Fontenla es una de las fábricas de muebles más importantes del país. Con más de 70 años en el mercado, pasó de ser un local comercial a una empresa con presencia nacional (11 locales) e internacional, que incluye una planta industrial única en Sudamérica en su tipo.
“Nos dirigimos a un público exigente ABC1, que busca el estilo y la calidad de productos internacionales. Entendemos que en interior del país no hay productos similares a los nuestros y esta decisión tiene un poco de instinto empresario y de escucha a nuestros clientes”, remarcó Roberto Fontenla, CEO de la firma y también presidente de la Cámara de Empresarios Madereros y Afines (CEMA)., en una entrevista con el sitio web de FAIMA.
En una entrevista con el sitio web de FAIMA (de la cual CEMA es una de las 28 cámaras socias), Fontenla trazó un panorama sobre los desafíos del sector mueblero y pidió “reglas claras”, además de que advirtió sobre el riesgo de leyes laborales obsoletas que ponen en peligro pequeñas empresas y talleres con la industria del juicio.
Reglas claras
“Necesitamos las cosas en orden. Es muy difícil para una Pyme desarrollarse y crecer, es como un salto de obstáculos permanente. Surgen muchos problemas por las exigencias del Estado y la falta de certidumbre”, apuntó Fontenla.
A lo largo de los años, la empresa desarrolló una estrategia de diversificación y expansión para lograr crecer en un país donde la previsibilidad es un bien escaso. Por eso quienes comenzaron apuntando al sector residencial de lujo, hoy cuentan con una línea que apunta a la clase media, realizan trabajos para hoteles, emprendimientos y sanatorios con hotelería 5 estrellas.
Por otro lado, menciona la competencia desleal en cuanto al mercado informal que se genera en torno a la industria. “Hay mucha informalidad en la madera y eso perjudica a todos los productores industriales. Por supuesto que hay personas que lo aprovechan, sobre todo en el nivel medio, pero el mercado lo pierde”, remarcó.
Si bien durante la pandemia por COVID-19 las empresas madereras sufrieron una fuerte crisis por las restricciones impuestas los primeros meses, una vez que comenzaron a reabrir los locales, la demanda de muebles y objetos de decoración del hogar creció considerablemente.
Fontenla aseguró que, pos-pandemia, surgieron muchas oportunidades, sobre todo en el segmento empresarial y hotelero: “Se comenzaron a retomar proyectos postergados y ahora salieron a cerrar números y presupuestos que se recotizan con cambios importantes, pero que dentro de 2 meses es barato. Hay mucho trabajo, sobre todo para quien tiene una marca y se maneja en un mundo de responsabilidades”.
Mirando al mundo
Luego de una larga trayectoria de exportaciones a Estados Unidos, en 2019, la Trump Tower de Miami, hotel y residencia 5 estrellas, eligió a la marca para decorar sus ambientes. El proyecto finalizó en 2020, durante la pandemia, y luego de esto lograron concretar exportaciones a Uruguay, principalmente a Punta del Este, y realizaron negocios con Arabia Saudita.
“Construimos muchas relaciones internacionales, pero hoy nos resulta muy difícil concretar proyectos por el tipo de cambio. Es imposible, no nos da para cubrir el costo, el cambio del dólar no se ajusta a la realidad y perdemos oportunidades”, denunció.
No obstante, su mirada sobre las exportaciones es positiva: “En el exterior existe un mercado que está muy comprador porque hay un problema serio con China y empezaron a buscar otras alternativas, sobre todo en Latinoamérica”.
Problemas comunes
Fontenla cuenta con una planta industrial propia ubicada en Buenos Aires, única en Sudamérica, donde el personal trabaja de manera integral: desde el corte de la madera al lustre, pasando por el armado de carpintería, ebanistería, tapicería, respetando el trabajo manual que garantiza terminaciones perfectas.
La planta de 9.000 metros cuadrados emplea a más de 250 empleados y artesanos abocados 100% a la producción artesanal. Desde ella abastecen a sus locales de Recoleta, Puerto Madero, Hudson, Pilar, Mar del Plata, Cariló y Córdoba.
A nivel nacional, en el sector de fabricación de productos de madera, unas 1100 empresas emplean a unos 70 mil trabajadores en relación de dependencia en todo el país.
El presidente de CEMA considera que el mayor problema que atraviesa la industria y las Pymes en general, son los juicios laborales. “Las relaciones laborales están quedándose en el tiempo y son utilizadas en venganza. Necesitamos una modificación de las leyes laborales porque el negocio creado por una justicia que invalida a la parte patronal hace que cierren muchas empresas pequeñas y talleres. Aún en blanco, con todos los papeles, corrés muchos riesgos”, concluyó.
Fuente: FAIMA