porque era la opción y la necesidad. Con respecto al negocio es una propuesta que trae nuestra culinaria casual de la argentina, lo que se llama baja gastronomía, la comida de la calle. Me di cuenta que en Brasil hay muchos restaurantes y proyectos gastronómicos de carne y alta gastronomía, pero hablando con amigos nos dimos cuenta que el brasilero no conoce nuestra gastronomía mas del día a día y trabajamos ese concepto.
–¿Qué es lo que más te pide la gente cuando visita tu local?
-La empanada es el caballito de batalla, el producto que más territorio ganó. Lo que más nos piden es empanadas obviamente porque nos presentamos como un negocio de empanadas, pero lo que más quieren los brasileros es compartir la experiencia de que ya viajaron a la argentina y quieren recrear esa experiencia.
-¿Vende la gastronomía argentina en el exterior? En este sentido ¿la clientela es más bien extranjera (sean de Brasil o turistas) queriendo probar la comida argentina o argentinos nostálgicos queriendo recordar su país natal?
-La inspiración de nuestro menú es la culinaria casual del argentino, una cosa que tuvimos que aprender y aceptar rápidamente fue que nuestro cliente sería brasilero, no abriríamos un restaurante para encontrar a los argentinos “saudosos” o que estaban extrañando las empanadas. No mantenés un negocio solo con público argentino, al menos en Brasil, no sé en otro lugar del mundo. Nuestro proyecto al menos es ambicioso en el buen sentido, de participar del mercado de Brasil, crecer con un sistema de franquicias.
-¿Ustedes atendieron a la banda Iron Maiden?
-Si, Curitiba es un escenario que forma parte de los tours internacionales de las bandas, dentro de las ciudades más importantes de Brasil y con muchas productoras grandes, y hace unos 4 años fue la primera vez que vino John Meyer a Curitiba y una productora que hace el servicio de logística de estos shows nos contactó por referencia, porque estaban armando una red de proveedores de alimentos y buscaban empanadas así que nos pidieron si los abastecíamos y accedimos. Así pasaron por acá Metallica, Iron Maiden, Green Day y los abastecimos..

-En pocas palabras, para la gente que no te conoce, que respondes si te preguntan ¿Quien es Horacio Klein?
–Horacio es un clásico “busca argentino”, una persona que nació de vuelta por un cáncer que tuve hace ya 13 años. Esposo de Betina, padre de Julieta y Alejandro. Básicamente no me considero una persona promedio, y esto no es un cliché, no me gusta la formalidad por sí misma y no me gusta la falsedad. Tengo bastante creatividad. A veces las ideas me encantaban e intentaba correr atrás de eso y la realidad me daba cachetazos.
-Contanos un poco más sobre vos ¿De dónde venís?
-Soy posadeño. Y vengo de haber pasado por Buenos Aires unos 10 años, allí nació Julieta mi primera hija y en el 2000 nos vinimos a Brasil en función de la crisis que ya estaba fea, yo estaba desempleado. Tenía una pequeña radio de FM de música, algunos se deben acordar de Estación 94 donde más que nada nos dedicábamos a despuntar el vicio con música de los 80, soñábamos con que una radio toque música de los 80 y como no había la pusimos, pero no nos daba plata. En el 2000 hubo un momento muy jodido, nos mudamos a lo de mi suegra en un departamentito por calle Córdoba y estaba difícil conseguir empleo y surgió la oportunidad en Brasil para dar clases de español en la ciudad de Cascavel y nos vinimos sin preguntar mucho obviamente, estábamos en una situación complicada.
-¿Por qué Brasil?
De alguna forma siempre atesorábamos el sueño de vivir en Brasil. Porque uno iba a Camboriú o a la playa y se quería quedar ahí, pero cuando nosotros vinimos llegamos a Cascavel que es una ciudad a 150km de Iguazú y no era la idea que teníamos de Brasil, era una ciudad mucho mas pacata, del interior. Después nos mudamos a Curitiba, una ciudad que ya conocíamos y a trabajar en una empresa que me dio mucha oportunidad de conocer lo que es Brasil en términos de mercado, totalmente distinto a lo que es Argentina donde todo se centraliza en Buenos Aires o Rosario y el resto es “interior” y aún así son mercados mucho menores.

