Hoy se cumplen 211 años del nacimiento de la Patria, con la declaración del Primer Gobierno Patrio el 25 de mayo de 1810, iniciando un camino hacia la Independencia. Nacía la Argentina.
Hace 39 años en el Atlántico Sur, los pilotos argentinos que defenían a esa Patria en Malvinas honraron ese día con algunas misiones contra la flota inglesa que intentaba desembarcar en el estrecho de San Carlos.
Ese día pilotos de la Fuerza Aérea hundieron el destructor HMS Conventry, uno de los siete barcos que la Argentina mandó a pique durante la guerra de Malvinas, defendiendo territorio argentino, y probablemente uno de los dos buques más importantes junto al destructor HMS Sheffield.
El ataque al Conventry estuvo liderado por dos escuadrillas de dos aviones A4B Skyhawk cada una (inicialmente eran 3, pero uno por cada formación tuvo que volver por desperfectos).
El capitán Pablo Carballo liderando la escuadrilla Vulcano, con el teniente Carlos Rinke de numeral (escolta). La otra escuadrilla que participó del ataque a la flota ese día fue la Sección Zeus, liderada por el teniente Mariano Velasco y el alférez Jorge Barrionuevo.
Ambas llegaron a cercanías de la Isla de Borbón con 2 o 3 minutos de intervalo, allí estaba el HMS Conventry y la fragata tipo 22 HMS Broadshow. Los Vucano atacaron la Broadshow, tres bombas erraron y una atravesó la fragata de lado a lado, cayendo al mar sin explotar. Los Zeus atacaron el HMS Conventry, acertaron tres bombas y provocaron su hundimiento.
Ese día murió el piloto Hugo Angel del Valle Palaver, que participó de un ataque a la madrugada.
Los pilotos que participaron de esos ataques enfrentaron las temibles patrullas aéreas de los Sea Harriers, superiores tecnológicamente. El fuego de cañones de las fragatas y destructores en la carrera final hacia el objetivo, y los temibles misiles Sea Cat, Sea Dart y Sea Wolf, algunos de ellos mortales para los aviones argentinos (buscan el calor del motor del avión atacante). También enfrentaron la escasez de combustible, el salitre que se pegaba en los parabrisas, entre otras dificultades que hacían aún más valerosa la misión.
