¿Tenía razón la vicepresidenta Cristina Kirchner cuando denunció un “festival de importaciones” hace dos meses, en aquel discurso que pareció desatar la crisis posterior en la coalición gobernante a partir de la salida del ex ministro Martin Guzmán?
Lo cierto es que el INDEC dio a conocer el dato de las importaciones de la Argentina en enero-junio, el primer semestre del año, y los números son escalofriantes: 41.284 millones de dólares de importaciones, récord histórico.
Nunca antes el país había importado tanto y todo esto a pesar de que se trata de una Argentina en crisis, con una inflación que este año estará en el orden del 80 por ciento.
¿Qué sucede? El dólar oficial está baratisimo, a tan solo 134 pesos y los únicos que pueden acceder a él son los importadores. Entonces, esto incentiva a cualquier empresa o individuo con capacidad de importar a traer lo que sea del exterior.
Al mismo tiempo, la Argentina exportó por 44.377 millones de dólares, lo cual es un máximo en los últimos años, desde 2013, consignó la agencia Télam.
Casi todo lo que genera la Argentina por exportaciones, le sale por importaciones.
Además, hay que tener en cuenta que las exportaciones estuvieron apuntaladas por los mejores precios que se pagan por los productos que nuestro país envía al exterior, más que por las cantidades.
Algo que no es una buena señal, ya que el síntoma saludable del crecimiento de las exportaciones es cuando se vende más, se produce más y se ganan más mercados y no cuando la cifra económica mejora simplemente porque precios que nuestro país no maneja, como el valor de la tonelada de soja, mejoraron.