Por Martín Boerr
Transcurría el final de una larga mañana con exposiciones algo tediosas de ministros y funcionarios que fueron a presentar sus partidas del Presupuesto 2026 hasta que Claudia Gauto, a cargo del Centro del Conocimiento, sacudió un poco la modorra con una confesión.
“Iba a decir es que es suficiente, pero el Presupuesto no es suficente, es lo mejor que hay y hacemos lo mejor con lo que tenemos, porque entendemos que en este momento para Misiones la prioridad es el equilibrio fiscal”, dijo Gauto, sin ánimo de queja, sino más bien de compartir un análisis certero sobre dónde está parada la repartición que conduce en este momento.
Fue la primera vez desde que arrancaron las exposiciones que un ministro o funcionario a cargo de un área admitía que los recursos no alcanzan para todo lo que hay que hacer, pero que bueno, “no hay plata” y se entiende. Gauto, una de las funcionarias de más experiencia y jerarquía política de la Renovación, habló sobre su partida en el Centro del Conocimiento.
Pero según el análisis que hizo Plan B del Presupuesto 2026, lo que dijo aplica perfectamente a casi todas las partidas asignadas para el año próximo en la Administración provincial, incluyendo ministerios, entes autárquicos y demás.

Y la verdad es que por no meter bisturí y recortar de cuajo programas o reparticiones enteras que ya no son importantes, el Estado misionero se queda sin poder de fuego para encarar proyectos nuevos que puedan generar una ilusión de cambio, en tiempos de crisis y donde tanto le cuesta al oficialismo recrear las expectativas de los viejos años de gloria presupuestaria (hasta el 2015).
¿Qué hacen con el Presupuesto?
Les da lo mínimo a los ministerios y entes para que se arreglen de la mejor manera, y lo más probable es que muchos queden casi atados de manos sin más que hacer que limitarse a pagar sueldos de empleados estatales, pagar la luz, mantener el edificio limpio y no mucho más.
Encima los empleados de esas reparticiones terminan descontentos, militan de la boca para afuera pero el domingo de las elecciones terminan votando a los Ramón Amarilla o a los Diego Hartfield, por la frustración de ganar poco y no prosperar. Nadie queda contento.
Porque el Estado misionero se queda sin recursos para tratar de generar acciones decisivas. Más en un Estado como el de esta provincia, donde las decisiones importantes las toma una sóla persona y con tener un proyecto y los recursos necesarios, el avance está garantizado (en otras provincias, la política traba todo).
En tiempos donde se habla tanto de “motosierra” es fundamental para los diputados y la sociedad en general, entender qué se está discutiendo en el Presupuesto provincial 2026.
Y sobre todo, saber dónde apoyar e incrementar las partidas y donde pasar el bisturí o la motosierra.
Falta de claridad en la información
En el debate del Presupuesto de Misiones, como todos los años, ni siquiera se puede saber a ciencia cierta si las partidas se achican o se mantienen o crecen.
Mucho menos se va a discutir si tal o cual repartición sirve o tal otra necesita -y merece- mucho más. En un mundo ideal lo correcto sería que los funcionarios vengan a presentar los logros de sus programas y acciones y pidan mucho más, y sean los legisladores (en representación del pueblo) los que decidan si los convencieron o no. Tal cual hace el gerente de una empresa ante un directorio con un proyecto de negocios nuevo.
Hace ya tiempo que en Misiones no hay proyectos nuevos que puedan generar entusiasmo.
Hace apenas tres años Misiones quería lanzar un mini-satélite al espacio, con la empresa mixta FAN-SAT y había traído a un técnico de Falda del Carmen para liderar el proyecto. FAN SAT tenía sede en Oberá y algunos técnicos trabajando con entusiasmo, pero al final se quedó sin fondos. No hay plata.
El jueves en la Legislatura se reflotó un proyecto que ahora, con mercado yerbatero desregulado, tiene más sentido que nunca y políticamente constituye una oportunidad de empoderar a Misiones en su rol de principal productor de hoja verde: el Centro de Acopio de Yerba Mate.
Una empresa con participación estatal con galpones y plata suficiente para comprar hasta 100 millones de kilos de canchada, para ayudar a apuntalar el precio con las reglas de libre mercado.
La propuesta la reflotó Cristian Castro, del PAYS. Pero él mismo, que ayuda a estatales a pelear en las paritarias, mencionó en su exposición que “no hay plata” para financiarlo.
Oscar Herrera Ahuad bajó al recinto a responderle a Cristian Castro, buscando que el PAYS no se lleve los laureles por reflotar esa idea de defensa del pequeño productor. Pero además de reprender a Castro por no haberle pedido en su momento la plata al gobierno de Alberto Fernández, y no presentarse a empujar el plan en Comisión, también apoyó el tratamiento esta semana y dio el visto bueno para que la Renovación acompañara. Ahora habrá que discutirlo.
¿Cuál es el gran escollo? Consultado por Plan B, Herrera Ahuad tambien dice que no la provincia no tiene plata para poner los recursos.
¿Pero qué pasaría si metieran motosierra a gastos superfluos en el Presupuesto del 2026?
¿Cuánto se necesita? Unos 120.000 millones de pesos. Representa más o menos el 3 por ciento del Prespuesto enviado por Passalacqua.
Gauto puso claridad
Todo esto cobra mucho sentido en estos tiempos porque se está atacando la inflación como nunca antes y, sobre todo, porque se está debatiendo en todo el país el tamaño del Estado, nacional, provincial o incluso municipal.
Y se nota, porque los funcionarios que desfilan se encargan de subrayar, sin que nadie se los pida ni ningún opositor los corra, qué poca cantidad de empleados tiene en su plantilla.
Ni falta hace que aclaren que el año que vienen se arreglan con lo que tienen, como el DT de un club modesto que además viene de una floja campaña y sabe que el horno no está para bollos.
Por que de eso se trata, en tiempos de motosierra (el intendente “Lalo” Stelatto ya anunció su propio recorte en secretarías), estas presentaciones deberían dejarle a los Legisladores y a las sociedad, una idea de ministerios y reparticiones que deberían salir ganadoras y a las que habría que darles más dinero y otras a las que convendría achicar, cerrar porque no cumplieron sus objetivos o porque sencillamente las demandas de la sociedad cambiaron.
Por ejemplo, el Ministerio de Derechos Humanos hizo un fuerte énfasis en el rol que cumple en recordar a las víctimas de la Dictadura Militar. Es una cartera muy a tono con la época kirchnerista, que en Misiones en la era Closs caló fuerte. ¿Pero y ahora?
Misiones es una provincia reconocida por el orden de sus cuentas y su equilibrio fiscal como política de Estado. También por su negativa recurrente a endeudarse.
Pero en estos tiempos podría dar un paso más y avanzar hacia un modelo donde revise sistemáticamente cada parte del Estado, como funciona y la ponga al servicio de las demandas del pueblo misionero.
Cómo funcionaría el Centro de Acopio de Yerba: hacen faltan u$s100 M para financiarlo
El Presupuesto del Estado es como el Presupuesto de la familia. Siempre hay cosas que se pueden recortar o que fueron un despilfarro, y que cada jefe o jefa de familia debe corregir para sobrevivir en tiempos difíciles.
La gran ventaja de Misiones, es que las decisiones finales, las toma una sola persona.
Plan B/ 8-9-2025