Por Martin Boerr
En la Argentina de los últimos años hay dos fuerzas opuestas cuando se trata de desarrollo, nuevas inversiones, generación de empleo.
Una fuerza es la de la innovación, la apuesta a crecer, aprovechar los recursos naturales, generar empleo y cuidar el medio ambiente, incluso también la de soñar y tener Fe en un futuro mejor.
Pero casi como si fuera una maldición, de manera opuesta, esa fuerza emprendedora siempre encuentra un opuesto de similar o incluso mayor magnitud: en las eternas crisis económicas, inestabilidad macroeconómica o cambiaria, y cambio de las reglas de juego.
Todo eso que hace que proyectos modernos e innovadores choquen con circunstancias bien propias de la Argentina. Situaciones que en otros países serían consideradas una rareza absoluta.
A medida que la crisis que atraviesan los aserraderos por caída en las ventas, combinada con una suba de costos, se profundiza, empiezan a aparecer algunos fenómenos pocas veces vistos en la forestoindustria.
En Santa Rosa, Corrientes
En una de las principales cuencas forestoindustriales correntinas, en la localidad de Santa Rosa (sobre la ruta 118, entre Olivari y Saladas), con un parque industrial repleto de aserraderos (15 en total), una de las modernas plantas de generación de energía por biomasa vio reducido el abastecimiento de chip y raleo para hacer funcionar sus calderas, lo cual obliga a la firma a ir a buscar esa materia prima en zonas más alejadas para completar su abastecimiento.
Se trata de Genergía Bio, de Santa Rosa, una generadora que se inauguró en 2019 tras una adjudicación de un contrato Renovar, y que al igual que FRESA y San Alonso en Gobernador Virasoro, se construyó pura y exclusivamente para generar energía e inyectarla a la red.
“Cerramos el círculo, la idea con Genergía Bio es tener una economía circular, utilizamos el desperdicio que antes se quemaba y generamos energía para la propia zona de Santa Rosa también”, explicó a Plan B, Andrés Ombrosi, gerente de la firma.
Crearon “enfermería pyme” por la crisis de los aserraderos: entre salvarse y ser inviable
Esta planta tiene una capacidad de generación de 18 MW, y es aproximadamente la mitad que cualquiera de las dos plantas que controla el Grupo Insud (Hugo Sigman) en Virasoro (FRESA y San Alonso), consideradas las más grandes del país en su tipo.
Genergía Bio consume unas 600 toneladas por día de raleo y chips, y siempre se abastece de los aserraderos del parque industrial inaugurado en 2011 en Santa Rosa, un proyecto que reunió y ordenó a todos los establecimientos industriales que estaban desparramados por la zona.
Sin embargo, según comentó Ombrosi, el parate de los aserraderos ahora los obligó a salir a buscar la biomasa mucho más lejos, recorriendo un promedio de 60 kilómetros o con su flota de camiones propia o contratando el servicio y aprovechando que el transporte también tiene poca actividad por el parate.
Genergía Bio está analizando ir a Chavarría, a 120 kilómetros y no descarta, si la situación no se revierte, tener que viajar hasta Federación (Entre Ríos) a 400 kilómetros de distancia, un recorrido que es muy costoso teniendo en cuenta que hay que traer enormes volúmenes de materia prima de bajo valor.
abastecimiento de chip, mira, al ser residual depende de la actividad que tengan los aserraderos ha caido muchisimo, la cuenca no solo abastece de chip a nuestra planta sino tambien a plantas de chaco y reconquista
“El volumen de biomasa bajó, porque bajaron las ventas de los aserraderos, consecuentemente la biomasa residual y con eso el raleo, se talan menos árboles, queda menos fino en el monte, que es lo otro que aprovehcamos a diferencia de las otras plantas que se abastecen en la cuenca, tenemos una capacidad de chipeo, traemos material fino, raleo o poda”, explicó Ombrosi.
La mayoría de los aserraderos de la cuenca de Santa Rosa son de primera transformación, y varios se dedican a producir pallets, para las mercaderías o tirantería para la construcción.
La fuerte caída de la construcción y del consumo masivo son dos fenómenos de la actual economía que le pegaron fuerte a Santa Rosa, y no solamente a Genergía Bio, que siguió funcionando sin bajar nunca su producción de energía, pero con el inconveniente de tener que salir a buscar la biomasa más lejos.
“Tenemos más gastos en logística, claro, pero trabajamos normalmente”, explicó.
Según contó Ombrosi, son varias las plantas de generación de energía por biomasa que están encontrando dificultades para abastecerse como siempre de chip, uno de esos casos es Vicentín, en Avellaneda (Santa Fe).
Al comparar esta crisis con otras, Ombrosi recordó que la de 2018 o 2019 fue incluso peor que esta. Aunque en ese momento no estaba la planta, inaugurada en 2020.
Es que el impulso a la instalación de plantas generadoras por biomasa exclusivamente para inyectar energía a la red y venderla a CAMMESA con contratos Renovar a 20 años arrancó justo para esa época. Luego fueron llegando los proyectos, apostando a un abastecimiento casi ilimitado de materia prima.
Mientras que “en pandemia paradojicamente explotó la actividad, los aserraderos trabajaban a doble turno”.
¿Cómo está los aserraderos de Santa Rosa? “Hace unos meses no llegaban a completar un turno diario toda la semana, ahora la mayoría están trabajando 4 o 5 días a la semana”, indicó, desde una empresa que debe monitorear permamentemente la producción de residuos forestales de estos establecimientos.
Según su análisis, las empresas que más están sufriendo son las pymes que “trabajan para el mercado local, sufren cuando los grandes no quieren o no pueden exportar y se dan vuelta e inundan el mercado interno y cuando cae el consumo y también la obra publica”.
Plan B/ 5-9-2025