Como en todos los órdenes de la vida, hay buenos docentes y malos docentes, buenos policías y malos policías, buenos periodistas y malos periodistas y así.
El problema es que hay algunos sistemas que se destacan por camuflar a los que no tienen ganas de trabajar y, involuntariamente, castigan al que sí tiene ganas de trabajar con compromiso, dedicación y auténtica vocación. Y uno de esos casos se da en el sistema educativo a nivel país. En el caso de Misiones, comprende a 28.264 agentes que dependel del CGE.
Un informe publicado hoy por el diario El Territorio da cuenta que los docentes misioneros pedían muchas más licencias médicas y dentro de estas, licencias psiquiátricas, antes de la pandemia.
En cambio, durante lo peor del encierro por la emergencia del Covid-19 estos permisos con goce de haberes cayeron a un mínimo. Ahora que se volvió a las clases casi con normalidad, los permisos se volvieron a disparar y ya están en niveles pre-pandemia.
La duda que surge es: ¿Avivada de muchos docentes o stress pospandemia? Se reitera aquí que debe haber muchas licencias que son más que justificadas. Pero también es conocido que muchos docentes utilizan este sistema para no ir a trabajar y utilizar el tiempo para otras cosas.
Sistema educativo
Una condición que tiene los docentes es que no se los puede despedir, por más que no vayan a trabajar y tengan distintos trucos o artimañas para faltar a clases. Algo que en cualquier otro trabajo es impensado.
Las licencias médicas y dentro de ellas, las psiquiátricas de los docentes de Misiones volvieron a repuntar fuerte en el 2022 y ya están al nivel del 2019, cuando todavía no existía la pandemia del Covid-19.
Si se toma el mes de abril, según datos del CGE publicados por el diario El Territorio hoy, hubo 6.757 licencias cuando en el mismo mes del 2021 fueron 4.238 y en 2020 (justo en las primeras fases de encierro por Covid-19) tan solo 311 licencias.
En cuanto a las licencias psiquiátricas, el trabajo de la periodista Griselda Acuña, del diario El Territorio, señala que en 2022 volvieron a dispararse las licencias psiquiátricas.
Las hay de dos tipos: cortas (hasta 30 días) y largas, que pueden durar hasta 2 años con goce total de haberes y de extenderse, se pasa a cobrar el 50 por ciento del salario.
En los primeros cuatro meses del ciclo lectivo 2022 (enero-abril) desde el Consejo General de Educación se otorgaron 853 licencias docentes psiquiátricas (643 cortas).
Si se anualiza este dato, da un total de 2.559 licencias para 2022. Mientras que en 2021 2.671 y en 2020 apenas 676 licencias. En la prepandemia el total de licencias fue de 2.451.
“Las cifras oficiales revelan un repunte respecto de los dos años”, indica el informe del matutino, que cita a Gaspar Argüello, director de Salud Laboral del CGE que dice que “creemos que influyó considerablemente la pandemia”.
¿Por qué se pedían tantas licencias en 2019 cuando no existía Covid-19?
Sin embargo, los dichos de Argüello no coinciden con la realidad. Si hubiera sido producto de la pandemia, lo lógico hubiera sido que las licencias hubieran aumentado notoramiente a partir de marzo de 2020. Sin embargo, fue cuando no había clases presenciales que hubo pocas licencias.
Además, si hubiera sido la pandemia del Covid-19 el causante, los números posteriores deberían ser muy superiores a los del 2019 cuando no existía el Covid-19.
Una línea de análisis podría ser la siguiente: un determinado porcentaje de docentes especula con el permisivo sistema de licencias con goce de haberes del sistema educativo. Cuando no hubo clases, no había motivos para pedir licencias y faltar a los deberes en el aula, ahora con la obligación de volver a clases, un cierto porcentaje de docentes (siempre cabe la posibilidad de ser injusto si se mete a todos en la misma “bolsa”) volvió a acudir al viejo truco de pedir licencia por cualquier cosa.