Por Joselo Prado
Si bien no hay números oficiales se estima que en Posadas, sobre todo en la periferia donde la ciudad se funde con el campo, existen más de 12 mil caballos, muchos de ellos son definidos casi como “mascotas” por sus dueños.
Y un número muy importante sufren todo tipo de maltratos de dueños abusivos, criados en otra cultura donde los caballos eran bestias que tenían que trabajar hasta, literalmente, reventar.
Hace unos años un grupo de amigos con convicciones muy fuertes armaron un equipo para salir a salvar a muchos caballos maltratados, que a diferencia de perros o gatos, no tienen fundaciones o grupos de ayuda que contemplen su situación.
Actualmente son cuatro los que diariamente asisten todos los días, los cuatro fantásticos, que trabajan en un campo secreto, que visitó Plan B, pero cuya ubicación no se puede revelar por varios motivos vinculados a la situación judicial de algunos caballos y a otra cuestiones.
(N. de la R: para llegar a ellos, pedimos permiso, nos vinieron a buscar y nos devolvieron a la ciudad, con gran amabilidad pero resguardando la información del lugar exacto).
Los caballos llegan aquí con una orden de un juez, quien habilita el traslado a este paraíso donde muchos animales se recuperan de los maltratos, no solo físicos, sino también psicológicos.

Rocío Ojeda e Isabela Michel, dos jóvenes voluntarias , que trabajan en la Fundación Libre Relincho, que se encarga de asistir, cuidar y reinsertar estos caballos en situación judicial.
No cobran un peso, pero los mueve algo mucho más poderoso: el poder hacer algo contra el maltrato y el sufrimiento innecesario al que son sometidos muchos animales.
Cada día, Rocío e Isabela atraviesan la ciudad hasta internarse en medio de este campo “secreto”, donde pasan varias horas dedicadas a las tareas de recorrer los establos, asegurarse de que tengan agua, repartir forraje en partes iguales, controlar qué elementos le hacen falta.
Pero no solo se limitan a estos aspectos logísticos, sino que también se dedican a brindar y recibir cariño de cada uno de los caballos que se encuentran alojados en el lugar.
Dialogamos con ellas para que nos cuenten sobre el trabajo que realizan, sus alegrías y sus frustraciones.
– ¿Cómo surge esta fundación?
Rocío Ojeda: De la idea de un grupo de amigos, muy unidos y que venimos trabajando con el tema del proteccionismo y el rescate de animales hace más de 10 años. Nos dimos cuenta de que los caballos estaban muy desprotegidos, en comparación con los perros y gatos, que cuentan con muchas asociaciones protectoras y que trabajan muy bien. Y ya llevamos 6 años de trabajo.
– ¿Cuántos integrantes tienen?
Isabela Michel: En la actualidad somos 10, 4 activos que trabajamos diariamente y los otros nos ayudan con todo lo que sea la difusión y publicidad que es muy importante para recaudar fondos, ya que no contamos con ninguna subvención del estado, solamente recibimos donaciones de las personas que colaboran.
También aprovechamos cada vez que podemos hacer algún producto para vender, como mermeladas, utilizando las frutas que crecen acá, o juntando el estiércol para venderlo en bolsas como abono. Todo nos sirve para generar ingresos.

– ¿Qué los motiva a realizar este trabajo?
Rocío Ojeda: Creemos que cuando hay una necesidad que el estado no logra cubrir, es nuestro deber trabajar para suplirla nosotros y eso lo logramos con el trabajo solidario en conjunto y con un mismo fin.
Nosotros buscamos generar una retroalimentación, por ejemplo, tratamos de que vengan a visitarnos escuelas, organizar charlas explicarles a los chicos lo importante que es el cuidado responsable porque no hay que tener animales hacinados y como nuestro trabajo no solo busca ayudar a los animales, sino también repercute en la sociedad por ejemplo cuando logramos sacar de las calles a los equinos que andan sueltos, y que muchas veces
terminan provocando accidentes. No todo tiene que ser siempre con un fin lucrativo.
– ¿Cómo llegan los caballos?
Rocío Ojeda: Por medio de denuncias, nosotros no intervenimos si no hay una denuncia previa, por eso es importante que las personas se involucren si conocen algún caso de maltrato, de abandono tienen que acercarse a una comisaría, realizar la denuncia para que intervenga la policía, se inicie el proceso judicial, el juez ordene el secuestro del animal y nos designe como depositarios judiciales y recién ahí podemos intervenir. Muchas veces nos llaman para comentarnos sobre diversas situaciones con los equinos, pero le recordamos que lo primero que tienen que hacer es ir a la policía porque nosotros no tenemos el poder para acercarnos y llevarlos.

– ¿Cuántos animales tienen alojados en este momento?
Isabela Michel: Actualmente, hay 12 caballos recuperándose tanto de sus heridas físicas como de las heridas psicológicas, porque a los caballos que fueron maltratados les cuesta mucho volver a confiar en una persona. Acá los desparasitamos, reciben atención veterinaria y de poco vuelven a tener una vida tranquila y digna.
– ¿Qué sienten cuando logran que se recuperen?
Isabela Michel: Para nosotros que estamos ahí peleándola día a día con estos animales que vienen de un ambiente feo, condiciones insalubres, verlos recuperarse es una satisfacción enorme, es una vida recuperada y no es solamente un cambio físico, sino también emocional. Además, nos emociona y alegra verlos en hogares totalmente reinsertados, que nos pasen fotos, ir a visitarlos y verlos bien

Pero no siempre todas las historias tienen un final feliz, Rocío recuerda el caso de “Ricardo” en Cerro Corá.
-Nos llegó la noticia de que un caballo estaba en una zanja profunda, con agua estancada, no podía levantarse, no podían sacarlo. Nos mandaron fotos y estaba irreconocible, todo hinchado. Pedimos que hagan la denuncia, estábamos acá cuando nos enteremos de que finalmente pudieron sacarlo, y un vecino lo tenía en una casita humilde, debajo de un techo, pero la persona que decía ser dueño del animal, no quería que lo llevaran y la policía no estaba interviniendo.

Así que inmediatamente nos organizamos para ir hasta allá en los autos que teníamos disponibles. En ese momento, en el camino, nos comunicamos con el juez de turno. Cuando llegamos y lo vimos apenas podía respirar, si bien estaba de pie, estaba todo desfigurado, nos cuentan que su dueño cuando el caballo se cayó y no podía pararse, comenzó a agredirlo con un palo en la cabeza en todo el cuerpo, como seguía sin ponerse de pie le corto las orejas y finalmente lo dejó abandonado para que muriera.
Los vecinos que presenciaron toda la escena, fueron los que lo rescataron. Nosotros logramos la orden del juez para trasladarlo, apenas pudimos llevarlo hasta la comisaría, donde conseguimos un remolque prestado para traerlo hasta acá. Tenía fisuras de cráneo, neumonía, la glotis rota.
Hicimos todo lo posible para salvarlo todos los días, veníamos a las 6 de la mañana y nos quedábamos hasta las 11 de la noche, se le hicieron radiografías, le pasábamos la medicación por suero, venían varios veterinarios para atenderlo. Pero no sobrevivió, tenía una infección generalizada, era invierno y había pasado mucho tiempo en el agua estancada.
¿Cómo colaborar? Pueden donar al alias Libre.Relincho.mp la fundación utiliza todos los fondos percibidos para comprar alimentos, herramientas que utilizan en el predio.
Plan B/ 15-8-2025