En una decisión histórica que se toma justo al cumplir 20 años de su creación y en el Día del Tarefero, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) salió a ponerle un límite a la expansión descontrolada de yerbales que se produjo en los últimos dos años como consecuencia de los altos precios que se pagan por la hoja verde.
El objetivo de esta medida, inédita en los 20 años de vida del INYM, es evitar que se produzca una futura crisis de sobreoferta cuando esos yerbales entren en producción (demoran 4 años desde la plantación).
Actualmente según datos del INYM de abril, existen 177.500 hectáreas de yerbales en su gran mayoría en Misiones (154.500 hectáreas) y una parte en Corrientes (23.085 hectáreas).
Con esta resolución 170/21 del INYM (que se tomó por mayoría en el directorio, no por unanimidad), estas 177.500 hectáreas totales de yerbales se podrán expandir, en el mejor de los casos, unas 30.000 hectáreas al año y beneficiando principalmente a los pequeños productores.
El INYM enfatizó en todo momento que según sus cálculos, la decisión más que garantiza que habrá materia prima para satisfacer al mercado interno y las exportaciones con este esquema.
La Cámara Molinera de la Zona Productora que aglutina a los industriales señaló que se “tomará un tiempo para estudiar la resolución” ante de emitir una opinión al respecto. Además, algunos integrante de la industria comentaron que les causó sorpresa que no se anticipara este tema y que ingresara hoy en la sesión del directorio bajo el título “temas varios” en el orden del día.
Aún nadie quiere señalar abiertamente su malestar, pero un directivo le dijo a Plan B que “podrian llover juicios” sobre el organismo yerbatero (ver aparte).
Por otra parte, las asociaciones de productores habían presentado una nota este lunes, según dice la resolución, donde pedían que se avanzara con esta medida de limitar la expansión de yerbales.
Ponerle el “cascabel al gato”
De esta forma el organismo yerbatero sale, probablemente por primera vez, a “ponerle el cascabel al gato” y jugar decisivamente en favor de los intereses de los productores chicos poniendo límite a la expansión de yerbales que impulsan grandes jugadores.
La decisión del INYM le pone un límite sobre todo a algunas grandes yerbateras y también a inversores que no tienen nada que ver con el negocio y se pusieron a plantar yerba como podrían haber hecho con otro cultivo que se está pagando bien (soja, por ejemplo). En cambio, le deja un más que razonable margen a los pequeños productores para que puedan crecer.
El INYM siempre tuvo herramientas legales para tomar una decisión de este tipo, pero nunca logró tener el peso político suficiente para avanzar con una medida de esta, que se puede comparar con la decisión tomada en 1964 por la poderosa CRYM de limitar primero la cosecha de yerba mate y más tarde, directamente prohibirla.
En algún momento hizo “recomendaciones” de limitar plantaciones y ensayó tibias medidas, pero siempre en períodos de precios bajos y para responder a la presión de los pequeños productores. Ahora sale directamente a cortar un “boom” de nuevos yerbales, poniéndose en el medio del mercado como árbitro que busca paliar futuros desequilibrios.
La Resolución aprobada esta mañana en el directorio del INYM ordena a:
-Todos los productores, sin importar el tamaño podrán incorporar hasta 5 hectáreas por año de nuevas plantaciones, todos podrán replantar hasta el 2% de su superficie.
-Todos pueden replantar las plantas secas o muertas.
-Los productores que planten sin autorización tendrán una sanción equivalente a 5 mil kilos de yerba canchada (al precio actual serían 564.000 pesos).
Una decisión que revaloriza el rol del INYM
La medida revaloriza el rol del INYM, como entidad que fue creada para balancear los desequilibrios de la cadena yerbatera y “asegurar la sustentabilidad” de todos los jugadores.
Y la importancia de la decisión se puso de manifiesto en los considerandos de la Resolución, donde el INYM explica que está para cuidar al productor chico, al desarrollo local de las comunidades y a la cultura del trabajo y la vida del pequeño agricultor.
Incluso afirma que la medida que tomó hoy es no sólo un “deber” del INYM, sino también una “obligación”.
“A efectos de asegurar en el tiempo y contexto sus funciones primordiales, la Ley 25.564 y el Decreto Reglamentario 1.240/2002 autorizan y obligan al INYM a implementar las medidas que resulten necesarias y convenientes”, señala el texto de la Resolución.
Quien gana y quién pierde
La medida del INYM busca proteger a unos 6.471 productores de yerba mate chicos, que entregan por año hasta 60.000 kilos de hoja verde. Son el eslabón más débil, que hoy está gozando de un período de buenos precios, pero que en unos años cuando entren en producción los yerbales nuevos que cualquiera puede ver en las rutas de Misiones y que antes no estaban, sufrirán por la sobre abundancia de materia prima y el consecuente derrumbe en el precio.
Según los datos del INYM, existen en total 9.983 productores yerbateros registrados. Apenas 94 de ellos tienen más de 100 hectáreas de yerbales. Y 674 pueden ser considerados “medianos productores” con una superficie de entre 25 y 100 hectáreas.
Unos 4.119 productores tienen hasta 5 hs y 2.967 entre 5 y 10 hectáreas. Hay que agregar que no necesariamente todos esos yerbales están en producción efectiva.
“El INYM se encuentra decidido a tomar acciones para defender el interés de los pequeños productores coordinando estratégicamente el cultivo de la yerba mate en defensa de su sustentabilidad presente y futura, asegurando una distribución equitativa de la producción, y al mismo tiempo protegiendo su actividad para que la misma sea redituable en el tiempo”, señaló el organismo.
“La aprobamos y firmamos por mayoría y es una decisión que va a hacer que el productor pequeño o todo aquel que quiera incorporarse esté habilitado para plantar 5 plantas al año más un 2% de reposiciones, así todos tendremos igualdad en la posibilidad de producción”, señaló a Plan B, Hugo Hacklander, director del INYM por la producción.
Debería haberse tomado antes
La crítica que se le puede hacer al INYM es si esta decisión llegó en el momento adecuado o debió haberse tomado antes. “Hace tiempo deberían haberse regulado las plantaciones”, dijo a Plan B, Hugo Sand, uno de los referentes de la protesta que hace 20 años derivó en la creación del INYM.
Los yerbales que proliferaron descontroladamente en estos últimos tiempos entrarán en producción y habrá que ver el impacto en el mercado de la materia prima y en los precios.