Pese a que las entidades no les gustaron el tono de las medidas, en la City creen que el torniquete que aplicó en conjunto el Banco Central y el Tesoro puede servir para aspirar ese excedente de pesos.
Es que mientras los pesos encajados en el Central pagan una tasa de 0%, la alternativa de integrar parte de esas tenencias con una letra, como la TAMAR que al jueves pagaba casi el 50% mensual, podría ser una alternativa para los bancos.
“Luego de la eliminación de las LEFI y ante la volatilidad observada en el mercado de dinero, el gobierno está tomando medidas para absorber los excedentes de liquidez y evitar oscilaciones en las tasas de interés. La suba del efectivo mínimo, que busca esterilizar regulatoriamente excedentes monetarios y la forma de integrarlo –con Letras del Tesoro adquiridas en emisiones primarias- apunta en esa dirección”, explicaron en Quantum Finanzas.
Sin embargo, el combo de medidas lejos de garantizar la estabilidad de las tasas potencia la volatilidad, con un consecuente encarecimiento del crédito.
La semana pasada, el costo de la caución a un día, instrumento de mayor liquidez en el mercado escaló al 80% y esto ya impactó en las opciones que tienen las Pymes para financiarse: la tasa de adelantos de cuenta corriente por ejemplo, también llegó al 80% anual.
Pulseada con los bancos
El afán del Gobierno por modificar el esquema monetario que regía hasta julio se encontró con una fuerte resistencia de las entidades.
El jueves pasado, cuando se conoció el segundo ajuste de los encajes en menos de un mes, los bancos privados explicaron en voz no tan baja su malestar. “Se están equivocando”, aseguraron. Las entidades deberán afrontar también mayores controles: deberán cumplir la nueva pauta de efectivo mínimo diariamente y en caso de no hacerlo, el Central previno fuertes multas.
En la consultora Delphos analizaron las últimas medidas que tomaron en tandem Luis Caputo y Santiago Bausili y destacaron que el objetivo oficial es que los bancos puedan financiar más el largo plazo que la liquidez inmediata, una medida que de fondo busca promover el crédito.
“El conjunto de medidas —fin de LEFIs y licitación especial, suba de encajes con foco en depósitos a la vista y FCIs, oferta de TAMAR con spreads de 6% (noviembre) y 7,5% (enero), y ventanilla del BCRA de pases activos a tasa de repos ponderada por volumen +2%— persigue inducir a los bancos a estirar duration y mantenerse férreos en su restricción al control de agregados”, detallaron. Sin embargo, alertaron: “La falta de migración a plazos y la no renovación de $5,8 billones en la última licitación muestran que la transición aún es incompleta, por lo que el control de agregados y el drenaje regulatorio sostienen un nivel de tasas elevado por más tiempo”.
Analistas de Invecq coincidieron: “Este esquema, podría consolidar niveles elevados de tasas de interés en los próximos meses -en un contexto donde aún restan vencimientos por cerca de $9 billones en agosto-. Si bien la estrategia busca contener presiones cambiarias y anclar la inflación, también incrementa el riesgo de una mayor desaceleración de la actividad económica y de que el Gobierno llegue a las elecciones en un escenario de elevada tensión financiera”.