Por María Florencia Goncalves
Rudito Bundziak visitó la redacción de Plan B, apenas 24 horas después de su gran triunfo en el TC Mouras 2022 que lo dejó prácticamente a un paso del Turismo Carretera, la máxima categoría del automovilismo argentino, donde ya tiene una plaza asegurada a partir de la temporada 2024.
El iguazuense aseguró que viene trabajando hace más de 11 años y aún restan triunfos: “Insisto mucho en las cosas que me gustan hacer, me gustan los objetivos muy claros. Tengo la visión de lograr lo que quiero y voy por todo”, dijo.
Lograr el primer título de la ACTC para la provincia de Misiones, lo catapulta en los cuadros deportivos y eso se celebrará a lo grande mañana en Iguazú en una caravana que está siendo organizada con bombos y platillos por la comunidad entera.

Pero el 2022 también quedará en su historia de vida como el año del doblete, pues no solamente ganó el TC Mouras, sino que además, se recibió de abogado y prevé en algún momento seguir estudiando escribanía.
“El título universitario me abrió las puertas en muchos lugares y se va conmigo, porque el día de mañana yo podré haber sido un excelente piloto pero la carrera profesional y el título no te lo sacan”, dijo.
En cuanto a lo deportivo, su proyección es “estar competitivo el año que viene al igual que este. Nunca relajarnos porque tengamos el pase al TC”.
Respecto del equipo, explicó que hay ganas de continuar: “hoy estamos definiendo cuestiones presupuestarias y también, esperamos no quedarnos sin combustible – como decimos en el rubro-, hacer toda la temporada completa y ser competitivos”, indicó.

Pero más allá de todo ese trabajo de gestión y administración, lo cierto es que el misionero ya sueña en grande con los próximos escenarios y se imagina definiendo maniobras entre pilotos que hoy lideran sus categorías, “pilotos tops como Manu Urcera, Canapino o Werner”.
Metas cortas para seguir creciendo
Rudi aprendió a manejar a los 5 años con su madre y arriba de un buggy: Recién a los 12 arrancó oficialmente en las carreras, con un karting que le regalaron por su cumpleaños.
“En el automovilismo la edad para arrancar va desde los 7 hasta los 10 como mucho. Yo ya di ventaja, arranqué a los 12! pero no fue malo. Cada uno tiene sus tiempos, arranca según el objetivo y las posibilidades que tenga”.
La preparación como piloto, no únicamente lo obligó a correr arriba del auto, sino también abajo y, sobre todo a tomar elecciones de vida para alcanzar sus metas.
“Toda la vida tuve que elegir entre mi sueño y lo que me hubiera gustado hacer, dos cosas totalmente diferentes” dijo, y recordó, que cuando estaba en la secundaria, en lugar de viajar a Bariloche decidió probar un auto para el Súper TC 2000 porque tenía en claro que su sueño era llegar a ser piloto pago de alguna escudería o poder correr en la máxima del automovilismo.
“Hoy no me arrepiento de nada. Ese sigue siendo mi sueño! Quiero llegar a la máxima competencia en el país y estoy a nada, a un año”.
En todo ese trayecto, sus padres son los incondicionales: “me acompañan en todas las carreras y son fundamentales tanto en lo personal como en lo deportivo. Son la pata fundamental de mi crecimiento y de lo que hoy soy como persona. Sus valores me ayudan a seguir creciendo en la vida”, sentenció.
A sus 24 años, Rudi es partidario de que las metas no deben ser lejanas, sino cercanas y cumplibles: “cosas que podés cumplir, con esfuerzo y tiempo, porque así vas escalando y esa satisfacción de haber cumplido a su vez te alienta a seguir creciendo”, ultimó.
Plan B/ 5-12-2022