Tras más de 13 horas de debate esta madrugada poco antes de las 4 am, la Cámara de Diputados le dio media sanción al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por 202 votos a favor, 37 en contra y 13 abstenciones.
El proyecto de ley de refinanciamiento de la deuda con el organismo -condición fundamental para que, a su vez, en Washington el directorio del FMI termine de dar luz verde al acuerdo- contó con el apoyo de casi todos los legisladores misioneros. Renovadores (Fernández, Sartori) y JxC (Schiavoni, Klipauka y Arjol) votaron a favor.
En tanto, Cristina Brítez fue una de las 37 que votó en contra, en línea con Máximo Kirchner y todo el arco de La Cámpora. El que sorprendió fue Héctor “Cacho” Bárbaro que no votó en línea con esta agrupación y también apoyó el acuerdo.
La oposición decidió finalmente acompañar este proyecto y fueron solamente los camporistas, libertarios (Milei, Espert, López Murphy) y la izquierda los que votaron en contra. Máximo Kirchner mantuvo la incógnita sobre su voto y el de sus seguidores, hasta último momento al ausentarse del debate aunque finalmente bajó al recinto y dio su negativa.
Ahora el proyecto pasará a la Cámara de Senadores presidida por Cristina Kirchner, donde comenzará a debatirse en comisiones el lunes para tratarse probablemente este jueves.
Los tiempos corren y la Argentina debe aprobar la ley para que se active la refinanciación antes de fin de mes, cuando cae un vencimiento de más de 3.200 millones de dólares con el organismo que hay que reprogramar para evitar la cesación de pagos.
La Argentina no tiene esos dólares en el Banco Central o al menos no los puede usar para pagar deuda sin riesgo a quedarse sin divisas para importar alimentos, equipamiento para la industria, medicamentos y todo lo que el país y su sistema productivo consumen a diario y se pagan con moneda dura.
“Este gobierno, por sus principios, jamás hubiera recurrido al FMI sino que recibió una autentica bomba de tiempo y debió sentarse a negociar” con el organismo internacional, señaló Carlos Heller, el primero en hablar.
Heller sostuvo que en el acuerdo “no se respetan los típicos aspectos de la ortodoxia que han primado en otros entendimientos” aunque dijo que “no hay nada que festejar”. Se trató de un debate sin tensiones y con un final bastante previsible, la aprobación del acuerdo, más allá de la incertidumbre por la postura de Máximo Kirchner y los diputados camporistas. Cristina Britez fue una de las 37 legisladoras que votó en contra del acuerdo.
Apoyo de Misiones
El gobernador Oscar Herrera Ahuad ya había anticipado el apoyo de Misiones en la votación de esta madrugada. “Hay muchas obras cuyo financiamiento depende de fondos internacionales” que podrían cortarse o encarecerse si la Argentina entra en default con el organismo, explicó anteayer el gobernador. El mandatario pidió que los fondos que se liberen al no tener que pagarle al FMI, “vayan a obras de infraestructura en las provincias”.
Por su parte, Rovira también sentó su postura histórica respecto a no tomar deuda en dólares para pagar gastos corrientes el lunes, cuando habló en el Parque Industrial y de la Innovación. Dejó en claro que el crédito no debió haberse tomado, pero ahora es tiempo de acompañar al Presidente de la Nación para resolver el problema.
Por su parte, Martin Arjol dijo ayer al apoyar el acuerdo (como el resto de los diputados misioneros de JxC, Alfredo Schiavoni y Florencia Klipauka) que “ahora es necesario un plan económico de desarrollo y crecimiento”.
En general, todas las voces coincidieron en una cuestión en común tanto en el tono como en las formas: no hay nada para festejar.
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