-¿Cómo es para un misionero vivir allá?
-Es raro, es como el vecino de enfrente. Era común venir a veranear a Brasil cuando vivíamos allá y entonces parecía que teníamos mucha afinidad y mucho en común, pero cuando te venís a vivir es muy distinto, te das cuenta que realmente somos muy diferentes. Desde la cultura, las costumbres, la convivencia, todo es diferente. Y el brasilero ve al argentino de una forma muy diferente a como el argentino ve al brasilero. Para nosotros, argentinos, cualquier cosa que nos haga referencia a Brasil es todo positivo, excepto el fútbol que es algo totalmente aislado, el resto es todo verano, playa, vacaciones, gente linda; y el brasilero lo ve de la otra manera porque se ha creado toda una cultura a través de la TV y el fútbol y por tantos argentinos en la playa que hacían lo que querían porque llevaban la plata, se generó una especie de antipatía con nosotros, entonces al principio tienen reservas. Después obviamente tenés al que es más abierto y ya viajó a la argentina entonces tiene un concepto diferente de los argentinos, pero también te reconoce que el viaje cambió su idea de la Argentina. Al principio se sufre un poco porque no somos parecidos en nada culturalmente, por más que seamos posadeños y estemos alejados de Buenos Aires, el argentino tiene una cultura mas europeizada si se quiere, y el brasilero como el paraguayo mira mucho a los Estados Unidos, es mas americano el estilo de vida de ellos. Pero es adaptarse nomás, a veces también callarse algunas cosas porque siempre vas a ser “el argentino” y si no te gusta volvé a tu país.
-¿Qué proyecciones tienen a futuro?
-El proyecto del negocio es tornarnos en una franqueadora y abrir franquicias de negocios ya sean pequeños kioscos o negocios, hasta eventualmente restaurants con un menú más amplio como milanesas o comidas más del día a día argentino. Apuntamos a este año, si dios permite a fin de año, terminar de formatear la franquicia, en todo lo que es jurídico y adecuaciones del negocio. Tenemos una filial en Sao Paulo, en un lugar céntrico que lo abrimos el año pasado en plena pandemia mas como un acto de fe y coraje. Pero nosotros vimos que, como nos dedicamos más que nada al delivery, teníamos una oportunidad ahí de modelar el negocio fuera de nuestro ámbito habitual, porque acá en Curitiba estamos nosotros todo el tiempo metidos en esto y hacía falta abrir ese negocio allá. Apuntamos a eso que llamamos 500 en 12, es un proyecto ambicioso pero factible tratándose del mercado brasilero, que arrancaríamos el año próximo y el objetivo son 500 operaciones en 12 años. Suena un poco loco o lejos pero para eso están las metas.
-Para quien visita Curitiba, ¿dónde los encuentra?
-Si vienen a Curitiba estamos en el barrio de Mercês, la dirección es rúa vizconde de nácar número 150 pero de cualquier manera pueden encontrarnos en el hotel a través de su celular por nuestro sitio cabildo.com.br donde se pueden pedir las empanadas online, tenemos una aplicación sitio web y también estamos en ifood como Cabildo Empanadas. Si nos quieren visitar estamos acá a partir de las 17.30hs todos los días, Betina está en el mostrador normalmente atendiendo a los clientes y conversando bastante con la gente que cuenta sus historias y yo estoy más cuidando de la parte logística y de la cocina. En San Pablo estamos en Alameda santos 1198, esto es una cuadra de la famosa avenida paulista que es como nuestra avenida de mayo o plaza de mayo donde por cualquier fiesta, evento o protesta la gente se junta y para nosotros es beneficioso, también en eventos como el día de la independencia (27 de septiembre) así que los esperamos a todos.
Plan B/ 15-1-2023